jueves, 21 de junio de 2012

PAPAVER SOMNIFERUM

FRANCISCO CASCALES

María Luisa Arnaiz Sánchez

Velázquez Reflection in Eyes, Rubén Belloso

   Los padres del licenciado Cascales fueron Leonor de Cascales y Mercader, del linaje de los Escarramad como cita su propio hijo en “Discursos históricos”, y Luis de Ayllón, un judío converso relajado por la Inquisición el 22 de mayo de 1564 en un auto de fe que tuvo lugar en Murcia. Nuestro humanista fue una de las muchas víctimas de la intransigencia moral de la época pues la coletilla con que acababan dichos autos, “se declararon sus hijos, nietos y descendientes a ser inhábiles”, era un estigma para las generaciones futuras. Si a esta infamia, que sañudamente perpetuaba el Santo Oficio exponiendo los “sambenitos” con los apellidos de quienes los habían llevado en los sitios más visibles de las iglesias, se añade que se confiscaban los bienes de un relajado, sobreviniendo la ruina familiar, se comprenderá el resentimiento de la carta que reproduzco. Francisco Cascales, que optó por el apellido materno según la costumbre de elegir entre los de los antecesores, se licenció en Artes y ganó la cátedra de Gramática del colegio de San Fulgencio de Murcia en 1601.

Detalle: "Las meninas" en los ojos

   “Admírase v. m., Señor  Don Alonso…de que yo me haya venido a…Cartagena, desnaturalizándome de Murcia, patria nuestra, cosa que no se esperaba de mí…Porque estando aquí, ni a mí me falta Murcia, ni yo la hago en ella…gusto de privarme de este regalo y favor, por no vivir pobre entre ricos, mal conocido entre caballeros, olvidado entre deudos y extranjero en mi patria…dentro de mi fortuna me recojo, y camino este natural viage (sic) con la vela de mi mediano estado.

Carta enviada a su amigo Alonso Fajardo en 1598

Portada de su obra “Florilegium”

NOTA: Dice en la obra citada el licenciado (ver ilustración): “Los Cascales tienen como Armas nueve cabezas de adormideras en campo azul (sic)”. Del catalán “cascall” viene el plural “cascales”, “amapolas”, cuyo jugo se daba hasta hace poco en Murcia a los “meninos” llorones.

6 comentarios:

  1. Gosto dos teus textos. O Santo Ofício foi uma mácula na História do Homem.
    Um grande beijo

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  2. Cada vez que vengo a leerte salgo aprendiendo Un brindis por vos

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  3. Precioso, Isabel. En mis tiempos, a los meninos llorones (que eran abundantes) se les daba una muñequilla empapada en anis dulce que producia un efecto sedante de similares caracteristicas que el papaver. Un abrazo

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  4. Ahora nos persiguen otras inquisiciones, así que nadie está a salvo.
    Un beso, Gisa.

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  5. Pues qué bien, Recomenzar, te acompaño en el brindis.
    Un beso.

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  6. Parece que Cascales tenía orgullo, pero los sucedáneos actuales a su apellido no calman a los que berrean, así que ya me dirás.
    Besos.

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