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miércoles, 5 de diciembre de 2012

CARRERA VIRTUAL Y EN DIRECTO

LA REALIDAD FILMADA

Antonio Campillo Ruiz


   Cuando Andrew Marton y Yakima Canutt dirigieron los diecinueve minutos que se encuentran entre los más famosos de la historia del cine, vividos por actores y espectadores con una intensidad dramática épica, no sospecharon que cuarenta años más tarde un director visionario e imaginativo los calcaría de forma perfecta con una tecnología insospechada.


   En  la grandiosa “Ben-Hur” de William Wyler, 1959, los directores de la segunda unidad cargaron sobre sus espaldas con el gran trabajo que supuso el rodaje de la carrera de cuadrigas en el circo, pensada, estructurada y supervisada por Wyler, sin considerar la complejidad humana y técnica que debían llevar a cabo. A modo de ejemplo debemos conocer que solo la construcción del circo donde tenía lugar la carrera, copia casi exacta del que existió en Antioquia, se prolongó durante un año; que el entrenamiento de Charlton Heston y Stephen Boyd para conducir las cuadrigas y el de los dobles, que sólo actuaron en unas pocas escenas, se extendió a lo largo de cuatro meses; y que los diecinueve minutos de la carrera tardaron más de tres en rodarse. Es una de las realizaciones más peligrosa y grandiosa de la historia del cine en todos los aspectos: rodaje y resultado cinematográfico. Recomiendo la lectura de las diversas anécdotas que tuvieron lugar a lo largo de los cinco años de dilatada producción. 


   Qui-Gon Jinn dice a Anakin Skywalker “Tu enfoque determina tu realidad”, el espectador presiente que así es. El enfoque que George Lucas, en el primer capítulo de la saga “Star wars” titulado “La amenaza fantasma”, 1999, marca a la película y es decisivo porque no posee la carga épica de “Ben-Hur”


   A pesar de ello, Lucas quiere exponer al espectador la grandeza de una tecnología, la infografía, que se puede comparar con secuencias que han marcado un hito en la historia del cine. La similitud de la carrera de vainas entre Anakin Skywalker y Sebulba, como adversarios principales, ante miles de espectadores y presidida por Jabba The Hutt, recuerda a Poncio Pilatos presidiendo la carrera de cuadrigas entre Judá Ben-Hur y Messala, amigos de la infancia y enemigos en ese momento.


   Pero, siempre existe un pero, la épica y la magia cinematográfica no tienen nada que ver con la técnica al servicio de ellas. La técnica no podrá suplir jamás los aspectos fílmicos de una realización cinematográfica. Y es precisamente la técnica fría, muy fría, la que trata de ser similar a la viveza de la realidad filmada. El resultado es un poco patético. Jamás se podrá realizar una similitud entre la belleza de los caballos en plena carrera con el zumbido de las vainas voladoras de diseño tan estrambótico como galáctico.


   George Lucas siguió casi a pie de planos la secuencia que ideó el maestro Wyler. El trabajo, en ambos casos, podrá ser similar ya que la infografía requiere una dedicación y perfeccionismo extraordinarios pero, la "realidad filmada" no se parece ni una pizca a la, para mí, inadecuada denominación de “realidad virtual”, un concepto de reciente acuñación que aglutina dos ideas antitéticas.  
  


miércoles, 21 de noviembre de 2012

MOSQUITOS Y NAVES ESPACIALES

INSPIRACIÓN, RECUERDO HOMENAJE  

Antonio Campillo Ruiz


   Los espectadores que disfrutamos con la película “Escuadrón 633” de Walter Trauman, 1964, la recordamos sorprendidos cuando nos complacimos embelesados al visionar “La guerra de las galaxias” de George Lucas, 1977.


   Habían transcurrido sólo cuatro años desde la producción de “Escuadrón 633”, y la prodigiosa realización de Stanley Kubrick, “2001, una odisea del espacio”, 1968, sedujo a los espectadores, paralizando a guionistas, técnicos en efectos especiales y productores, dejando al subgénero de aventuras espaciales aterido o al menos en un estado cataléptico difícil de superar.


   Afortunadamente, casi diez años después, un entusiasta de la técnica cinematográfica y excelente realizador, George Lucas, se atrevió a sacudir con fuerza la empolvada alfombra mágica del abandonado subgénero convirtiéndolo en un fenómeno mediático que ha tenido una trascendencia mundial inusitada. 


   Sin embargo, en esta primera película, aparentemente única y sin una clara predisposición a la continuidad (se tituló simplemente “Star wars”, sin subtítulo explicativo alguno, convirtiéndose posteriormente en “Capítulo IV” y siendo retitulada en español “Una nueva esperanza”) fue la primera producción de una saga de seis, tal fue su influencia cinematográfica.


    Bien, pues el “homenaje”, “similitud”, o simplemente “recuerdo”, que Lucas dedicó a la antigua “Escuadrón 633” lo concibió y realizó siguiendo los planos casi idénticos de la escena más importante en ambas películas: el ataque a lo largo de un angosto y largo camino hasta un objetivo casi inalcanzable. Los frágiles Mosquitos de la segunda guerra mundial debían hacer blanco, con sus bombas especiales que provocaban movimientos sísmicos, en la base de una roca y las naves rebeldes debían introducir unos torpedos por una pequeña salida de refrigeración del núcleo del reactor en la temible “Estrella de la Muerte”. Vamos a visionar ambos ataque para comprobar su casi idéntica planificación pero con medios y efectos en los que la diferencia temporal y técnica los aleja cinematográfica pero no fílmicamente.



   El sonido, desde su incorporación al cine, ha sido tan imprescindible para el espectador que éste llega incluso a admitir errores físicos elementales, como la transmisión del mismo en el espacio exterior en el que no existe medio por el que se transportan las ondas sonoras. Pues bien, el sonido va a ser, en el montaje que se adjunta, el ejemplo fiel de la verosimilitud de lo antedicho: se ha cambiado la banda sonora de la escena del ataque mencionado entre ambas películas, es decir, oímos la banda sonora de “La guerra de las galaxias” pero las imágenes pertenecen a  “Escuadrón 633”.  La similitud y continuidad de planos es bastante asombrosa. Podríamos casi establecer que la banda sonora es la misma para ambas películas si no fuese por el “ruido de motores” y el “tipo de explosiones” que se producen, además de por “las voces de los actores” que son peculiares y diferentes.  George Lucas es un realizador que ha innovado técnicamente aspectos cinematográficos del lenguaje audiovisual. La anécdota explicada creo que es debida a un retomar, retocar y mejorar, mediante la similitud, escenas memorables de la historia del cine. George Lucas no necesita inspiraciones adicionales, le basta su imaginación. 
  

miércoles, 24 de noviembre de 2010

CINE Y COPIA






PUBLICACIÓN EN REPARACIÓN.

UN DIFÍCIL ATAQUE





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