jueves, 10 de abril de 2014

ESTO ERA HERMOSO

Los enawene nawes

Antonio Campillo Ruiz

© Fiona Watson/Survival
Padre e hijo Enawene Nawes.

   Los indígenas Enawene Nawes son uno de los pocos pueblos indígenas del mundo que no comen carne roja. Su hogar es un territorio rico y bello de pluviselva y de sabana en el estado de Mato Grosso, junto a los límites de la cuenca del Amazonas, al oeste de Brasil. Les ofrece todo lo que necesitan: cultivos como el maíz y la mandioca, miel y, sobre todo, pesca abundante.

© Fiona Watson/Survival
 Malocas Enawene Nawe formando un círculo central donde se celebran las ceremonias.

   Están divididos en clanes y viven en una docena de malocas hechas de madera y paja. Para ellos es esencial mantener el equilibrio y la armonía entre la naturaleza y el mundo de los espíritus. El universo de los Enawene Nawes tiene dos niveles, y entre ambos viven ellos. El nivel superior es el hogar de los Enore Nawes, o espíritus celestiales, que son los dueños de la miel y de algunos insectos voladores. Acompañan a los Enawene Nawes en sus viajes de pesca y en sus expediciones para recolectar productos de la selva, y les protegen de los peligros del mundo más allá de su comunidad. El nivel subterráneo es el mundo de los Yakairitis, o espíritus del infierno. Kawari, un anciano de la tribu, explica su papel: “Toda esta tierra pertenece a los Yakairitis, que son los dueños de los recursos naturales. Si agotas la tierra y la pesca, los Yakairitis se vengarán y matarán a todos los Enawene Nawes”.

 © Fiona Watson/Survival

   La mayor parte de su tierra fue oficialmente reconocida en 1996, una zona crucial denominada “Río Preto”, en la que los indígenas se reúnen cada año para pescar peces y luego ahumarlos, se quedó fuera. Son un pueblo relativamente aislado que fue contactado por primera vez en 1974, cuando solo contaban con una población de 97 individuos. Actualmente son alrededor de 500 personas.

© Fiona Watson/Survival
 Los hombres Enawene Nawes llevan a cabo el ritual del Yãkwa, un intercambio de alimentos entre humanos y espíritus ancestrales de cuatro meses de duración, acompañado de danzas y cantos al ritmo de las flautas.

   Viven en una única comunidad en grandes casas comunales, las malocas, en las que en cada una de ellas pueden habitar hasta 50 personas. Las casas radian desde una plaza central en la que llevan a cabo sus actividades más importantes y rituales. Los Enawene Nawes de Brasil dependen del bosque y de los ríos. ¿Cómo responderán sus espíritus ancestrales a la destrucción de su tierra a manos de los terratenientes? Temen que se contamine el agua y destruyan la pesca de la que dependen casi por completo, ya que no se alimentan de otras proteínas animales. Es más, su vida espiritual gira en torno a los rituales de pesca que celebran a lo largo del año, en función de los ciclos de estaciones húmedas y secas.

© Fiona Watson/Survival

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   Aunque la mayor parte de su tierra fue oficialmente reconocida por el Gobierno Federal de Brasil en 1996, una importante zona que ellos llaman Adowina, no fue incluida. Esta zona es de una grandísima importancia para los Enawene Nawes, tanto desde el punto de vista económico como espiritual. Es el lugar en el que construyen sus campamentos de pesca y presas de madera para pescar y después ahumar el pescado, y donde viven muchos espíritus. En la actualidad los terratenientes ganaderos talan los árboles para plantar pastos para el ganado. En los últimos años los terratenientes han quemado los campos de pesca de los indígenas y les han amenazado con emplear la violencia si volvían a construir sus presas de pesca allí. “Esto era hermoso”, dice un hombre de la tribu con angustia, en relación con la deforestación del territorio de su tribu a manos de los ganaderos.

Es importante visionar el documental a plena pantalla.

   El gobierno del estado de Mato Grosso ha anunciado que construirá un conjunto de presas hidroeléctricas en la parte alta del río Juruena, río arriba de la tierra de los Enawene Nawes. Cinco de las presas ya se están construyendo a pesar de la falta de una evaluación apropiada de impacto ambiental o social, ni una consulta adecuada a los pueblos indígenas afectados. Otras tres presas han obtenido licencias medioambientales, de modo que su construcción puede comenzar en cualquier momento. Se ha solicitado la urgente suspensión de las presas y la demanda de consultas apropiadas para debatir sobre los impactos que estas ejercerían sobre el área de Río Preto. Además piden que los terratenientes sean expulsados inmediatamente antes de que destruyan más selva y se reconozcan las tierras como propiedad de los Enawene Nawes. Survival y la ONG brasileña OPAN, apoyan un proyecto de protección de la tierra en litigio. Asimismo, Survival insta a las autoridades brasileñas para que suspendan el proyecto de construcción de las presas y para que ordene una evaluación completa e independiente de impacto ambiental y social del proyecto, consultando debidamente a los Enawene Nawes sobre el posible perjuicio, magnitud y alternativas de los mismos.

© Survival

   Algunas de las presas están siendo financiadas por la empresa Maggi con el objetivo de beneficiar su negocio de la soja. La familia Maggi es la mayor productora mundial de soja, y uno de sus miembros, Blairo Maggi, es el gobernador del estado de Mato Grosso. En total, se planean construir hasta 80 presas en la cuenca del río Juruena, aunque en un principio a los indígenas se les comunicó que serían cinco. Los Enawene Nawes creen que causarán un daño irreversible a su modo de vida al contaminar el agua y matar a los peces en los que se basa su dieta. Ellos y otros pueblos indígenas vecinos montaron bloqueos e invadieron el emplazamiento de construcción de una de las presas como señal de protesta. En 2008, un fiscal federal consiguió obtener una orden judicial para detener las obras. Sin embargo, Blairo Maggi, llevó el caso al Tribunal Supremo que revocó la orden de suspensión en junio. Las obras prosiguen con rapidez. Los Enawene Nawes dicen que están “muy tristes” y cansados de escribir a las autoridades sobre las presas, ya que hacen oídos sordos a sus preocupaciones. En una carta a la ONU dicen: “No queremos que las presas ensucien nuestra agua, maten nuestros peces e invadan nuestras tierras”. Se encuentran en un momento crítico de su historia. Si se construyen las presas, los Enawene Nawes no podrán volver a pescar, lo que es esencial para su supervivencia y para su importante relación con el mundo espiritual.

Es importante visionar el documental a plena pantalla.

11 comentarios:

  1. Antonio, hay mucha similitud entre estos indígenas de Brasil y los Yanomamis de Venezuela, como ellos viven en espacios comunes que se llaman churuatas y también como ellos, viven con el miedo a perder su tierra ancestral y que sus costumbres se vallan borrando de la historia... excelente tu escrito.
    Un fuerte abrazo, amigo

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  2. Impresionante Brasil. Una lástima el tema de los indígenas, la deforestación y todos sus derechos vulnerados. En cuanto a lo de las presas y los trasvases de aguas, cuando Osca Newmayer proyectó Brasilia, se construyó un lago artificial para dar humedad ala ciudad…suma y sigue.
    hermosas imágenes nos dejas
    Un abrazo grande amigo Antonio

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  3. Impresiona saber algo tan sorprendente como lo que nos cuentas, amigo Antonio. Año 2014, sí, y ellos siguen ahí, de momento.

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  4. Parece mentira que en la era de las tecnologías, de las destrucciones y del capitalismo más enfurecido todavía sobrevivan culturas puras, alejadas (más o menos) de la mala influencia occidental.
    Un saludo

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  5. Se puede vivir de otra manera,Antonio. Pero en esta sociedad de consumo que nos hemos montado, dudo que lleguemos a conseguirlo.
    El paraíso cada vez más lejos y cuantos más seamos mas nos alejaremos.

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  6. Lo siento por todos ellos pero es una guerra perdida, les ha llegado "el progreso" y con ello la infelicidad y la muerte. El dinero lo inventó el diablo.

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  7. ¡Cómo me gusta cuando nos regalas entradas como ésta, querido amigo! La cantidad de información que brindas y el toque de atención para esas conciencias que arrasan con todo en aras del progeso.
    Las imágenes y los documentales, impecables y acertadísimos, como siempre.
    Un abrazo grandote.
    Que tengas un buen fin de semana o de inicio de vacaciones.

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  8. Qué difícil se hace decidir entre progreso y raíces cuando se conocen a fondo estos testimonios, verdad? Seguramente ninguno de nosotros puede hoy prescindir de la electricidad en sus vidas, de hecho no estaría, sin ella, escribiéndote ahora este mensaje. Pero el costo que tenerla significa, es a estas alturas, muy, muy alto. Deforestación y pérdida de los territorios autóctonos de estas personas que estaban ahí antes de que llegáramos nosotros, los "destruyetutto", generan un gran herida...debíamos de haber aprendido de los Enawene Nawes muchas cosas, pero elegimos el camino inverso, que ahora intentamos revertir, cuando parece tan complicado! Excelente artículo, amo mío. Gran abrazo!

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  9. debes de ser un profesor sensacional Lo veo en tus escritos

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  10. ¡¡Qué buenísima entrada nos regalas hoy!!.

    Lástima que el progreso vaya a romper con todo lo suyo!!.

    Magnífico el reportaje.

    Te mando un abrazo muy grande.

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