CAMILLE CLAUDEL
Antonio Campillo Ruiz
La pensée (Camille Claudel), Rodin
Querido Paul:
Hoy, 3 de marzo, es el aniversario de mi secuestro en Ville-Evrard: hace 17 años que Rodin y los marchantes de obras de arte me enviaron a hacer penitencia a los asilos psiquiátricos. Después de apoderarse de la obra de toda mi vida sirviéndose de B. para ejecutar su siniestro proyecto me hicieron cumplir años de prisión que bien se merecerían ellos. B. no era más que un agente del que se sirvieron para tenerte al margen y utilizarte para dar este audaz golpe que salió tal y como habían planeado gracias a tu credulidad y a la de mamá y de Louise. No olvides que la mujer de B. es una antigua modelo de Rodin: ahora ves la maquinación de que fui objeto. ¡Qué bonito!, ¡todos aquellos millonarios lanzándose contra una artista indefensa! ya que los señores que colaboraron en tan buena acción son todos más de 40 veces millonarios.
¡Parece que mi pobre taller, algunos pobres muebles, algunos útiles construidos por mí misma, mi pobre menaje, aún excitaban su codicia! Como la imaginación, el sentimiento, lo nuevo, lo imprevisto que surge de un espíritu desarrollado, es algo que les está vedado, cerrados de mollera, cerebros obtusos, eternamente ciegos a la luz, les hace falta alguien que les provea. Ellos lo decían: “nos servimos de una alucinada para encontrar los temas”. Tendría que haber al menos algunos estómagos agradecidos que supieran compensar a la pobre mujer a la que despojaron de su genio: ¡no!, ¡una casa de locos!, ¡ni siquiera el derecho a tener mi propia casa! […]
Parece que el principal beneficiario de mi taller es el señor Hébrard, editor de obras de arte, calle Royale. Allí se precipitaron todos mis bocetos (más de 300). Parece que ya unos años antes de mi marcha de París, los bocetos que hacía en Villeneuve tomaban el camino de su casa (¿por qué milagro? Dios sabe) Los encontré en su casa copiados en bronce y firmados por otros artistas: ¡realmente es demasiado fuerte! ¡Y condenarme a prisión perpetua para que no reclame!
Todo esto sale en el fondo del cerebro diabólico de Rodin. Sólo tenía una idea, que cuando él muriera yo podría alzar el vuelo como artista y llegar a ser más que él: era preciso que consiguiera tenerme entre sus garras después de su muerte igual que en vida. Era preciso que yo fuera desgraciada muerto él igual que vivo. ¡Lo ha conseguido punto por punto, porque lo que es desgraciada lo soy!
Carta de Camille Claudel a su hermano Paul en “Correspondencia de Camille Claudel”.
Nota: Camille fue encerrada en 1913 y murió en 1943
El vals, Camille Claudel
El abandono, Camille Claudel
La ola, Camille Claudel
La edad madura, Camille Claudel
Vetumno y Pomona, Camille Claudel
La pequeña castellana, Camille Claudel
Las cotillas, Camille Claudel
El hombre inclinado, Camille Claudel
Busto de Rodin, Camille Claudel
Camille Claudel
Camille Claudel
Camille Claudel
Siempre me recorre un escalofrío al recordar la historia de Camille Claudel. ¡Lo que sufrió!
ResponderEliminarPero he leído que no sólo fue por Rodin. Su insigne hermano también tuvo que ver en su encierro según afirman muchos, no sé si con razón o no.
Lo real es que cortaron las alas de esta deliciosa escultora y la condenaron a una muerte en vida que no merecía.
Cuando estuve en el Museo Rodin, me emocioné bastante con las esculturas de la frágil Camille.
Mereció otra suerte.
Un abrazo, querido Antonio, y que los Reyes Magos se porten bien contigo.
Ciertamente la historia de Camile Claudel es un cúmulo de desprópositos y desgracias dignas del mejor guión como lo fue, si no recuerdo mal en una película que hacía el francés de la gran nariz. Historias para no olvidar,amigo Antonio.
ResponderEliminarUn abrazo
Por cierto, no me han traido nada y, además, se me han bebido y comido todo lo que puse para ellos.
ResponderEliminarCierto, Isabel. Posiblemente su padre no hubiera consentido jamás el desafuero que cometieron con ella.
ResponderEliminarSu genio como escultora debió desatar demasiadas envidias. Y..., ¡siendo mujer! ¿Cómo se atrevía?.
La pérdida de un amor extraño desató el fantasma de su inmensa soledad.
Un fuerte abrazo, querida Isabel
Efectivamente, Enrique, "Camille Claudel" ("La pasión de Camille Claudel"), de Bruno Nuytten, 1988, fue interpretada por Isabelle Adjani y Gérard Depardieu. Obtuvo numerosos reconocimientos, a pesar de ser una "ópera prima", entre los que se encuentran el César a la mejor película en 1989 y el Oso de Plata a la mejor actriz en Berlín, el mismo año. Es una gran película.
ResponderEliminarLa belleza de Camille fue impresionante y su pasión por la escultura y Rodin, como dices, su tragedia.
Mira, Enrique, se me han comido la alfalfa, las flores y me han limpiado la despensa. NO me han dejado ni un trocito de carbón. ¿Hemos sido tan malos? Bueno, tú no lo sé, yo sí he sido ¡malo, malo, malo,,,! Como decía Malcolm McDowell a la dueña de la finca de reposo en "A Clockwork Orange" ("La naranja mecánica"), de Stanley Kubrick, 1971. Creo que en esta película nació eso de ser ¡malo, malo, malo...!
Un fuerte abrazo, Enrique.
P.D.: Me acaban de decir que quien me ha limpiado la despensa ha sido "el hombre del saco" y que rey, rey..., sólo hay uno que vive en La Zarzuela.