sábado, 26 de febrero de 2011

PLACER AUSTRÍACO

TARADOS ENTRE LOS AUSTRIAS

María Luisa Arnaiz Sánchez

Actores itinerantes, Goya, 1793

      Tras las entelequias expuestas por Herodoto sobre los pigmeos: “para visitar los desiertos de Libia…se vieron sorprendidos por una multitud de hombres de estatura inferior a la ordinaria”, o lo que dice Aristóteles sobre las grullas: “su migración les conduce…hasta las marismas del Alto Egipto…allí incluso atacan a los pigmeos”, están los enanos.

Pigmeo luchando contra grulla, IV a.n.e. El Hermitage

El enano Seneb y su familia. El Cairo

   Los enanos, ‘pygmaei’ en griego, ‘pumilius’ en latín, han excitado siempre la curiosidad. Documentados desde  finales del XV en las cortes europeas, tuvieron incluso título oficial.

La corte de Mantua, Mantegna

      Moreno Villa catalogó a ciento veintitrés “hombres de placer que dejaron huellas en el Archivo Administrativo del que fue Palacio Real en Madrid”. De su artículo reproduzco párrafos de Felipe II a sus hijas sobre la gente menuda, loca y simple. 

Isabel Clara Eugenia con su enana
Frans Pourbus el Joven

   En enero de 1582: “Madalena me dijo hoy que escribiría y hasta agora no ha venido, que no sé qué se trae estos días que parece muy poco. No sé si el vino tiene alguna culpa de esto; y bueno me pondría si supiese que yo escribo tal cosa”. Y en junio: “Morata diz que está ya bueno, mas aún no viene acá…que todo es menester para que no esté mal conmigo”. Probablemente la necesidad de distracción explica el comportamiento de estos tarados ante el rey cuya presencia a todos turbaba.

Isabel Clara Eugenia y la enana Madalena
Sánchez Coello

   “Madalena anda muy alegre con mi hermana, aunque muy rota una ropa…yo tengo la culpa, que no le he dado nada, aunque ella no ha dejado de acordármelo” dice desde Portugal el rey en mayo, testimonio de que la enana loca lo había acompañado en la visita a su nuevo reino, donde su hermana Juana permanecía tras la muerte de su hijo, el rey don Sebastián. Al ver a la infanta en el retrato de Moro fechado en 1552, recordé un pasaje del “Lazarillo” de 1554. 

Juana de Austria, Antonio Moro

   “Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese...Ella y un hombre moreno de aquellos que las bestias curaban vinieron en conocimiento. Éste algunas veces se venía a nuestra casa y se iba a la mañana. Otras veces, de día llegaba a la puerta en achaque de comprar huevos, y entrábase en casa. Yo, al principio de su entrada, pesábame con él y habíale miedo, viendo el color y mal gesto que tenía; mas, de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne y en el invierno leños a que nos calentábamos.
De manera que, continuando la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a calentar. Y acuérdome que, estando el negro de mi padrastro trebejando con el mozuelo, como el niño vía a mi madre y a mí blancos y a él no, huía de él, con miedo, para mi madre, y, señalando con el dedo, decía:
-¡Madre, coco!
Respondió él riendo:
-¡Hideputa!”

Tres muchachos, Murillo

   Los esclavos procedían de botines o de deudas, sin olvidar que por nacimiento se era esclavo y heredable. En 1479 el Tratado de Alcaçovas permitió la venta de esclavos en Sevilla pero, tras el legado de Isabel la Católica, “no consientan ni den lugar que los indios…reciban agravio alguno”, se prohibió el tráfico de indígenas americanos, consecuentemente Portugal aumentó su oferta y se vendieron negros en Lisboa, Valencia y Sevilla. “Hay infinita multitud de negras y negros…de los quales nos servimos en Sevilla y son traidos por la vía de Portugal” dice el cronista Luiz de Pedraza. “Madalena anda muy acongojada con su negra, que volvió una vez y agora se le ha vuelto a ir, ha dos días y no sabe de ella: pero sospéchase mal de ella” escribe Felipe II.

La mulata, Velázquez

   Por el censo sevillano de 1565 se sabe que en la ciudad había un esclavo por cada catorce habitantes, siendo la nobleza y la Iglesia los mayores adquirientes. Las órdenes religiosas, los hospitales y los conventos, poseían y vendían esclavos: vendo a soror María de la Soledad monxa profesa del monasterio de santa Maria de Graçia de Sevilla para ella y para el dicho convento y las demas monjas que se pudieren servir de la esclaba conforme a la licencia de sus prelados”. 

Juan de Pareja, Velázquez

   En su testamento la duquesa de Béjar dice que libera a Cecilia de Castro, heredada de su abuela: “me dejo a Cecilia, su esclava, que es blanca…para que me sirviese todos los dias de su vida como esclava…e agora…es mi boluntad de la libertar y manumitir… A 23 dias del mes de diciembre… de 1568… Firmado Doña Teresa de Çuñiga ante mí Juan González, escribano.” 

Muchacha, Salomon de Bray

   Como se ve, el esclavismo se practicó en España. No se objetaba su inmoralidad pues, entre otras cosas, hubiera habido que definir si los negros eran seres humanos, en el sentido de si eran capaces de recibir la gracia como los indios. Esto mantenía la Iglesia católica del asesino de un esclavo: “el daño no se le causó al esclavo, ni a sus hijos, i herederos, sino a sí mismo, pues con la muerte de su esclavo, quedó privado de su servicio”. Cierro el excurso.

Bautismo de eunuco, Rembrandt

   Felipe III renunció a los enanos pero Felipe IV se rodeó de ellos. De don Sebastián de Morra dijo Marañón que las damas de palacio lo querían extremadamente porque era un modelo de lujuria.

Don Sebastián de Morra, Velázquez

   De Diego de Acedo se dice en el registro oficial de la corte que el aposentador Marcos Encinillas, celoso, mató a su mujer porque no lo encontró en su casa. Fue un gran seductor y tuvo cargo en la Secretaría de Cámara.

Diego de Acedo, El Primo, Velázquez

   De Juan Calabazas, “El bobo de Coria”, decía Unamuno que era ejemplo de filósofo porque quien no comprende, quien es tonto, lo puede disimular riendo.

Juan Calabazas, Velázquez

   Del enano con cretinismo que tuvo el príncipe Baltasar Carlos dice Moreno Villa: “por mi indagación sabemos desde hoy que el supuesto Niño de Vallecas se llamaba Francisco Lazcano, y era de Vizcaya, por lo que le llamaban “El vizcaíno”

El niño de Vallecas, Velázquez

   De Nicolasito Pertusato, de unos treinta años en “Las meninas”, se sabe que llegó a ser Ayuda de Cámara.

Nicolás Pertusato, Velázquez

   De la alemana María Bárbara de Asquín, Maribárbola pronunciado a la española, diré que es el contrapunto de la infanta en el cuadro mencionado. 

Maribárbola, Velázquez

    Con este “séquito” había que tener cuidado: “Para que no suceda el faltar de los aposentos de la reina algunas cosas, como ha sucedido, y lo mismo en los míos...cuando salieren...los muchachos y los locos no los dejen ir hasta haber sabido de los reposteros de camas si falta alguna cosa”.

Felipe IV con Soplillo, Villandrando

   Pues bien. Examinados los Austrias y su cohorte de deficientes físicos y psíquicos, el último que ordenó pintar a la gente de placer de la corte fue Carlos II. Si su padre era un “degenerado” para Marañón, él fue el “engendro” de la dinastía: “no tenía ni una sola gota de sangre, el corazón apareció del tamaño de un grano de pimienta…tenía un solo testículo negro como el carbón y la cabeza llena de agua”. Así describió el forense al rey, muerto a los 39 años en 1700.

Enano de Carlos II con un perrillo
Carreño de Miranda

   El primer Borbón en el trono español imitó a su abuelo Luis XIV, que había suprimido el cargo de enano real, pues nada más llegar a Madrid eliminó a los enanos y bufones, reservándose, eso sí, a los negros para hacer negocio. 

 ¿Enano negro?


miércoles, 23 de febrero de 2011

LA LUCIDEZ

CONVERSACIONES CON MI HIJA LAURA – IV
CUANDO EL VERBO SUPERA A LA IMAGEN

Antonio Campillo Ruiz

Fernando: El año que viene casi todos ustedes serán profesores. De literatura no saben demasiado, pero es suficiente para empezar a enseñar. Eso no es lo que me preocupa. Me preocupa que tengan siempre presente que enseñar quiere decir mostrar. Mostrar no es adoctrinar, es dar información pero dando también, el método para entender, analizar, razonar y cuestionar esa información.

Algunos alumnos lo escuchan con atención. Otros están obviamente distraídos o abstraídos en garabatear las hojas de un bloc de apuntes.

Fernando
: Si alguno de ustedes es un necio y cree en verdades reveladas, dogmas religiosos o doctrinas políticas, sería saludable que se dedicaran a otra profesión, a predicar en un templo o desde una tribuna. Si por desgracia siguen en esto, traten de dejar las supersticiones en el pasillo antes de entrar al aula. No obliguen a sus alumnos a estudiar de memoria, eso no sirve. Lo que se impone por la fuerza se rechaza y en poco tiempo se borra. Ningún chico será mejor persona por saber de memoria en qué año nació Cervantes. Pónganse como meta enseñarles a pensar, que duden, que se hagan preguntas. No los valoren por las respuestas, las respuestas no son la verdad, busquen una verdad que siempre será relativa. Las mejores preguntas son las que se vienen repitiendo desde los filósofos griegos. Muchas ya son lugares comunes, pero no pierden vigencia: Qué, cómo, cuándo, dónde, por qué. Si en esto también aceptamos eso de que "la meta es el camino", no nos sirve como respuesta. Describe la tragedia, pero no la explica.

Hay una misión o un mandato que quiero que cumplan. Es una misión que nadie les ha dado pero que yo espero que ustedes, como maestros, se impongan a sí mismos: despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez. Sin límites. Sin piedad”.




   Adolfo Aristarain y Kathy Saavedra ganaron el premio al “Mejor guión” en el Festival de cine de San Sebastián con la película “Lugares comunes” de Adolfo Aristarain, 2002, basada en la novela “El renacimiento” de Lorenzo F. Aristarain. Laura y yo hablamos largo y tendido del guión literario. Estos son los epígrafes.

   Las leves diferencias entre lo escrito inicialmente y lo manifestado en la película pueden ser debidos a un pulido final que diferencia el texto base del expuesto por los actores. ¡Ah, los actores! ¡Cuán imprescindible es la voz y la dicción de Federico Lupi para expresar estos pensamientos tan peculiares como personales, tan reales como duros, tan idealistas como desilusionantes! Y este fue el tema de nuestra charla, el verbo, la palabra.

   Tras hablar de las sensaciones sugeridas en filmes en los que su mayor carga expresiva se sustenta sobre la imagen, alguna vez encontramos unos textos que requieren una atención especial por la intensidad de sus propuestas. ¿Quiere esto decir que no se podrían reflejar en imágenes determinados aspectos de un texto? Creemos que no. La expresión oral puede ser incorrectamente utilizada en una película cuando con ella se “explican” hechos o acciones que el espectador podría haber deducido mediante la imagen. Y, por el contrario, puede ser imprescindible en el medio audiovisual cuando, como en el caso que nos ocupa, su integración narrativa es esencial. Todo se puede decir con el lenguaje icónico pero la cuestión estriba en que, para que la imagen sea bien interpretada, debe de estar contemplada en un código cultural convencional que los receptores deben saber descodificar. Los códigos icónicos son más elásticos que los orales, de ahí la ponderada proporción que debe de existir entre lo sugerido con imágenes y lo expresado oralmente. Ninguno debe prevalecer sobre el otro, deben ser complementarios. Es fundamental e imprescindible una armonía audio-vídeo. Jamás he admitido aquello de la imagen y las mil palabras. Para mí es una falacia.




   Como ambos lenguajes forman parte de la expresión audiovisual, cuando una catarata de pensamientos latentes y vivencias gratificantes o frustrantes es escrita con unas sencillas imágenes, el realizador incrementa la verbosidad y evita un esfuerzo de comprensión innecesario al espectador. Aunque las palabras puedan ser motivo de inhibición sensorial y más con la influencia de un acento desacostumbrado, solo se debe justificar un aumento del diálogo en momentos especiales como el señalado en el ejemplo. Si se presta mayor atención al componente audio se convierte en un elemento distractor que, unido a su predominancia sobre las imágenes, puede ocasionar, y de hecho lo hace, una saturación que impide la asimilación del flujo de ideas.




   En el ejemplo anterior es realmente complejo mostrar pensamientos o acciones que, probablemente, a lo largo de la historia de la humanidad han acaecido mediante el uso de una única forma expresiva, el lenguaje proxémico. Hablamos de la seducción amorosa. Si bien es cierto que se pueden utilizar unos signos visibles y representativos del llamado arte amoroso, también lo es que la palabra es fundamental para expresar sentimientos. El coqueteo masculino o femenino, la afloración de sensaciones difíciles de transmitir, la perspicacia o atrofia de ciertas personas para interpretar lo que sus sentidos les comunican o lo que los labios no quieren decir, exigen el verbo, la palabra, que no por casualidad es el tipo de lenguaje elegido por los humanos.  




   Por igual causa, las voces en off que no son explicativas de nada visual en particular, que únicamente refuerzan la acción narrativa, poseen una potencia añadida cuando van acompañadas de imágenes que, aún no siendo complementarias, exaltan y refuerzan la historia en su conjunto. Para ello creemos, como hemos indicado al principio, que la dicción, profundidad y convicción de lo manifestado por el relator, debe poseer tal seducción que supere la posible pregunta de su idoneidad en el momento que sucede. 

   En cualquier caso, hablamos de la mayor oportunidad de poder releer lo escrito frente a la velocidad de oír una única vez lo expresado en una sala, con más personas, sin la intimidad de las ensoñaciones personales y con distorsiones en la recepción de lo redactado. Nuestro acuerdo es claro y consensuado. No existen parámetros para comparar y valorar formas expresivas que poseen distinto lenguaje. El equilibrio, seguridad y poder de persuasión de cualquier manifestación artística, son las bases fundamentales para su total comprensión.

   A pesar de formar parte del montaje en el ejemplo precedente, he sugerido, y Laura ha aceptado, leer el guión literario y volver a oír, con sus mínimas modificaciones, el último párrafo con que  Federico Lupi nos deleita por medio de su bien timbrada voz.  

“Voz de Fernando (O.S.): La lucidez es un don y es un castigo. Está todo en la palabra: Lúcido viene de Lucifer, el Arcángel rebelde, el Demonio… Pero también se llama Lucifer el Lucero del Alba, la primera estrella, la más brillante, la última en apagarse… Lúcido viene de Lucifer y de Lucifer viene Lux, de Ferous, que quiere decir ‘el que tiene luz, el que genera luz que permite la visión interior’… El bien y el mal, todo junto. La lucidez es dolor, y el único placer que uno puede conocer, lo único que se parecerá remotamente a la alegría, será el placer de ser consciente de la propia lucidez… "El silencio de la compresión del mero estar. En esto se van los años. En esto se fue la bella alegría animal". Pizarnik genial”.



NOTA A LOS LECTORES: Debido a la oportunidad, coincidencia temporal y pertinencia de sucesos que acaecen en España, los lectores interesados en la enseñanza pueden obtener una visión particular, perteneciente a esta película, desde este enlace.

lunes, 21 de febrero de 2011

YOU'RE NOT REAL

EL SUEÑO DE PAO-YU

María Luisa Arnaiz Sánchez

El sueño del caballero, Rafael, 1504. National Gallery
(Atenea, caballero, Venus)

   Pao-Yu soñó que estaba en un jardín idéntico al de su casa. “¿Será posible -dijo- que haya un jardín idéntico al mío?” Se le acercaron unas doncellas. Pao-Yu se dijo atónito: “¿Alguien tendrá doncellas iguales a Hsi-Yen, a Pin Erh y a todas las de casa?” Una de las doncellas exclamó: “Ahí está Pao-Yu. ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?” Pao-Yu pensó que lo habían reconocido. Se adelantó y les dijo: “Estaba caminando; por casualidad llegué hasta aquí. Caminemos un poco.” Las doncellas se rieron. “¡Qué desatino! Te confundimos con Pao-Yu, nuestro amo, pero no eres tan gallardo como él.” Eran doncellas de otro Pao-Yu. “Queridas hermanas -les dijo- yo soy Pao-Yu. ¿Quién es vuestro amo?” “Es Pao-Yu”, contestaron. Sus padres le dieron ese nombre, que está compuesto de los caracteres Pao (precioso) y Yu (jade), para que su vida fuera larga y feliz. ¿Quién eres tú para usurpar ese nombre?” Se fueron riéndose. Pao-Yu quedó abatido. “Nunca me han tratado tan mal. ¿Por qué me aborrecerán estas doncellas? ¿Habrá, de veras, otro Pao-Yu? Tengo que averiguarlo.” 

Campánulas

   Trabajado (mortificado) por estos pensamientos, llegó a un patio que le pareció extrañamente familiar. Subió la escalera y entró en su cuarto. Vio a un joven acostado; al lado de la cama reían y hacían labores unas muchachas. El joven suspiraba. Una de las doncellas le dijo: “¿Qué sueñas Pao-Yu? ¿Estás afligido?” “Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que ustedes no me reconocieron y me dejaron solo. Las seguí hasta la casa y me encontré con otro Pao-Yu durmiendo en mi cama.” Al oír este diálogo Pao-Yu no pudo contenerse y exclamó: “Vine en busca de un Pao-Yu; eres tú.” El joven se levantó y lo abrazó, gritando: “No era un sueño, tú eres Pao-Yu.” Una voz llamó desde el jardín: “¡Pao-Yu!” Los dos Pao-Yu temblaron. El soñado se fue; el otro le decía: “¡Vuelve pronto, Pao-Yu!” Pao-Yu se despertó. Su doncella Hsi-Yen le preguntó: “¿Qué sueñas, Pao-Yu, estás afligido?” “Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que ustedes no me reconocieron…”

Metamorphosis, José Luis Corella
  
   “El sueño de Pao-Yu” forma parte de la novela china de mediados del XVIII “El sueño del aposento rojo”, “Hung Lou Meng”; el título fue desafortunado y engañoso en español pues la traducción debió ser en puridad “de las mansiones rojas” porque los palacios tenían los muros de ese color. Su trama responde al aforismo chino “Cuando la mujer manda, el hogar decae”, aunque a lo largo de la obra se matiza esa idea machista pues de algún modo se reverencia el matriarcado. “Está compuesta como un contrapunto entre dos mundos que, aunque separados, viven en comunicación: el más allá del budismo y el taoísmo” dice Octavio Paz. 

El sueño del aposento rojo

   Los ejes dramáticos de la novela forman un entramado de sueños o apariciones del mundo real, presididos por la gran matriarca de la familia, la abuela, y las imágenes dobles de las doncellas que aman y odian a Pao-Yu actúan como principios morales. En 1921 Hu Shih atribuyó los ochenta primeros capítulos a Tsao-Hsueh-Chin y los cuarenta restantes a Kao Ngoh, el editor de la versión de 1791. Con toda probabilidad en su redacción intervinieron muchos narradores anónimos y la obra, de más de un millón de palabras, solo se edita en versión abreviada.

A Dream of Red Mansions, Tsao Hsueh-Chin & Kao Ngo

  La acción transcurre casi exclusivamente en un entorno femenino y está entretejida de enfados, fugas y peleas. El protagonista es un  estudiante, inestable, ocioso, interesado por el sexo, que pierde la integridad. Su padre, como todos los adultos de la obra, encubre su  codicia y su lujuria hipócritamente, censura la conducta de su hijo y critica los cambios de la sociedad. La historia se desenvuelve entre las prohibiciones que obstaculizan el amor de Pao-Yu y Dai-Yu y la pasión misteriosa que los atrae. Al final Pao-Yu recupera la dignidad y la iluminación, la muerte, lo saca del desvarío de sus sueños.

A Dream of Red Mansions, Tsao Hsueh-Chin & Kao Ngo

   El sueño de Pao-Yu prefigura aquel capítulo de Lewis Carroll en que Alicia sueña con el Rey Rojo, que está soñándola, salvo que el episodio del Rey Rojo es una fantasía metafísica, y el de Pao-Yu está cargado de tristeza, de desamparo y de la íntima irrealidad de sí mismo” dice Borges en el prólogo de “El invitado tigre”, Ediciones Siruela, 1985, de donde he transcrito el texto.

   En efecto, en el capítulo IV de “A través del espejo” Alicia conoce a los gemelos Tweedledum y Tweedledee, que le explican “you’re not real” en el sueño del Rey Rojo. Así pues, nos encontramos ante la situación de un soñador que sueña a una soñadora que lo está soñando, es decir, un juego de sueño dentro del sueño. 

Cuento

   “De todos los episodios de Alicia -prosigue Borges en “El sueño de Lewis Carroll”, El País, 19 de febrero 1986- el más inolvidable es el adiós del Caballero Blanco. Quizá el Caballero está conmovido, porque no ignora que él también es un sueño de Alicia, como Alicia fue un sueño del Rey Rojo, que está a punto de esfumarse. El Caballero es el propio Carroll que se despide de los queridos sueños que poblaron su soledad.

Ángel Domínguez

   Sin embargo, a diferencia del sueño de Alicia, creo más sugestivo el del relato chino porque tiende al infinito y sobrecoge. Siempre me ha recordado lo que dijo Borges, sea cierto o inventado, a propósito de cómo entendió él la infinitud. Contó que, siendo niño, se hallaba desayunando en la cocina de su casa y en  la mesa tenía una caja de galletas, en la que estaba un niño desayunando en una cocina, en cuya mesa había una caja de galletas, en la que se veía… ¡Una boutade

La caja de galletas


miércoles, 16 de febrero de 2011

CULTO AL FALO

FALOMANÍA

María Luisa Arnaiz Sánchez

Hermes Logios

   Para representar el poder regenerador del sol y la salvación que suponía para los seres vivos, se adoptaron los genitales masculinos como imagen de la vida. Si se considera el alcance del símbolo sin prejuicios, se apreciará que posee la sencillez de las ideas felices. El falo, fallos en griego, pene, era adorado y se depositaba en las tumbas pensando en un posible renacimiento. El culto del que trato, circunscrito al área mediterránea, se practica aún en Japón.

Santuario Tagata Shinto, 18-03-2008. Público.es

   Hace cinco mil años, por efecto de un movimiento de la tierra del que resulta la precesión de los equinoccios, el sol llegó al signo de Tauro en primavera. Esto originó que el toro se consagrara y que su imagen pasara a símbolo del sol que regenera la naturaleza”. En Egipto se eligió un buey con determinadas señales, Apis, ‘padre’, y los sacerdotes proclamaron que “el alma de Osiris se había introducido en el cuerpo de Apis”.

Apis-Osiris. Museo Gregoriano

1. OSIRIS

   En “Sobre Isis y Osiris” dice Plutarco que en las fiestas pamylias se conmemoraba el anuncio de una buena nueva, “El gran rey, el bienhechor Osiris, acaba de nacer”, y un triple falo, imagen de la facultad reproductora, era paseado. El clero sostenía que Isis y Osiris, engendrados a la vez, se amaron tanto en el útero que Isis concibió a Horus y nació una trinidad incestuosa (justificación de los matrimonios reales). Por envidia Seth mató a su hermano Osiris y echó sus pedazos al Nilo. Isis encontró todos menos uno, ¡el pene!, y resucitó a Osiris para amarse una última vez. Luego ordenó modelar el miembro perdido para su veneración.

Min, Qadesh y Reshep. Deir el-Medina

2. APOLO

   En Hierápolis, Turquía, estaba el mayor templo dedicado al Sol. Junto al trono se hallaba la estatua de Apolo, el dios solar, y ante el pórtico había dos Falos, parecidos a los “phalae” medievales. El santuario estaba atendido por más de trescientos sacerdotes, que se situaban al pie de los obeliscos para recibir las ofrendas y decir en voz alta el nombre de cada oferente. Simultáneamente, desde la cima de uno de los falos un creyente purificado rezaba una oración a Apolo, el sol vivificador.

Apolo Richelieu. El Louvre

3. ADONIS

   En Fenicia también se adoraba al falo asociado al Sol: su nombre era Adonis. Los sacerdotes de Biblos, para justificar la presencia del falo, inventaron la leyenda de que un jabalí lo había herido en los genitales y, al curarse, agradecido sacralizó sus partes; por eso sus devotas agitaban figurillas de falos en el transcurso de las Adonias. Adonis y Osiris tuvieron como símbolo la lechuga porque “la planta de los eunucos” se creía anafrodisíaca y encarnaba la incapacidad genésica de ambos.

Adonis de Centocelle, copia de original griego, II
Museo Ashmolean

4. BELFEGOR

   Los hebreos adoraron a Baal-Zebul, Belfegor, Belcebú, ‘príncipe’. Según Orígenes y san Jerónimo –Beel-Phegor, idolum moabitarum quem nos priapum possumus appellare–  estaba representado por un falo, ‘priapum’. El culto iba asociado a la prostitución sagrada: sus sacerdotes eran jóvenes imberbes con el cuerpo depilado y ungido con aceites olorosos, effoeminati en latín y kedeschim en hebreo, que se prostituían con los creyentes, además de vender o alquilar perros adiestrados para la misma finalidad; al disminuir las rentas, las mujeres, kedescholh, también se prostituyeron (Moisés habla del “precio del perro” en Deuteronomio 23, 17). 

Baal. El Louvre

   Según los rabinos, era homenajeado sentado en una agujereada silla, figura que junto a un sodomizado puso el Bosco en el infierno, tragando a condenados y expulsándolos en forma de excrementos. Los cristianos lo sincretizaron en diablo bajo forma de lasciva mujer.

Jardín de las delicias, El Bosco

5. DIONISO

   Los colonos egipcios en Grecia celebraban las faloforias para venerar a Dioniso fecundador y paseaban un falo. Su ceremonial difería del egipcio en que los griegos exhibían una estatua itifálica, derivada de las hermas, con Hermes erectis pudendis

Herma, c.520 a.n.e. 
Museo Arqueológico Nacional de Atenas

   La leyenda, atribuida a fuentes cristianas para desacreditar el culto, cuenta que Dioniso quiso estar con su difunta madre y preguntó a un joven por el Hades; este le propuso guiarlo a cambio de sus favores y Dioniso aceptó. A su regreso Polimno había muerto, así que, para cumplir su promesa, cortó una rama de higuera, la colocó sobre la tumba del joven y efectuó un simulacro de acoplamiento.

Dioniso. El Louvre

   En las dionisíacas el “como”, cortejo festivo, abría los desinhibidos espectáculos civiles celebrados en primavera. En los ritos sagrados la “manía” culminaba en éxtasis con la visión de la pareja mítica uniéndose (un sacerdote -Dioniso- y la reina, según Aristóteles en “La constitución de Atenas”).

Ánfora con un como, c. 560 a.n.e. Vulci

6. PRÍAPO

   Aunque algunos lo creen hijo de Zeus, maleficiado por Hera, sus padres fueron Afrodita y Dioniso. Nació con un pene enorme y fue dios tutelar de Lámpsaco en los Dardanelos. Como falo, se desligó de los dioses solares y los ciudadanos lo relacionaron con un burro. Dijeron que, tras competir con el asno de Sileno por el tamaño de la verga, había matado al animal por superarlo y se le ofrecía un canasto de flores en primavera.

Príapo, siglo II. Museo de Éfeso

7. BACO

   Baco, “Líber” en Roma, era festejado en las liberalia. Las fiestas conmemoraban al dios itálico de la procreación, cuyo símbolo era un gran falo que recibía el nombre de mutinus. San Agustín cuenta que era transportado en un bastidor a los campos y que terminaba coronado para impetrar una buena cosecha (capítulo XXI, libro VII, de “La ciudad de Dios”). En la festividad de Venus las mujeres lo sacaban de la capilla del Falo en el Quirinal y lo llevaban al templo de Venus Ericina. 

Bacchus, Duquesnoy. El Hermitage

 Mujer llevando un falo

PUNTUALIZACIONES

   Si una estatua tiene el pene erecto, la figura se llama ‘itifálica’ y el pene ‘príapo’; si el pene está aislado, se llama mutinus (tutinus, mutunus, tutunus, por disgrafía). Los padres llevaban a sus hijas a sentarse sobre uno antes de casarse para prevenir la esterilidad: “In celebratione nuptiarum, super Priapi ‘scapum nova nupta sedere jubebatur” (sobre la rodilla) escribe san Agustín; “et ‘mutunus, in cuius sino pudendo nubentes proesident” (sobre el pene) Lactancio. 

Príapo en Museo de Turquía y Monumento a Dioniso en Delos

   Al “mutinus” se le atribuyó poder apotropaico como a las hermas y por eso se confundió FASCINUM con MUTINUS. La voz “fascinum” < fascinare, hechizar, significa “maleficio, hechizo” y se refería al mal de ojo. Los romanos creían que anteponiendo algo atractivo, algo potente, a la mirada de los aojadores se protegían de los encantamientos y así el “mutinus” se convirtió en amuleto. 

 Sexo y erotismo: Roma en Hispania. 
Museo Arqueológico de Murcia

   Los penes de gran tamaño se ponían en los cultivos para disuadir a los ladrones con obscenas referencias: “Si a robar viniera una mujer, un hombre o un muchacho, que aquella presente su coño, aquel su boca, este sus nalgas” o “Te atravesaré, muchacho, te lo advierto y a ti muchacha te joderé. Al barbado ladrón la tercera pena le espera  (irrumatio)”. 

Los Hinojosos. Cuenca

   Los pequeños eran sencillos, dobles y triples. El que combinaba el pene con el “mulo”, genitales femeninos, “mano itifálica”, ha llegado hasta nosotros con el nombre de HIGA < ficum, higo, metáfora del sexo femenino, cuya imagen es un puño del que sobresale el dedo pulgar, pene, entre el índice y el mayor, vulva. El dedo mayor levantado en un puño cerrado, “medium unguem ostendere” dice Juvenal aludiendo a la homosexualidad masculina, aún se agita. 

 Amuletos galorromanos. Museo Saint-Remi
Mano itifálica, bronce de Vareia. Logroño

   En las capillas donde se veneraba el falo había exvotos de la parte enferma y coronas ofrecidas por las devotas en gratitud. Se cuenta que Mesalina se proclamó invencible y rodeó con catorce guirnaldas un príapo después de copular con otros tantos atletas.

Copa romana

   Como sentencia hilarante, termino con los sarcásticos versos de Horacio  que empiezan: “Olim truncus eram ficulnus inutile lignum...”, es decir, “Yo era un tronco de higuera, madera muy inútil, cuando un obrero, dudando entre hacer un banco o un príapo, se decidió al fin, y en lugar de ser un banco fui un dios”.

Tintinnabulum. Museo Arqueológico de Nápoles