ESPAÑOLITOS
Antonio Campillo Ruiz
Un censor repintó un jersey negro con mangas y hasta el cuello
a Rita Hayworth en España
Una vez ganada la guerra por los militares que se sublevaron en España contra la II República , el tema de la españolidad se arregló con las armas y el de la catolicidad a fuerza de prácticas religiosas. “El comercio y circulación de libros, periódicos, folletos y toda clase de impresos y grabados pornográficos o de literatura disolvente” se declararon ilícitos por ser “una de las armas de más eficiencia puesta en juego por los enemigos de la Patria ” y, dado que “La inteligencia dócil de la juventud y la ignorancia de las masas fueron el medio propicio donde se desarrolló el cultivo de las ideas revolucionarias”, se necesitó, según la Orden de 23 de diciembre de 1936 (BOE de 24 de diciembre), “la adopción de aquellas medidas represivas y de prevención que aseguren la estabilidad de un nuevo orden jurídico y social”.
El acorazado Potemkin, 1925. Prohibida hasta morir Franco
Bajo Dionisio Ridruejo, que montó los servicios de propaganda con falangistas y tránsfugas republicanos, el golpe de estado pasó a llamarse “guerra de liberación” y fueron revisados desde los clásicos (Lope, Calderón, Quevedo, Gracián) hasta los contemporáneos (Galdós, Baroja, Unamuno, Jardiel, Fernández Flórez). Cesados todos los censores en febrero de 1942, se convocó un concurso-oposición para cubrir seis puestos, que obtuvieron, entre otros, Juan Beneyto, Leopoldo Panero, Enrique Conde y José A. Maravall. Los agentes de información e investigación escribían cosas como: “Según he podido comprobar…en la Feria del Libro existen…obras…contrarias a la Falange ”; y la policía redactaba: “Hemos podido observar (en la librería regentada “por un polaco de aspecto judío”) libros en idiomas extranjeros…sería conveniente hacer un registro detenido”.
El gran dictador, 1940. Prohibida hasta morir Franco
En apariencia los españoles solo pudieron alimentar su libido con ensoñaciones durante los primeros años del dictador, ¡incluso la Iglesia católica llegó a alarmarse ante lo que el Estado autorizaba! Desde “Ecclesia”, revista oficial de Acción Católica, se advertía “de un peligro gravísimo como el que amenaza desde las páginas impresas, escrupulosamente tendenciosas, premeditadamente amorales…irreligiosas”, aun así, aparte del tráfico de postales para “voyers”, se vendían fotogramas de Hollywood, cortes de películas por tiras, desnudos artísticos de “Photography”, etc. Las exigencias de moralidad pública eran un escaparate de hipocresía porque los burdeles, casas de citas, tiendas de lavados higiénicos, venta de “gomas”, etc., eran tolerados.
Casablanca, 1943. Parcialmente censurada
Algunas NORMAS DE CENSURA:
16ª Se prohibirán las películas cuya tesis niegue el deber de defender a la Patria y el derecho a exigirlo.
17ª Se prohibirá cuanto atente de alguna manera contra:
1º) La Iglesia católica, su dogma, su moral y su culto.
2º) Los Principios fundamentales del Estado, la dignidad nacional y la seguridad interior y exterior del país.
3º) La persona del Jefe del Estado.
18ª Cuando la acumulación de escenas o planos que en sí mismos no tengan gravedad, cree por la reiteración un clima lascivo, brutal.
Cartel de Emilio Chapí
Este cartel sobre la película “Belle of the Yukon”, 1944, constituye posiblemente la mayor burla que un dibujante ha realizado a los censores españoles. Paco Baena dice: “Cansado y contrariado a causa de las estrictas e irracionales normas que la censura franquista ejercía sobre cualquier manifestación artística, Chapí decidió ponerla a prueba. El vehículo de su provocación fue el cartel de “La bella de Yukon”. En él aparece “Gipsy Rose Lee (con)…un vestido del que penden dos rosas rojas. Si el lector observa las rosas…comprobará que entre ambas se sostiene un pene erecto, en situación eyaculatoria, del que cuelgan los testículos. El original fue entregado…al Sr. Vicente Martínez…encargado de imprimirlo, sin que nadie notara nada”.
La bella de Yukon, 1944
Así pues, la obsesiva preocupación franquista por la moral y la represión contundente en materia sexual de la Iglesia católica solo sirvieron para hacer más sugerente lo que los textos y las películas eludían, de forma que paradójicamente consiguieron exacerbar los sentidos en búsqueda de cualquier “mensaje”, escrito o visual, que satisficiera las pulsiones.
Censura é uma página vergonhosa em muitas histórias. Manipular ou tentar manipular a liberdade é reprovável em todos os tempos.
ResponderEliminarImigrante bj querido amigo.
Quizas esa fue la parte buena de la "censura franquista", exageró y alentó nuestra imaginación y a regatear sin temor.
ResponderEliminarBuen articulo, Antonio muy nostálgico y brillante. Esas cosas hay que contarlas, quizas crean los mas jovenes que nunca pasó.
Cierto, Gisa, la manipulación de la verdad y la libertad es tan degradante para quien la ejecuta que jamás será respetado, ni tan siquiera por la fuerza.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Gisa.
Enrique, parte de nuestra perspicacia y capacidad de análisis, posiblemente, nos la facilitaron Saura, Berlanga, Bardem,... y tantos otros que con su genio inventaron "lo expresado como jamás dicho".
ResponderEliminarEstoy seguro que para muchísimos jóvenes esto suena a cuentos del abuelo Cebolleta.
Y esta es su maldición: están viviendo en la actualidad una censura atroz, soterrada, subliminal, sin darse cuenta de ello.
Como no la perciben, por su ignorancia perceptiva, sus consecuencias son mucho más hondas y perjudiciales.
Un fuerte abrazo, Enrique.
Pues fíjate que leyendo tu excelente artículo, me ha venido " a las mientes" un episodio de "El Quijote", el del Escrutinio de los Libros de caballerías (y otros) que el Cura y el Barbero hicieron en la biblioteca del entrañable hidalgo/caballero para velar por su cordura. Y una, que las más de las veces prefiere la locura a la cordura, se pregunta:
ResponderEliminar¿para cuándo el escrutinio de tantos libros religiosos que han causado tanta enfermedad mental (ajena a la locura) y la siguen causando en pro de una malsana moralidad de gran rentabilidad para las arcas eclesiásticas?
La censura, tanto de un lado como de otro, nunca ha sido buena: la bandera de la libertad tanto en el cine como en la literatura debe ser movida únicamente por los cuatro vientos de la tolerancia. Por ello, considero que es de gran libertad abrir los ojos a aquellos que los tienen vendados con el tafetán del Vaticano, y empezar (como hacen ellos) a "escrutinar" aquellos libros religiosos malsanos...
Mira por donde me has dado una gran idea, querido Antonio. Material no me falta...
Mi mayor agradecimiento por esta entrada tan ilustrativa como inspiradora.
Un fuerte abrazo.
Magnífica entrada, querido Antonio. Te felicito por ella, porque me parece encomiable recordar aquellos tiempos oscurantistas que tanto sirvieron para azuzar nuestra imaginación, para interpretar símbolos, leer entre líneas, ver más allá de lo que aparecía en pantalla. Nos pretendieron dóciles y disciplinados, pero no sabían -como no suelen saber los autoritarios- que al pensamiento y a la imaginación no hay quien los dome.
ResponderEliminarTambién es verdad lo que señalas de la censura existente hoy, esa imperceptible, subliminal. ¡Qué peligro tiene!
Me han encantado las escenas de Casablanca y de Viridiana, para mí dos películas impresas en mi memoria sentimental, y cómo se notaban los cortes de la censura, jajaja.
Un abrazo bien fuerte, querido amigo.
¿Y de Mogambo, que me cuentas?
ResponderEliminarSoy una empedernida cinéfila y me han contado que en la versión española Kelly era hermana de su marido -para justificar que durmiesen en la misma tienda- con lo que convirtieron unos cuernos en un bonito incesto - en la mente del espectador-
Veo que no pensamos exactamente lo mismo, pero es bueno polemizar.
Un cordial saludo.
Querida Marisa, mi alegría es grande al saber que puede servirte de “idea germinal” para escribir, tirando del hilo, sobre un aspecto muy importante para los libros, textos y escritos.
ResponderEliminarHe pensado seguir escribiendo capítulos específicos sobre este tema. Qué duda cabe que uno de los prioritarios, y extenso, se refiere a la iglesia. Sin embargo, estoy de acuerdo contigo en la importante influencia que ha tenido en toda clase de escritos y libros, habida cuenta del mayor período de existencia e influencia social de los libros frente al cine.
El episodio del Quijote al que te refieres es tan genial que siempre me he preguntado cómo estos capítulos, desconocidos para un tanto por ciento tan elevado de españoles que da sonrojo decirlo, no se estudian desde temprana edad en la enseñanza obligatoria. Claro, que en este momento existen muy buenas roucos para que jamás se pueda realizar esta propuesta, si se llegase a pensar, tan siquiera. Lo siento, Marisa, creo que quería decir razones. E incluso creo que hay un femenino y un masculino juntos… ¡Vade retro, qué horror! No encuentro el error ahora pero sé que lo he cometido…
Me ha encantado la relación inmediata de interdisciplinareidad que has establecido. Procuraré, con tranquilidad, despacito, muy despacito, investigar, si me dejan, algunos hechos en todos los países productores de esa magia que ha tenido tanta influencia social a lo largo de un siglo. Ahora la influencia la tienen una cosa a la que llaman medios. No sé muy bien si son los medios del albero. Por aquello de la discusión taurina que ha ocupado grandes páginas de esos medios, muy polemizadotas…
Espero que digas a tus mientes que elaboren miles de concatenaciones, que haberlas haylas, entre aspectos importantes del saber con los libros, textos y escritos.
Un fuerte abrazo, querida Marisa.
Verdaderamente, querida Isabel, El buen saber hacer de profesionales rigurosos con un entorno asfixiante tuvieron la feliz idea de rodarlo. Claro, como fotografiaban la realidad, nadie les podía decir nada. Pero, ¡Ay, de los torpes! (cambiando la frase de Julio César), esa realidad, añ ser visionada en un formato distinto al acostumbrado, la realidad cotidiana, empezó a bullir en las mentes de los espectadores que se preguntaban por qué tenía que ser su realidad igual a la ficción que contaban… Y ahí empezó a resucitar el germen nunca perdido del pensamiento personal, como muy bien dices, el único que jamás te podrán quitar excepto con fármacos.
ResponderEliminarEl renacimiento de la democracia en España no puede negar a expertos realizadores y magníficos cineastas, las importantes películas que fomentaron, calladamente, un sentir cada vez más generalizado de libertad en la sociedad española.
Me agrada que te haya hecho recordar y volver a la vitalidad que hoy ha desaparecido. Los medios tecnológicamente avanzados están haciendo estragos en una juventud poco entusiasmada con el aprendizaje del lenguaje cinematográfico. Es una desgracia de las muchas que soportamos y vamos a seguir aguantando hasta que explotemos.
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
Muchas gracias por tu visita, Candela. Me congratulo de verte por aquí.
ResponderEliminarEsta es la grandeza de nuestra perdsonalidad. Que no pensemos “exactamente igual” puede enriquecernos a ambos siempre que la tolerancia sea común y racional. Es una virtud no ser uniformes. La uniformidad lleva, a veces a un pensamiento dirigido.
Sí, Candela, la famosa “Mogambo” con un Orejas Gable, indómito, desafiante y “matador” de chicas tan dulces como la simple Grace, en esta película, y de la descarada “ligera de cascos” Ava, que no se doblega a su machismo exacerbado, es una película que ha pasado a la categoría de mito por ser de John Ford en el lejano 1953 y por la metedura de “patita” de unos ineptos censores en el doblaje español. Posiblemente la comentemos en un futuro.
Al igual que el inexistente streptease, “striptip” para los amigos, de “Gilda”, Rita Hayworth, que hasta cantó en playback, “escenificando como si cantara” también para los amigos, con la voz verdadera de Anita Ellis, los desatinos de los censores fueron de echarse a llorar debido a su ineptitud.
Un gran saludo, Candela.