María Luisa Arnaiz Sánchez
Que viene el coco,
Goya. Capricho nº 3
1. Las madres meten miedo a sus hijos con el
Coco para hablar con sus amantes.
2. Abuso
funesto de la primera educación. Hacer que un niño tenga más miedo al Coco que
a su padre y obligarle a temer lo que no existe.
Siendo la figura del Coco
de carácter tradicional hasta para arrullar a los niños, diré que, aunque se
les adelantó el padre Feijoo desde la perspectiva cristiana, los ilustrados
combatieron todo tipo de supersticiones y fomentaron la educación: el capítulo
IX de la Constitución
de 1812, la Pepa ,
estaba dedicado a la Instrucción Pública
y ordenaba la enseñanza universal, si bien, como es sabido, Fernando VII abolió
la Constitución
y hubo que esperara a su fallecimiento para aprobar el primer Plan General de
Instrucción Pública. Con todo, pocas mujeres llegaron a instruirse -leer,
escribir, contar y catecismo- porque su destino se circunscribía a ser amas de
casa.
El de la rollona,
Goya. Capricho nº 4
- Los
hijos de los grandes se atiborran de comida, se chupan el dedo y son
siempre niñotes, aun con barba, y así necesitan que los lacayos los lleven
con andaderas.
- La
negligencia, la tolerancia y el mimo hacen a los niños antojadizos,
obstinados, soberbios, golosos, peritosos e insufribles; llegan a grandes
y son niños todavía. Tal el de la Rollona.
Nunca el pueblo ha estado bien alimentado y
en nuestra sociedad de consumo se da la paradoja de que crece el número de
obesos y el de rebuscadores de basura. ¿Somos cómplices del hambre que padece
el mundo? ¿Somos demasiado complacientes con los niños o les exigimos horarios
de trabajo mayores que a los adultos?
Educar os filhos cada vez está mais difícil, mas devemos ter consciência de que o tempo que dedicamos a eles é fundamental na sua educação.
ResponderEliminarUm grande bj
“Brindo por los niños. Habría que celebrar que un niño haya muerto como un niño. Que un niño haya escapado. Los encerramos en escuelas, les inculcamos nuestros tabúes, los enredamos en nuestras guerras y no pueden escapar. El mundo es de los niños, el auténtico mundo. Son libres como pájaros, son animales y no se avergüenzan. ¡Si el mundo estuviera poblado de niños !” .
ResponderEliminar(De la película "El Río", Jean Renoir).
Mi criterio es igual al tuyo. Un abrazo, Gisa.
ResponderEliminarYa sabes, Thornton, la infancia es el mundo de la posibilidad. Añadiré que en cierta medida revivo ese mundo con mi nieta. Besos.
ResponderEliminarNOSTÁLGICO. MB
ResponderEliminarDesde luego creo, Enrique, que merece la pena detenerse en esta obra y en los comentarios con el número 2. Un abrazo.
ResponderEliminarEsta entrada - muy buena- da para escribir un tratado.
ResponderEliminarPues yo pienso que sí, que cada vez comemos más, los favorecidos, y cada vez tienen más hambre los hambrientos. Somos cómplices pero no podemos hacer casi nada más que decir que el hambre existe. Con los niños somos demasiado complacientes, pero también les exigimos demasiado. El Coco, a veces, da menos miedo que un padre borracho o maltratador. Crear el sentimiento del miedo a lo desconocido creo que es bueno porque fomenta las defensas del ser humano, sin las cuales no se puede enfrentar a la vida. Bueno. Lo dicho. Aprovechando estos caprichos.....
Un abrazo.
El miedo a lo desconocido es innato en el ser humano (un bebé no gatea por una superficie de cristal que contenga la ilusión óptica de un precipicio)y no creo que haya que enseñarlo, de lo contrario se consiguen seres sometidos (es clásico sembrar el terror: guerras, pillaje, infierno, etc.) Mejor buscar estrategias para enfrentarse a las desgracias que trae la vida. Saludos, elpresley.
ResponderEliminar