viernes, 29 de abril de 2011

ESCLAVOS SEXUALES

PUERI DELICATI

María Luisa Arnaiz Sánchez

Siegfried Zademack

   La liberación de quienes se encuentran sometidos a la condición de esclavos sexuales, de quienes se encuentran cosificados como objetos de placer, creo que es inalcanzable. Se podrá acabar con la atadura física pero las marcas psíquicas dicen que son imborrables. Si cualquier modo de esclavitud es condenable, cuánto más esta cuya monstruosidad conlleva la corrupción de menores. Como observo que entre los estudiantes ha hecho fortuna la idea de que quien se dedica a la prostitución es porque quiere y puede entrar y salir de ella cuando le apetezca -ojo al dato sociológico-, presento este artículo que parte de un hecho real y confluye en otro actual omitido por la censura de muchos países y por la hipocresía cómplice de los que callan. 

Siegfried Zademack

   “Yo no he visto o creado nada tan dulce, nada, lo confieso, en el mundo entero. De buen grado cederá ante ti el niño de Latmos, Endimión, y el de Sangaro, Atis, y aquel que fue consumido por su vano reflejo en la fuente y por un estéril amor, Narciso. A ti te habría preferido la cerúlea Náyade y te habría arrastrado con mayor fuerza tirando del cántaro, Hilas. Tú, niño, superas a todos. Únicamente es más hermoso que tú aquel a quien vas a ser entregado” en “Silvas” de Publio Papinio Estacio.

Siegfried Zademack

   El tópico literario correspondiente al término alemán “Überbietung” recibe en español el nombre de “sobrepujamiento”. Este recurso, empleado desde la Antigüedad, consiste en comparar a alguien o a algo con otras figuras pretéritas a sabiendas de que las presentes superan a las pasadas. Lógicamente se recurre a él con la intención de encomiar y así se puede comprobar en el fragmento propuesto que, para encarecer la hermosura de Earino, el niño ofrecido como “esclavo sexual” al emperador Domiciano, Venus invoca a varios efebos mitológicos a los que aventaja en belleza (el panegirista se cuida de ensalzar a la vez al último emperador de la “gens” Flavia). 

Siegfried Zademack

   “Pueri” es el plural de “puer”, niño, que podía interpretarse como “impúber sometido a abusos sodomíticos”, “escanciador” o "copero". Entre los romanos había una metonimia, “deliciae”, o se aplicaba un adjetivo al sustantivo, “pueri delicati”, para denominar a los niños “amados” por los hombres. Aunque los términos mencionados no eran sinónimos, acabaron refiriéndose al “erómenos”, al esclavo sexual favorito. Los cuatro jóvenes mitológicos nombrados por la diosa compartieron un mismo trágico destino y, según el orden de aparición, tienen en común con Earino que permanecieron jóvenes, fueron castrados, contemplaron su propia imagen y fueron “pueri delicati”.

Siegfried Zademack

   La “Silva” III se inicia con tres invocaciones: al cabello de Earino, al dios Asclepio y a la ciudad de Pérgamo, pues la obra celebra el envío de la melena del joven al templo del dios de la medicina en dicha localidad (ofrendar a los dioses el pelo de la cabeza o de la barba para obtener un favor o por haberlo alcanzado era una moda griega que Roma adoptó a disgusto). Por analepsis -flashback- se remonta a la niñez de Earino cuando Venus lo descubrió en la cuna de los pergaminos, lo trajo a Roma y lo regaló a Domiciano; sigue su castración con el fin de preservarlo bello y aniñado y continúa de nuevo en el presente, describiendo el corte de pelo, los preparativos del envío y la oración de Earino pidiendo la eterna juventud para el emperador.

Siegfried Zademack

   Flavio Earino llegó a Roma siendo Domiciano emperador -lo fue en octubre del 81- y tuvo que ser castrado antes del año 82, puesto que Domiciano prohibió las castraciones en esa fecha. Su influencia en la corte imperial debió de ser enorme pues encargó a Estacio la composición de la obra citada y Marcial le dedicó seis epigramas. El poeta la escribió en el 94 y nos proporcionó un valioso dato sobre el joven: si no hubiera sido eunuco, hubiera celebrado su “depositio barbae”. Dado que dicha ceremonia se efectuaba a los diecisiete  o dieciocho años, a esa edad terminó su condición de favorito sexual.

Siegfried Zademack

    Así pues, el poema narrativo cuenta la vida de Earino hasta el momento de su liberación como “esclavo sexual”, simbolizada en el corte de pelo (los toreros se “desligan” de la muerte tras cortarse la coleta, valga la analogía). Entre ambos varones, amo y esclavo, se establece una relación matrimonial: el eunuco está caracterizado como una “novia” y lleva el pelo recogido según la tradición romana en seis trenzas atadas con una cinta, "sex crines", se ruboriza continuamente y viste el traje nupcial rojo,“flammeum”. El autor se contuvo en la loa del cabello, ya que Domiciano estaba acomplejado por su calvicie, pero quizás se vengó de él al emplear una alusión subliminal, como algunos creen, en la plegaria que hizo Earino pidiendo eterna juventud para su amo pues se sobrentiende que, si se castrara, la obtendría. 

Siegfried Zademack

   En cuanto a los mancebos que sirvieron para comparar a Earino, diré que sobre Endimión las leyendas, como siempre, divergen pero la más emotiva es la que lo presenta como un hermoso pastor del que se enamoró Selene. Ella pidió a Zeus que lo mantuviera joven eternamente y el dios se lo concedió, haciéndolo caer en un sueño continuo (es un “bello durmiente” inmarcesible, al que Diana -la luna- visita cada noche). 

Diana y Endimión, Pier Francesco Mola

   Atis, del que ya hablé -títulos Incesto y Pederastia-, fue el amado de Cibeles que se autocastró para ser fiel perpetuamente a la diosa (de su sangre nacieron las violetas).


Atis, Donatello

   Narciso, según la versión helénica, desdeñó a Amenillas y en son de burla le dio una espada con la que ella se suicidó, no sin antes pedir a Némesis que le hiciera conocer el dolor de ser rechazado. Cuando Narciso se enamoró del bello joven que vio reflejado en el agua -su propia imagen- y se inclinó para besarlo, este lógicamente se esfumó, por lo que se consumió transido de dolor (de su cuerpo nacieron los narcisos). 

Narciso, Gyula Benczur

   Hilas era hijo de Tiodamante, rey de los dríopes, a quien el héroe griego Heracles mató. El semidiós, modelo de la virilidad, lo educó y lo convirtió en su “puer delicatus”. Embarcados con los argonautas, recalaron en Misia y allí, mientras Heracles buscaba madera para reparar la nave, Hilas se adentró en la maleza en busca de agua y fue raptado por las ninfas a causa de su extrema belleza (desde entonces cada primavera es llamado y se celebra una fiesta en el lugar). 

Hylas Surprised by the Naiades, John Gibson

   Pues bien, apelando a la tradición como argumento de autoridad, se mantienen o renuevan abusos que repugnan a la mayor parte de la humanidad y que están tipificados como delitos en buena parte del planeta. Afganistán ha recuperado la inveterada costumbre del Bacha Baz, prohibida por los talibanes. Es una manera de practicar la esclavitud sexual con niños entrenados como bailarines y que, vestidos de mujer, satisfacen la lascivia de los hombres. Muchos han sido violados y repudiados por su familia y, aunque suelen ser liberados a los diecinueve años, el estigma de haber vivido como “una bacha” es difícil de superar (BBC).



Es muy recomendable visionar el vídeo a plena pantalla.

Es muy recomendable visionar el vídeo a plena pantalla.

2 comentarios:

  1. Tolerancia cero ante la explotación sexual infantil (o de cualquier tipo).
    Tu recorrido por la mitología me ha parecido exquisito, tu recorrido por la actualidad, escalofriante.
    Gracias por esta entrada. Gracias por esta denuncia.

    Un abrazo, MªLuisa.

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  2. Mª Luisa Arnaiz1 de mayo de 2011, 18:56

    Así lo creo al igual que tú, Marisa, no se puede callar. Fíjate lo que calló el desde hoy beato Karol Wojtyla con Marcial Maciel. Como los que estaban comprometidos con los pobres no le eran útiles, apoyó al fundador de los Legionarios de Cristo, pederasta reconocido. ¿Será esto un mérito en el currículo hacia los altares?

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