María Luisa Arnaiz Sánchez
Mujer maltratada con
un bastón, Goya
El álbum B o álbum de
Sanlúcar es un conjunto de recuerdos de lo visto o entrevisto por Goya en el
palacio de la localidad gaditana heredado por José Álvarez de Toledo, muerto el
9 de junio de 1796, cuya viuda, la duquesa de Alba, se instaló en él para
sobrellevar su nuevo estado. Allí permaneció durante dos años y Goya, que había
sido invitado por ella, tuvo ocasión de visitarla. En febrero de 1797 España
fue derrotada en el cabo de San Vicente por los ingleses y la duquesa hizo
testamento, dejando al pintor y a su hijo Javier “diez reales diarios a ambos de por vida”. Los apuntes palaciegos
más otros dibujos fueron modelo de alguno de los “Caprichos” goyescos (verbi gratia, el número 35 derivó en el
número 10). El álbum consta de noventa y cuatro láminas numeradas por el
artista.
El amor y la muerte, Goya. Capricho nº 10
Dibujo nº 6,
preparatorio del Capricho nº 16
Dibujo nº 56, preparatorio
del Capricho nº 70
Dibujo nº 57,
preparatorio del Capricho nº 69
Dibujo nº 61,
preparatorio del Capricho nº 8
Dibujo nº 68, preparatorio
del Capricho nº 33
Dibujo nº 72,
preparatorio del Capricho nº 39
Dibujo nº 82,
preparatorio del capricho nº 22
Cierro la página
con otro dibujo que relaciono con el que la abría. En el primero, de tema tan
vituperable, la escena es contemplada por una testigo muda, una vieja que quizá
entregó la carta tirada en el suelo, motivo de la agresión canallesca. En el
segundo, una joven criada contempla a la que seguramente es su señora. No he
hallado otra fórmula que contraponer la fisonomía taimada a la complacida.
Mujer desnuda con un
espejo, Goya
Maravillosas las imagenes Nunca las habia visto.Gracias por compartirlas con nosotros muchos besos
ResponderEliminarLa cantidad de escenas cotidianas que captó el lápiz de Goya siempre me ha fascinado. Narran la vida de su época mejor que algunos libros de historia.
ResponderEliminarTerrible la escena de los azotes, con la vieja alcahueta en segundo plano. Me planteo que si la pintó sería porque era algo bien común entonces. ¡Menos mal que hemos avanzado!
Un beso.
¡Cuánto me alegro, MuCha! Ojalá se difundiera el legado de Goya.
ResponderEliminarSaludos.
Entonces debió ser algo excepcional ver tales escenas impresas; hoy las vemos a diario. ¿Habremos cambiado?
ResponderEliminarMuchos besos, Isabel.