SUPERSIMETRÍA Y GRAVITÓN
El espacio y su
posible transformación explicaría el problema, bastante incomprendido e
irresoluble para muchos científicos, de la multiuniversalidad. La existencia de
múltiples Universos paralelos al nuestro, concebible y donde nos encontramos. La naturaleza de nuestro Universo no implica la inexistencia de múltiples espacios paralelos que no podemos ni
apreciar ni asemejar al nuestro. No se trata de la existencia de miles de
millones de Universos diferentes, sino de múltiples dimensiones que, con las nuevas
teorías se unifican en una única. El reflejo de ésta en unos teóricos espejos, posee imágenes
idénticas porque todas las dimensiones no son nada más que diferentes enfoques
de idéntica existencia. Así, las cuerdas, desde las distintas imágenes de una
sola teoría pueden corregir y formar tejidos espaciales. Resuelta la hipótesis
de las cuerdas, la armonía de su vibración supondría conocer la simplicidad de
los Universos paralelos. Es la Teoría del Todo, La teoría M, aunque no se sabe
muy bien qué significa la letra M: ¿misteriosa, mágica, matriz?
La explicación de
la aparente debilidad de la fuerza de gravedad frente al resto de fuerzas de la
materia, se deduce mediante las cuerdas y la posibilidad de que éstas sean
cerradas y, por tanto, puedan escapar fácilmente desde nuestro Universo a las
dimensiones paralelas de Universos próximos. Las cuerdas que estuviesen ligadas
a la gravedad, conformarían una membrana que podría llegar a ser tan inmensa como
todo el Universo conocido. Esta es la ampliación de la actual teoría de cuerdas.
Si es así, no podríamos tocar jamás dicha membrana en otra dimensión pero sí
notaríamos su presencia y posibles consecuencias. El gravitón es la clave. Si dos membranas formadas por cuerdas, una de
ellas encerrando a nuestro Universo, y la otra, cercana pero en la que también existe
vida inteligente, pretendiesen ponerse en contacto, sólo podrían hacerlo
mediante las consecuencias de la gravedad, porque su debilidad se basa en la
posibilidad de poder salir de su dimensión y alcanzar otra perdiendo fortaleza.
Nunca podríamos comunicarnos con la otra membrana dimensional excepto con la presencia del gravitón.
Antonio
Campillo Ruiz
Calmar el caos. Admitir
que el espacio y el tiempo son mucho más complejos que su comparación con una
cinta numerada o un reloj. Este era el desafío de las hipótesis iniciales sobre
la teoría de cuerdas. ¿Por qué? Bien, el espacio podría ser comparado a una
membrana, en las dimensiones enormemente pequeñas, que puede sufrir roturas.
Esta peculiaridad nos conduciría a dos posibles efectos muy diferentes: a la
formación de un agujero de gusano o a una destrucción total del espacio dañado.
Cuando se descubrieron los agujeros de gusano, nuevas direcciones del espacio capaces
de poder rasgar el tejido espacial en un punto, para poder unirlo a otro que
se encuentra a distancias cercanas o interestelares,
se supuso que estas roturas no podrían tener existencia sin suturar
inmediatamente la rasgadura provocada. Por tanto, no era posible que el espacio
se pudiese romper. En esta dualidad se mantuvieron defensores y detractores de
las cuerdas hasta que, precisamente, su existencia podía favorecer que el tejido
espacial se autorreconstruyese: Las
cuerdas pueden formar, en su caóticamente ordenado movimiento, tubos que
englobarían las rasgaduras espaciales y volverían a su estado inicial las
roturas provocadas.

Aparentemente el
grave problema de la multidimensionalidad estaba resuelto pero, antes de la
teoría M, la explicación de las cuerdas precisaba de la existencia de diez, ¡diez!,
dimensiones: una para el tiempo, tres par el espacio conocido y seis para la
existencia cuántica de la cuerda. Tras la teoría M que, aparentemente, unificaba
en una sola dimensión todos los posibles enfoques de la teoría, el problema fue
que, para su explicación, se necesitaba una nueva dimensión. Así pues la
existencia de ¡once dimensiones! tomó cuerpo y, por supuesto, los espacios/tiempos
paralelos y los Universos multidimensionales.

A pesar de no saber
con exactitud lo que sucede cuando dos membranas de cuerdas chocan, las nuevas
teorías del Big-Bang, derivada del choque entre membranas conteniendo una de
ellas nuestro Universo y la otra un Universo paralelo, pueden provocar una
expansión energética de inmensas dimensiones, no del inicio del todo, sino de
la repetición energética derivada de ese potente choque. Encontrar las
partículas S, la supersimetría, y el gravitón, en los enormes aceleradores de
partículas Fermilab y Cern, será fundamental para probar la veracidad de
teorías que, hasta el momento actual, son hipótesis no experimentadas.
Es importante visionar el documental a plena
pantalla.