¡VIVA LA REPÚBLICA ESPAÑOLA!
Antonio
Campillo Ruiz
¡FELICIDADES, QUERIDA
REPÚBLICA!
Hoy es tu
cumpleaños, República Española. Como decía ayer, tu símbolo es femenino, con una
bandera al viento y las alegorías de las ciencias, las letras y la justicia. ¡Ah!
República, la justicia… Que primer plano tan expresivo para lo poco que se ha
utilizado desde que te destrozaron tan salvajemente los traidores que juraron
tu defensa. Ya empezamos a ser un poco mayores sin poder desarrollar con paz y racionalidad
los principios constitucionales de la plena libertad de tus hijos.
Este año ha
sido muy especial. Tan especial que si volvieses, casi no reconocerías las
quebradas y barrancos abiertos en una sociedad cada vez más vilipendiada,
menospreciada, ajada y triste, muy triste. Ha sido un año muy similar al que
aquel sabio filósofo y escritor, D. Miguel de Unamuno, vivió cuando ya te
estaban cercenando. El 12 de octubre de 1936, Día de la Raza, cuando ya España se
desangraba desde hacía meses por la Guerra Civil, en la Universidad de
Salamanca, de la que era Rector Magnífico, se celebraba el acto de exaltación
de la patria, en un contexto bélico. Presidía la ceremonia D. Miguel de
Unamuno, junto al general Millán Astray, aquel legionario tuerto y manco. Ante
las críticas feroces de Astray hacia Cataluña y el País Vasco –“dos cánceres en el cuerpo de la nación que
merecían ser exterminados”–, el filósofo alzó la voz y, con gran dominio de
sí mismo, afirmó: “El general Millán
Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su
propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada”. El militar,
acompañado por una escolta de legionarios con metralleta, saltó como un
resorte: “¡Muera la inteligencia! ¡Viva
la muerte!”. El poeta José María Pemán intentó mediar entre ellos, pero fue
inútil. Unamuno, harto de discutir, concluyó tajante: “¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote!
Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, pero no convenceréis”.
Pues así es, República,
así es. Un partido político que se aerroga la soberanía absoluta por el hecho
de considerar que se le ha votado, ha incumplido, mentido, legislado y estructurado
una España mutilada y sin futuro. Se ha roto la Democracia, República Española.
Se considera Democracia indicar en una papeleta un voto cerrado parque, si se
posee el poder, por medio del estúpido argumento de “lo necesario”, se permite no
realizar ni una sola de las propuestas prometidas. Infectado hasta más allá de
lo permisible por sinvergüenzas que campan a su antojo durante veinte años
junto al despacho del Presidente del Gobierno en su sede del partido, cola de
los países europeos en todo tipo de medidas: judiciales, sociales, económicas…
Han descapitalizado parte de los recursos de todos tus hijos para tapar las
deficiencias privadas de aquellos que fueron colocados por ellos mismos en los
lugares de dirección de bancos y lugares en donde ha crecido la especulación y
el enriquecimiento inmoral. Y, lo peor, están empezando a ser tan implacables
como el generalito que denostaba la inteligencia: las clases más pobres han
aguantado los inmensos capitales que han dedicado a tapar sus miserias y falta
de habilidad para plantear una verdadera estructura social que fuese provechosa
para todos. Siempre, claro está, echando la culpa a quienes han gobernado
anteriormente. En realidad, República, la llamada “época de bonanza” se debe a
los gobiernos de este partido cuando, equivocadamente, llenó tanto el globo de
la ambición que cuando explotó, ladinamente, quien lo había provocado se dedicó
a labores particulares muy lucrativas, dejando al grupo que el ayudó a soportar
sus necedades..
Por último, República,
tengo que decirte que también los adláteres de la casa Borbón e incluso ellos
mismos, han cometido tantos desafueros que hasta el Jefe de la misma ha tenido
que pedir perdón ante el mea culpa de errores de principiante. No somos curas
para perdonar a nadie. Que se dirija a uno de ellos y confiese para que con una
penitencia se limpien sus inenarrables gestos de poder inútil. Ahora, sus
hermanos, los árabes, le ayudan a salir del atolladero de una monarquía que con
un gasto total de más de cincuenta millones de €, dicen que es muy barata.
Mientras, herencias, controles dinerarios y la desmoronación familiar cae
irremisiblemente en sus propias miserias, Miserias trasladadas al pueblo: todos
los miembros de la familia cobran de nuestros impuestos simplemente por ser
componentes de la familia. Un ejemplar trabajo. Te recuerdo este poema de un posible descendiente de
españoles que sentía a España como a su propia Patria:
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal
ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un
fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallaran un día el sitio
del corazón.
Pablo Neruda. “España
en el Corazón”
Pablo Neruda