jueves, 13 de octubre de 2011

EJECUCIÓN PROFESIONAL

EL VERDUGO

Antonio Campillo Ruiz

Vladislav Erko

EL VERDUGO

   Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.
   Era un atareado día de ejecuciones y él despachaba cada hombre con graciosa velocidad; las cabezas rodaban en el polvo. Llegó el décimo segundo hombre, empezó a subir el patíbulo, y Wang Lun, con un golpe de su espada, lo decapitó con tal celeridad que la víctima continuó subiendo. Al llegar arriba, se dirigió airadamente al verdugo: “¿Por qué prolongas mi agonía?” -le preguntó-. “¡Habías sido tan misericordiosamente rápido con los otros!”.
   Fue el gran momento de Wang Lun: había coronado el trabajo de toda su vida. En su rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo: “Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor”.
Arthur Koestler

14 comentarios:

  1. Glubs. Tremendo relato. A eso se le llama profesionalidad.

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  2. Oi Antonio, um história interessante.Que desempenho Professional! Um excelente resto de semana cheio de coisas boas. Bjs grande!

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  3. Estimado Antonio:
    Este relato de Arthur Koestler, es tremendamente escalofriante, y el personaje principal, el que hace de verdugo, Wang Lun, -Vaya manía con dejar la cabeza en su sitio-
    Y luego, cuando lo consigue: !hala! !inclínese usted¡, claro está y el otro, como se lo pide con tanta educación, va y le hace caso.

    Este escritor, tuvo mala suerte en su andadura y sobre todo en su final.

    Gracias por compartir.
    Un abrazo:
    Antonio

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  4. Desde luego, Amando. La perfección en estos quehaceres es un arte...¡Glubs!
    y ¡reglubs!

    Un abrazo.

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  5. Así es, Smareis, después de tanta profesionalidad un "descanso" en su perfecto trabajo sería un buen descanso... ¡para los condenados!
    Muito obrigado.

    Un fuerte abrazo, Smareis

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  6. Amigo Antonio, sí, es muy escalofriante. Sobre todo por la tranquilidad con la realiza su "perfecto" trabajo.
    Como decía Pepe Isbert en "El verdugo" de Luis G. Berlanga, 1963, "... si está la Ley, alguien tiene que hacerlo..." o "... y el condenado me ha dado un cigarrillo y me ha dicho: "Buen hombre, hágalo usted bien y rápido", pues claro, uno se esmera en su trabajo..."

    Un abrazo.

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  7. Escalofriante y tremendo relato, amigo Antonio, en el que la ejecución está a la orden del día, un trabajo escalofriante, cruel y que quién lo realice no tiene que tener corazón ni ser humano.

    Pero lo peor de todo es cuando se prolonga esa agonía, y la espera se hace mucho más cruel.

    Besos.

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  8. Cruelmente gracioso, Antonio. El que mata por diversión pierde toda condición.
    Te lo voy a robar es muy aplicable en cualquier charla y/o presentación. Gracias.

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  9. Que relato mas fuerte y que profesonalidad del verdugo.

    Me ha gustado mucho tu blog y con tu permiso ,me quedarè por aqui para leerte.

    Te invito a pasarte por mi blog

    un fuerte saludo

    fus

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  10. Sí, Carla, escalofriante. La lucidez con la que pretende realizar su trabajo es loable y tétrica.
    Pero, no olvidemos que cuando una persona ejerce un trabajo con humanos se deshumaniza. Recordemos a cirujanos, sanitarios en general, pompas fúnebres, etc.
    Este verdugo hace un trabajo que ¡alguien debe hacer! No mata por placer, es su rabajo y perfeccionar el trabajo y hacerlo cada vesz mejor es una meta para todos los trabajadores profesionales.
    La cuestión es si la pena de muerte es o no digna de seres humanos. Este es un punto muy diferentes.
    Por desgracia, en estos momentos, en países autoproclamados como democracias inviolables, la pena de muerte se ejerce y ¡existen los verdugos! A veces no se les ve pero la inyección letal puede entrar en el circuito sanguíneo más o menos lenta, esto es debido a la "profesionalidad".

    Un fuerte abrazo, Carla.

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  11. Sí, Enrique, por diversión no se puede realizar este "trabajo". Siendo un profesional como "la copa de un pino" se logra esta perfección.
    Todo para ti.

    Un fuerte abrazo.

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  12. Bueno, Fus, yo también he dado ya uno de los muchos paseos que haré por tu blog. Agradecido que pasees el tiempo que quieras... pero ¡ojo! ¡pon atención!... cuidado con algún verdugo profesional o una muerte enamoradiza...

    Un saludo, Fus.

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  13. La búsqueda de la perfección es una virtud, pero vaya contradicción: no en todos los casos las virtudes son virtudes....
    Qué oficio tan terrible el del verdugo, dicen que se ponían capuchas para matar para que luego el alma del ejecutado no volviera del más allá a tomarse revancha. Pura superstición, ya habrían desaparecido de este mundo entonces muchos más de los que nos imaginamos, y eso que al no usarse ya las capuchas sus víctimas podrían ubicarlos facilmente...hay verdugos actuales que ejecutan al día a miles de seres...

    Un fuerte abrazo, Antonio! y gracias por tus preciosas entradas, oro en polvo

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  14. Muchas gracias, María.
    Sí, los verdugos actuales poseen el don de la ubicuidad porque matan a miles de personas a la vez y en diferentes lugares.
    Como dices, se sabe quienes son pero los espíritus son etéreos y no pueden castigarles. Solo la voluntad y la solidaridad de los humanos que deben subir al cadalso podrá con ellos.

    Un fuerte abrazo, María.

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