Mostrando entradas con la etiqueta PERSONAS EN LA SOMBRA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta PERSONAS EN LA SOMBRA. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de septiembre de 2013

INFAMIA Y GENIO

ÉCRASEZ L'INFÂME!

Antonio Campillo Ruiz
No comparto lo que dices,
pero defenderé hasta la muerte
tu derecho a decirlo.

François Marie Arouet, Voltaire

 Voltaire, Nicolas de Largillière

   “¡APLASTAD LO INFAME!” fue la fórmula que adoptó Voltaire en sus cartas a partir de 1762 para despedirse de sus amigos más íntimos. Como se ha discutido demasiado acerca de qué significaba para Voltaire el concepto de “INFAME”, reproduzco algunos párrafos de su correspondencia para no incurrir en digresiones y clarificar lo que entendía por “infame”.

   El 31 de octubre de 1740 escribió al presidente Hénault: “Odio tanto la baja e infame superstición, que deshonra a los Estados, cuanto adoro la verdadera virtud”.


   El 28 de noviembre de 1762 escribió a Jean le Rond d'Alembert: “La superstición está muy extendida hacia el Danubio. Me decís que no es así hacia el Sena. Me alegro, pero pienso que hay trescientos mil hombres empeñados en mantener este horrible coloso… Lo único que puede hacer la gente honesta es lamentarse cuando la infame acosa y reír porque es absurda… Aciertas cuando dices que no hablo nada más que de superstición: yo respeto y amo, al igual que tú, la religión cristiana… Aplastad lo infame y amad aquello que améis”.


   El 26 de julio de 1762 terminó su carta a Damilaville así: “Besos, hermano Thieriot. Suelo terminar todas mis cartas diciendo: “Écr. l’inf…”, al igual que Catón decía: Tal es mi parecer y qu'on ruine Carthage”. Compruébese cómo Voltaire usó en esta carta la forma abreviada de su lema y la traducción de “Delenda est Cartago”. Es más, pasados los años, en otra carta posterior al propio Damilaville, de 27 de enero de 1768, firmaba directamente Écrlinf. Por una nota de Beuchot se sabe que los carteros encargados de seleccionar su correspondencia, que incluso decían “no escribe mal” refiriéndose a su caligrafía, creían que el tal ÉCRLINF residía en Suiza.

   Luego, Voltaire entendía LO INFAME por LA SUPERSTICIÓN y no por “la religión”, como gente malintencionada ha propagado con ánimo de desprestigiar al gran filósofo. El humor ácido de Voltaire es el polo opuesto al de Mozart. Ninguno de los dos tenía sentido del ridículo y coincidieron como excelentes ilustrados.


   Muchos estudiosos han defendido la autoría y otros el carácter apócrifo del pensamiento que inicia este pequeño recuerdo a uno de los mayores genios que han sido fieles defensores de la tolerancia humana. Voltaire se identificó con el liberalismo de John Locke, defendiendo siempre el derecho natural de todos los individuos. Su carácter alegre, ingenioso, inteligente negociante y crítico de una sutileza proverbial, siempre se reía hasta de sí mismo. Este aspecto, muy importante para su vida e irritante para sus enemigos, se expresa magistralmente en la película “Ridicule” de Patrice Leconte, 1996, en la que Voltaire es presentado, una vez más, por su conocido sentido del humor y no por su clarividente contribución al pensamiento europeo. 


Es importante visionar las secuencias a plena pantalla.


Es importante visionar la secuencia a plena pantalla.


martes, 10 de septiembre de 2013

ENFERMEDAD VENERABLE

SOLANINA

Antonio Campillo Ruiz

Cryng Man

    Cuántas veces se ha repetido que César Vallejo vaticinó su muerte...

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París y no me corro
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

Poemas Humanos


   Y cuántos diagnósticos se desecharon (tuberculosis, malaria, paludismo, sífilis, etc.) por la clínica Arago de París, donde falleció el 15 de abril de 1938, cuyo equipo médico no supo la causa de su muerte. El poeta Hans Magnus Erzensberger hace bastante tiempo dijo que “Las enfermedades que sufrió Vallejo eran desconocidas por la Medicina. Una se llamó España y la otra, una enfermedad muy vieja y muy venerable: el Hambre”. Por ello, escribió el poeta Arturo Serrano Plaja cuando la delegación española asistió en 1935 al I Congreso Internacional de Escritores Antifascistas en París: “Para prolongar la estancia… cuanto fuese posible, con el poco dinero que teníamos (la mayor parte lo ponía Neruda), decidimos hacer un plan de austeridad… Y, como en París encontramos a Vallejo (alimentado casi exclusivamente de patatas cocidas mañana y noche como cuando le conocí en España…)”. El doctor Enrique Robertson, que se sepa, ha sido el primero en sostener que Vallejo falleció a causa de una intoxicación crónica por solanina.


   La solanina es un glocoalcaloide tóxico de sabor amargo que está formada por el alcaloide soladinina y una cadena lateral de carbohidrato. Fue aislada por primera vez en 1820 a partir de las bayas de hierba mora (solanum nigrum) y es una sustancia muy tóxica incluso en pequeñas cantidades. Además de en la hierba mora, se encuentra en la patata (solanum tuberosum), el tomate inmaduro (solanum lycopersicum), la belladona (atropa belladonna), la berenjena (solanum melongena), entre otras plantas de la familia de las solanáceas. La toxina está presente en varias partes de las plantas pudiendo intoxicarse los humanos por la ingestión del fruto y semillas de las mismas. La intoxicación posee más o menos importancia dependiendo de la madurez en que se halle el producto ingerido y de los tratamientos que se le hayan aplicado. En cuanto a la patata, siguiendo el caso que nos ocupa, su toxicidad variará según las condiciones de ingestión. Así, la acción  tóxica de solanina es más peligrosa en su fase inmadura (puede reducirse si se somete a una fritura de no menos de 170º C) que en su fase de madurez aunque la solanina no desaparece del tubérculo en ningún caso.


   La mayor parte de las plantas que contienen solanina también presentan otros alcaloides tóxicos que incrementan el riesgo de intoxicación por ingestión. En realidad, las plantas generan estos agentes tóxicos por sus propiedades como fungicidas y pesticidas naturales para protegerse de enfermedades, insectos y otros depredadores. Son un mecanismo de defensa natural que se ha utilizado, a  partir de su descubrimiento y purificación, en agricultura como forma alternativa y natural de combatir las enfermedades de los cultivos (excepto en Homeopatía, su compleja acción bioquímica y los resultados poco efectivos obtenidos provocaron su abandono en Medicina).

Van Gogh

   El contenido de los glicoalcaloides de la patata varía significativamente según las condiciones ambientales imperantes durante su cultivo, la longitud del período de almacenamiento y la variedad considerada. Se los encuentra sobre todo en las plantas inmaduras y en los nódulos verdosos de germinación, situados principalmente en la piel y en la semilla. La posibilidad de intoxicación también depende de si la persona que consume las patatas presenta alguna enfermedad concomitante, sobre todo infecciosa, dado que ese tipo de enfermedad aumenta la sensibilidad a la intoxicación. En la patata, la cantidad media de glicoalcaloides es de 0,075 mg por gramo pero algunas enfermedades de la planta, al igual que en los tubérculos dañados por golpes, pueden incrementar los niveles alcaloideos. Las patatas que han sido expuestas a la luz y han empezado a reverdecer pueden mostrar concentraciones de 1 mg/g o más altas, cantidad más que suficiente para provocar una grave intoxicación que no se evita ni por la cocción con agua o con microondas.

Chagall 

   La publicación científica en la que se basó el Dr. Enrique Robertson (hoy todavía consultada) y su claro diagnóstico fueron el fundamento para explicar la muerte de unos hambrientos soldados franceses que habían ingerido patatas enverdecidas, expuestas a la luz y conservadas en un ambiente húmedo. Quien había dicho a un amigo “En París tendremos que vivir de piedrecitas”, César Vallejo, probablemente consumió hasta su muerte las patatas más baratas de los mercados parisinos.

¡Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!

¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres
y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!
¡Más valdría, francamente,
que se lo coman todo y qué más da...!

¡Y si después de tanta historia, sucumbimos,
no ya de eternidad,
sino de esas cosas sencillas, como estar
en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
a juzgar por la altura de los astros,
por el peine y las manchas del pañuelo!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!

Se dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos, cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra!

Poemas Humanos

Delaunay

jueves, 26 de enero de 2012

STRANGER LEE MILLER

LEE MILLER

Antonio Campillo Ruiz

Portrait de Lee Miller en Arlésienne, Picasso, 1937

   “La Lee Miller que ahora he descu­bierto es muy diferente de la mujer con la que me peleé durante tantos años, y me pesa mucho no haberla conocido mejor. Este pesar lo compartirán muchos, pues Lee sólo desveló una pequeña parte de sí misma a cada persona” escribió Anthony Penrose en la biografía de su madre, donde reveló que el hijo de una familia amiga la violó cuando tenía siete años y le contagió un mal ve­néreo. Hoy se sospecha de su padre -también de un tío- pues el primero le hizo numerosas fotos estereoscópicas desnuda. 

Nude study (stereoscopic photograph) of Lee Miller by her father, 
Theodore Miller, 1 July 1928

Lee Miller, Man Ray

Man Ray y Roland Penrose, Lee Miller, 1946

   Lee Miller, 1907-1977, fotógrafa estadounidense, además de posar para pintores y numerosas revistas, trabajó como reportera durante la Segunda Guerra mundial y envió sus impresionantes imágenes a Vogue con este ruego: “Os suplico que creáis que esto es cierto”. La fotografía precedente muestra a dos de sus amantes: a Man Ray lo conoció en 1929 y, durante los tres años que estuvieron juntos, desarrollaron la idea de la solarización, esto es, la inversión de los valores tonales de un negativo (según el comediógrafo David Hare lo dejó porque su compatriota era un celoso impenitente); a Roland Penrose se unió tras divorciarse de Aziz Eloui Bey y se casó con él en 1947. Dejó unos cuarenta mil negativos.

Lee solarized, Man Ray, 1929

Lee en “Blood of a Poet”, film de Jean Cocteau, 1930

Nusch y Paul Élouard a la izquierda, Lee Miller al fondo, Man Ray y Ady Fidelin a la derecha, en Cannes, Roland Penrose, 1937

Torturados, Lee Miller

Fusilamiento, Lee Miller

Dachau, Lee Miller

Buchenwald, Lee Miller

Lee Miller

Max Ernst y Dorothea Tanning, Lee Miller, 1946

Roland Penrose y Lee Miller

martes, 10 de enero de 2012

UN AMANTE DE HOCKNEY

PETER SCHLESINGER

Antonio Campillo Ruiz

Peter saliendo de la piscina de Nick, Hockney, 1966

   “Nuestros ojos no dejan de desplazarse en diferentes niveles de percepción. Para dar cuenta de este fenómeno en mis fotos con la Polaroid he tenido que desplazarme enormemente, revisar sin cesar mi propio punto de vista en relación con mi motivo…las fotografías nos ofrecen inmensas posibilidades” dijo Hockney en el catálogo de la Nouvelle Biennale de Paris en 1985, algo incontrovertible pero, al sostener que los pintores clásicos usaron diversos aparatos ópticos para reproducir imágenes en las telas -caso de Vermeer- y que este procedimiento se mantuvo en secreto, suscitó una gran polémica en 2001 (“El conocimiento secreto”). David Hockney nació en Bradford en 1937 en una “familia radical de clase trabajadora” y en la década de los 60 se estableció en California, donde la homosexualidad era tolerada quizás por la proximidad de Hollywood. Cuando enseñaba en la Universidad de Los Ángeles, conoció a un estudiante de Arte de diecinueve años, Peter Schlesinger, y lo hizo su amante y modelo favorito. Su relación duró cinco años porque las ambiciones artísticas de Schlesinger se vieron frustradas cuando la carrera de Hockney despegó. Peter se marchó a París, allí encontró un nuevo amante y hoy es un afamado fotógrafo. 

Peter Schlesinger, foto tomada por Hockney
(foto para el cuadro anterior)

Portrait of an Artist (Peter de pie), Hockney, 1971

Peter Schlesinger, Londres, 1971
(foto para el cuadro anterior)

Peter Schlesinger con cámara Polaroid, Hockney, 1977

Peter Schlesinger

Amanda Lear, Peter Schlesinger, 1973

La Piscine Deligny, Peter Schlesinger, 1975

 David Hockney and Cecil Beaton, Peter Schlesinger, 1975

     David Hockney                          Peter Schlesinger


domingo, 8 de enero de 2012

CONDENA INJUSTA

CAMILLE: LA PASIÓN MUTILADA

Antonio Campillo Ruiz

Camille Claudel

   En un aciago día de 1883 Camille Claudel, una joven de 19 años de una belleza delicada y dotada de un talento precoz e inimitable, llegó al taller en el que Rodin, con igual fuerza que la naturaleza lo había creado, se enfrentaba al mármol con violencia extrema. Camille, que había estudiado en la academia Colarussi, se acercó al maestro para aprender la técnica de su cincel pero al poco tiempo se vio enredada en el cúmulo de pasiones contradictorias en las que aquel hombre vivía y esculpía.

Las Puertas del Infierno, Rodin y Camille Claudel 

   Entre ambos creció una pasión desatada, tormentosa, excitante y destructiva, que no distinguía trabajo creativo de las relaciones personales como amantes. Camille era creadora, escultora, modelo y musa inspiradora, de unas obras cada vez más perfectas, de mayor calidad, impetuosas y arrebatadoras. A esta etapa de sus vidas pertenecen Las Puerta del Infierno, en las que Camille trabajó en las figuras de esta monumental obra. De igual forma, Camille es la mujer representada en la famosa y bellísima escultura El Beso, reafirmando su calidad de inspiradora y modelo.  

El Beso, Rodin

   El talento de Camille fue reconocido en el círculo de artistas y marchantes cuando Octave Mirbeau, uno de sus posteriores verdugos, proclamó públicamente su genio. La estimación que hacía Rodin del trabajo de Camille provocó sutilmente la aparición de unos celos notorios en el escultor, tanto en sus trabajos en colaboración como en los personales. Conforme la valoración pública se manifestaba cada vez con más intensidad a favor de la creatividad de Camille, el ego de Rodin iba quedando cada vez más dañado aunque reconocía y admiraba el toque personal femenino como parte insustituible de la obra de Camille.

Camille Claudel esculpiendo Sakountala en su versión de 1886

Cuaderno de Camille Claudel

El pensamiento profundo, Camille Claudel

   El inmerecido y humillante desprecio que sentía Rodin por quien le cuidaba dócilmente, Rose Beuret, con la que al final de su vida se casó, motivaba que la eterna acompañante de fiestas y viajes fuera Camille Claudel, mujer culta, formada en las artes y de inteligente conversación. Donde apareciera ella, era la prueba indiscutible de su magnífico gusto y se ignoraban las groserías de él. Todo derivó en una farsa. Sus celos profesionales, el progresivo despecho y el tratamiento represor por la creatividad de Camille, acabaron con el poco amor que quedaba de la inmensa pasión que otrora les había enajenado.  La vida de Camille cambió al conocer a Claude Debussy pero la suerte no la acompañó.

Jeune Fille á la Gerbe, Camille Claudel

Camille Claudel 

   Tras haber sido encerrada por sus familiares, Camille miró a lo largo de treinta inmensos años una pared desnuda y plana, ella, que había creado de una masa informe la vida con sus manos. Este hecho -consta que se le diagnosticó manía persecutoria-, fue un acto que se podría clasificar dentro de los asesinatos premeditados con la agravante de tormento. No creo que fuera una esquizofrénica ni que tuviese enfermedad mental alguna. Sencillamente a Camille Claudel le robaron el espíritu cuando le robaron la posibilidad de expresarse como sabía: por medio de la creatividad y el genio.

Foto de la familia Claudel en su domicilio de París, 1883

A la izquierda con un gorro, el padre. Con una cruz, Paul. En el centro, Camille. Delante de ella, su madre. En primer plano, Louise, ya comprometida con el joven de la derecha de la foto. Tras él, una compañera de estudios de Escultura de Camille, Jessie Lipscomb. Al fondo, el suegro de los Claudel, Ernest de Massary.



viernes, 6 de enero de 2012

CAMILLE, GENIAL…¡Y MUJER!

CAMILLE CLAUDEL

Antonio Campillo Ruiz

La pensée (Camille Claudel), Rodin
  
Querido Paul:
   Hoy, 3 de marzo, es el aniversario de mi secuestro en Ville-Evrard: hace 17 años que Rodin y los marchantes de obras de arte me enviaron a hacer penitencia a los asilos psiquiátricos. Después de apoderarse de la obra de toda mi vida sirviéndose de B. para ejecutar su siniestro proyecto me hicieron cumplir años de prisión que bien se merecerían ellos. B. no era más que un agente del que se sirvieron para tenerte al margen y utilizarte para dar este audaz golpe que salió tal y como habían planeado gracias a tu credulidad y a la de mamá y de Louise. No olvides que la mujer de B. es una antigua modelo de Rodin: ahora ves la maquinación de que fui objeto. ¡Qué bonito!, ¡todos aquellos millonarios lanzándose contra una artista indefensa! ya que los señores que colaboraron en tan buena acción son todos más de 40 veces millonarios.
   ¡Parece que mi pobre taller, algunos pobres muebles, algunos útiles construidos por mí misma, mi pobre menaje, aún excitaban su codicia! Como la imaginación, el sentimiento, lo nuevo, lo imprevisto que surge de un espíritu desarrollado, es algo que les está vedado, cerrados de mollera, cerebros obtusos, eternamente ciegos a la luz, les hace falta alguien que les provea. Ellos lo decían: “nos servimos de una alucinada para encontrar los temas”. Tendría que haber al menos algunos estómagos agradecidos que supieran compensar a la pobre mujer a la que despojaron de su genio: ¡no!, ¡una casa de locos!, ¡ni siquiera el derecho a tener mi propia casa! […]
   Parece que el principal beneficiario de mi taller es el señor Hébrard, editor de obras de arte, calle Royale. Allí se precipitaron todos mis bocetos (más de 300). Parece que ya unos años antes de mi marcha de París, los bocetos que hacía en Villeneuve tomaban el camino de su casa (¿por qué milagro? Dios sabe) Los encontré en su casa copiados en bronce y firmados por otros artistas: ¡realmente es demasiado fuerte! ¡Y condenarme a prisión perpetua para que no reclame!
   Todo esto sale en el fondo del cerebro diabólico de Rodin. Sólo tenía una idea, que cuando él muriera yo podría alzar el vuelo como artista y llegar a ser más que él: era preciso que consiguiera tenerme entre sus garras después de su muerte igual que en vida. Era preciso que yo fuera desgraciada muerto él igual que vivo. ¡Lo ha conseguido punto por punto, porque lo que es desgraciada lo soy!

   Carta de Camille Claudel a su hermano Paul en “Correspondencia de Camille Claudel”.

Nota: Camille fue encerrada en 1913 y murió en 1943

El vals, Camille Claudel

El abandono, Camille Claudel

La ola, Camille Claudel

La edad madura, Camille Claudel

Vetumno y Pomona, Camille Claudel

La pequeña castellana, Camille Claudel

Las cotillas, Camille Claudel

El hombre inclinado, Camille Claudel

Busto de Rodin, Camille Claudel

Camille Claudel

Camille Claudel

Camille Claudel