miércoles, 28 de marzo de 2012

DISCIPLINA INGLESA

ARTE EN EL CUERPO

María Luisa Arnaiz Sánchez

La joven del piercing, Eduardo Naranjo

   Si hay una imagen cinematográfica que tuviera que elegir por su impacto y por la morbosa idea de excitación con que la codifiqué, esa sería sin duda la de John Morgan (Richard Harris), suspendido por los pezones en una ceremonia sioux, el “Voto al Sol”, con que Elliot Silverstein adornó “Un hombre llamado Caballo”.


   Salvando las distancias, esa tortura desencadenó en mi mente las muchas escenas sádicas de la Pasión, que por aquellos tiempos me eran tan familiares. El Cristianismo es la única religión que tiene por Dios a un crucificado, creo que dijo Bertrand Russell, y la afirmación no es baladí pues las reacciones sadomasoquistas, antes de que se conociera esta voz y después, han conocido multitud de excesos en cuanto a la imitación de Cristo bien en forma de penitencias a través de cilicios o del suplicio de la crucifixión (Filipinas), bien en forma de asfixia o autoflagelación con efusión de sangre en las procesiones.

Cristo cargando con la cruz, El Bosco

   Como nos aproximamos al cruel espectáculo pasional, seleccionaré unos lienzos que acercan la apariencia externa de muchos jóvenes, la de esos a los que se critica y de los que se recela por su aspecto, a la visión cristiana de los judíos. Y ríanse de la disciplina inglesa, esa voluptuosidad mezcla de dolor y placer. ¡Cuántas enseñanzas y prejuicios transmitidos por la Iglesia católica! Dice Russell que “el miedo es el padre de la crueldad y, por lo tanto, no es de extrañar que la crueldad y la religión vayan de la mano”. Naturalmente.

Cristo cargando con la cruz (detalle), El Bosco

Cristo cargando con la cruz (detalle), El Bosco

La coronación de espinas, El Bosco

Arte en el cuerpo

6 comentarios:

  1. Muito interessante. A dor desperta sentimentos contrários em muitos.
    Um grande bj

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  2. La misma dentera me dan unos y otros.
    Jamás entenderé la pasión por autolesionarse o lesionar a otros, y para mí es todo muestra de lo mismo. Que gocen sádicos y masoquistas de tamaños espectáculos, incluidos los piercings que detesto (eso de agujerearse, y pagar por ello, es de cabezas idas, lo tengo claro).
    Antes, religión; ahora, modas juveniles. En ambos casos, tiranos que ejercen su influencia sobre mentes débiles.
    Un abrazo, querida Marisa.

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  3. Seguramente es como tú dices, Gisa, pero yo no admito que se ensalce el dolor. Un abrazo.

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  4. Lo malo, Isabel, a mi juicio no es que las modas sean eso, modas,luego pasajeras, sino lo que se cree trascendente por imposición, por tradición, por no pararse a pensar y tener un criterio propio, de lo que se aprovechan las clases dominantes. ¡España de cirios y mantillas, poderes que perpetúan el oscurantismo!
    Besos, amiga.

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  5. Estoy con Isabel: dentera generalizada, pero me ha gustado.

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  6. A mí el atuendo de los jóvenes me parece una manera de llamar la atención. Sin embargo, detesto las mentes moldeadas bajo ideas excluyentes. Un beso,Mariano.

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