EXTERMINIO
ÉTNICO: bosquimanos
Antonio
Campillo Ruiz
El desierto Kalahari
es una extensa superficie tan bella como peligrosa para quienes no sepan cómo
deben vivir en ella: Kgalagadi, Kalahari en tswano, significa “gran sed”. Posee
una superficie de 700.000 kilómetros cuadrados y ocupa la mayor parte de
Botswana extendiéndose también por Namibia y Sudáfrica. Posee uno de los
fenómenos naturales único en la Tierra: el río Okavango. Nace en Angola en una
región de intensas lluvias, la meseta de Bié y desemboca en el noroeste del
Kalahari manteniendo, año tras año, un recorrido por tierra que provoca una de las
transformaciones ecológicas más importantes que existen en nuestro planeta. En
esta vasta extensión de soledad, la vida humana y salvaje se encontraban en
perfecta armonía. Incluso en la actualidad, los pocos bosquimanos, ganas y
gwis, que escapan al poder de la rapiña en sus tierras, viven respetando el
entorno que les proporciona todo lo necesario para vivir.
Igual que al
proceso de ocupación y destrucción de civilizaciones americanas desde 1492 o la
colonización del oeste de EEUU, mucho más cercana a la época actual, jamás se
han denominado como brutales genocidios o exterminio étnico, a pesar de serlo,
la expulsión de los bosquimanos y resto de familias que conforman grupos
independientes pero familiarmente relacionados mediante complejos lazos, se ha
convertido, en pro de una modernización y una educación absolutamente
inadecuadas y engañosas, en un brutal genocidio en pleno siglo XXI.
Este desafuero es
muy fácil de entender: en las tierras ancestralmente habitadas por los
bosquimanos, ganas y gwis, existen grandes cantidades de kimberlitas. La
kimberlita es una roca de la familia de las peridotitas que, con mucha
frecuencia, contiene diamantes. ¡Ah!, esta es la palabra mágica: diamantes. Sólo
pronunciarla significa la expulsión o muerte inmediata de quienes molestan a
las grandes compañías mineras, políticos asociados a ellas y especuladores
mundiales. Palabras como desarrollo, escuelas, viviendas, etc., son meros
vocablos en boca de quienes:
1 – Han secado o bloqueado con cemento los pozos de los que
bosquimanos y otras familias obtenían el agua.
2 – Han prohibido la caza en los territorios bosquimanos con
la falaz excusa de la conservación de la naturaleza, siendo que, cuando se
practicaba la caza por los habitantes autóctonos, la fauna y flora eran mucho mayores y sanas que en la
actualidad que se caza bajo precio por ricos compradores y se destruye la
vegetación sin atención a su importancia.
3 – Se han separado a familias con el fin de llevar a
escuelas de formación a los jóvenes, obteniendo como resultado una inmensa
bolsa de paro que les destruye lejos de sus pueblos de origen mediante el
alcohol y las enfermedades de todo tipo.
4 – Se niega la ayuda o colaboración de agentes justos que
defiendan derechos adquiridos que los habitantes de una zona poseen sobre ella.
5 – La tarta de brillo deslumbrante de los diamantes está ya
repartida entre compañías de todo el mundo bajo la aprobación de quien se autodenomina
jefe del Estado: las tierras del Kalahari ya están parceladas para su
explotación.
Etc.
Teniendo en cuenta el
brutal choque en la unión de pueblos primitivos con la denominada civilización
actual, la facilidad para “convencer a unos primitivos salvajes”, la destrucción del
entorno en beneficio de los carroñeros políticos y multinacionales, es mi
opinión que las tribus en procesos evolutivos muy atrasados, alguna de ellas en
la edad de piedra, sean mantenidas como tales sin “salvadores civilizados” que
emponzoñen su estado de pureza y armonía con la Naturaleza.
En el primer vídeo que se acompaña, realizado por Survival, la
reportera Sue Lloyd-Roberts explora las razones políticas y económicas que se
esconden tras la expulsión de bosquimanos, ganas y gwis, de la Reserva de
Caza del Kalahari Central.
Es recomendable visionar el vídeo a plena pantalla.
En agosto de 2002 John Simpson viajó al Kalahari
con BBC News y visitó los nuevos asentamientos donde los bosquimanos
expulsados de la reserva habían sido realojados y las condiciones de vida que
la civilización les ha proporcionado.
Es recomendable visionar el vídeo a plena pantalla.
Estupenda entrada! Passarei com mais calma em outra hora.
ResponderEliminarBeijos.
Sí, Teca, es un poco tarde y lo más importante, como siempre, son los documentales.
EliminarUn beso, Teca.
Hola Antonio!!!
ResponderEliminarQué triste realidad la de estos pueblos, en cuánto se dieron cuenta de las riquezas de sus tierras, ya están haciendo todo lo posible por exterminarlos llevándolos lejos de ellas, cuando siempre les ha pertenecido.
La mal llamada civilización deja mucho de ser civilizada para convertirse en unos desaprensivos codiciosos.
Excelente entrada, muy bien documentada Antonio.
Un abrazo!!!!
Así es, Estrella. Cuando sebuscan riquezas, cotos de caza a los que llaman reservas, o cuales quiera otros ingresos que quedan en manos indebidas, no existen problemas para cambiar leyes ya aprobadas que no tienen valor para los propietarios legales de las tierras robadas.
EliminarLos pueblos del Kalahari deben vivir con sus costumbres y desarrollarse con la lentitud evolutiva con la que lo han hecho otros pueblos. Las palabras y leyes sólo son excusas para aumentar el poder de quienes lo utilizan contra sus propios compatriotras.
Un fuerte abrazo, querida Estrella.
Clarividente y alumbradora entrada.
ResponderEliminarTu precisión, Amando, me sonroja. Creo que has querido decir que sí, por supuesto, la civilización actual y moderna es un lobo que amedrenta y mata a quienes son pacíficos habitantes de un hermoso y durísimo lugar que, sin ellos, quedará transformado en una escombrera.
EliminarUn gran abrazo, querido amigo Amando
Ay, amigo Antonio, contigo aprendo y copio, la manera de explicar a mis amigos que la TV es un elemento de expresión del siglo pasado.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades por este "peazo" reportaje, amigo. Gracias por darnos a conocer tan rica historia y tanta maldad irreprimible.
El grave problema, Enrique, es que el mandatario entrevistado es el propio presidente de Botswana y se atreve a decir que no dejará entrar en el país a nadie que defienda a los bosquimanos, que no les dejará cazar y que no tendrán agua. ¿Te recuerda a quien expresa, de igual forma, que debemos ayudar a los que nos han robado, ya demostrado? En unos años España y las tierras del Kalahari serán los basureros de quienes hayan comprado sus riquezas o avances.
EliminarUn gran abrazo, querido amigo Enrique.
Estupendo, Antonio. Sugiero, ¿porqué no añades la posibilidad de compartir en Google, Twiter o facebook? En el blog de Mª Luisa si lo tiene. Un abrazo. Mirate mi blog luego, voy a poner algo de la pandi, de todas formas, te mando un correo.
ResponderEliminarSí, Mariano, pero mi configuración nio me permite hacerlo. Lo he intentado hace ya más de un año y, posteriormente en varias ocasiones con diferentes métodos en la configuración. No `permite poner nada excepto un icono de G+ en el lateral, como si fuese una entrada para adherirte a G+. Punto, es todo loqu puedo hacer y, claro cambiar la configuración es suficientemente peligroso como para no hacerlo.
EliminarTe leeré, como siempre.
Un abrazo, Mariano.
Por cieto, seguramente recuerdas aquella serie (me parece que fueron un par de peliculas) "Los dioses están locos"? Hablaba del Kalahari y de los bosquimanos.
ResponderEliminarSí, Mariano, “Los dioses deben estar locos” de Jamie Uys, 1980, y repetida como “Los dioses deben de estar locos II”, del mismo director, en 1988. Las he utilizado didácticamente. Recuerda: cuando la “cosa maligna” cae sobre el Kalahari, toda la tribu la utiliza como un instrumento mágico, cada uno para una cosa. Pero, la “cosa maligna”, genera lo que los dioses aportan al hombre: todo aquello que jamás habían tenido en la tribu. Aparecen el egoísmo, el derecho de propiedad absoluto, el rencor, el descontento, e incluso las peleas, etc. El sabio bosquimano decide ir al fin del mundo para deshacerse de la “cosa maligna”. Es la mejor lección de lo que es la armonía y colaboración entre los humanos de un pueblo. Recomendada especialmente para sociólogos ineptos, que haberlos, haylos.
EliminarUn abrazo, Mariano.
Es una verguenza lo que la gente puede llegar a hacer por dinero. Destrozar familias. Una excelente entrada. Abrazos querido amigo.
ResponderEliminarSi sólo fuese eso, Alicia, podrían estar contentos. Lo que están haciendo, en este caso, es una destrucción selectiva y sin piedad- El propio presidente del país así lo determina y dicta las leyes necesarias para ello.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Alicia.
Me acuerdo hace años, el trabajo que costo que los civilizados catalanes que quitan las corridas de toros, tenian en un museo un bossi disecado por otro pais civilizado Holanda. ue cosas.
ResponderEliminarCierto, Augusto. Habían matado y disecado a un hombre negro, o como decían era la momia del hombre de Bagnoles, para solaz entretenimiento de cómo eran estos seres. Empezaron negándose a dejar de exhibirlo bajo el pretexto de ser una momia y, como otras momias famosas, entre ellas el gran Ramses II (que he podido contemplar en El Cairo) y que debería encontrarse en su sepulcro original y no siendo fotografiado por turistas. Después, bajo un chaparrón de protestas, se avinieron a, supuestamente, dar sepultura a los restos. Muy civilizados.
EliminarY en 1904, fue capturado el pigmeo Ota Benga y exhibido en la Feria Internacional de Sant Louis, EEUU, como un nexo en la evolución del hombre. Posteriormente se trasladó al zoológico de New York donde vivió con monos y orangutanes en un estado salvaje. Eran trofeos de la finca de recreo del rey Leopoldo II de Bélgica, no de los belgas: el Congo Belga. ¡Mundo…!
Un saludo, amigo Augusto.
maravilloso La historia que no conocia Leerte es aprender dia a dia
ResponderEliminarmil besos
Me alegro que te guste MuChA. Creo que todo procuramos que nuestros amigos se sientan felices de conocer, disfrutar y leer, propuestas entretenidas e interesantes. Me sucede igual a mí con tu blog.
EliminarY medio, mil besos y medio, querida MuChA.
La historia que se repite inexorablemente una y otra vez, en tantos sitios del mundo, y especialmente en Africa. Ellos si nos dan una gran lección de dignidad a los civilizados explotadores. Que pena.
ResponderEliminarCierto, amigo Marcos. La dignidad de aquellos que sienten su tierra, sus gentes, su historia, nunca desaparecerá. Cuando la historia se tergiversa, se descuida a los que existen en tu entorno y se es prepotente e hipócrita, se es indigno y jamás quedará rastro de quienes ayudan a crear una sociedad que posea estas peculiaridades.
EliminarUn gran abrazo, amigo Marcos.
Ahí está el problema; los diamantes. Si no hubiese diamantes, les dejarían en paz, nadie se enteraría ni de su existencia. Gracias querido Antonio. Un abrazo
ResponderEliminarLa solución está en no comprarlos. Es una solución similar al marfil. Si la sociedad que se viste de oropeles dejase de comprar diamantes, probablemente, sólo probablemente se controlaría a especuladores, multinacionales y políticos.
EliminarComo siempre, Mabel, esta solución depende del “mundo civilizado” y creo que jamás se llevará a cabo.
Un fuerte abrazo, querida Mabel.
Miedo me dan y mucho los que dicen "civilizar" palabra tan odiosa para mi como "evangelizar". Ambos lo único que pretender es explotar en su beneficio, eso sí.
ResponderEliminarCiertas personas no tienen ni conciencia ni dignidad y viven toda su vida impunes, nunca pagan tanto mal como hacen.
Un fuerte abrazo, amigo Antonio.
Creo, Ohma, que podríamos considerarlas sinónimas, al igual que pulir, refinar o convertir. Todas pretenden un cambio que nunca se producirá. Jamás han cambiado los catequizados o cristianizados, como tampoco los refinados después de una vida libre más refinada y perfecta que los bebedores de agua en copas de Bohemia.
EliminarLa dignidad de los bosquimanos es su tierra. La dignidad de los gestores que han y están destrozando España (ya es patente su culpabilidad), es su inmensa cobardía y expolio al erario público: siguen impunes en sus lujosas mansiones robadas a todos. Esta es la gran diferencia.
Un fuerte abrazo, querida Ohma.
Como me gustaría que todo esto que escribes, llegara a alguna conciencia inhumana al mínimo una, y se dejara de destruir, lo que la madre naturaleza regala.
ResponderEliminarEs tan feroz y salvaje la civilización que da tanta pena y vergüenza.
Besos amigo y gracias por enseñarme una vez mas.
Sí, Inma, al menos debería llegar al presidente de Botswana y la pandilla de buitres de las especuladoras multinacionales. Claro que, como digo en otro lugar, si no se comprasen los diamantes en Holanda y las inmensas tiendas judías de New York, probablemente se dejase de tener interés por ellas. Sin embargo, siempre existirá personas con poder adquisitivo alto y mente diminuta que se engalanará con carbono puro para demostrar su poder.
EliminarSiempre será la vergüenza de la patética y moderna civilización actual.
<<un fuerte abrazo, querida Inma.
Sí Antonio,en este informe desnudas la poca 'civilidad de los civilizados'.
ResponderEliminarNo hay otra forma de abordar el tema sino desde la 'visión antropológica',es decir desde el estadío cultural de los integrantes de la comunidad,sus necesidades y posibilidades...
El exterminio de las culturas originarias a través de la historia se llevaron a cabo por medio de la introducción de enfermedades desconocidas en la comunidad sin anticuerpos; la introducción de dogmas ajenos y la explotación de recursos que para el pueblo primitivo tenían otro valor simbólico.
Lo asocio con los Chibchas de Colombia que trocaban sal por esmeraldas, y en la actualidad los yacimientos tú sabes en manos de quiénes están.
Me interesa y te felicito por divulgar temas que la "mayoría ha optado por no ver"
Un abrazo, y agradezco tus bellos comentarios.
Elsa.
Conozco el caso de los Chibchas pero restringen mucho la información sobre este problema. Claro, como dices, no interesa a quienes en el momento actual explota las esmeraldas con trabajadores en condiciones infrahumanas. Otra de las vergüenzas que el hombre comete contra el hombre. Sí, lo que podemos hacer es insistir e insistir desde diversos medios para que los compradores de las denominadas piedras preciosas dejen este mercado. Procurar la lástima hacia otros seres humanos nunca es eficaz: les matan y fuera el problema. El mayor daño es arruinarles.
EliminarCuando un pueblo muere morimos todos un poco más rápidamente.
Siempre procuro que mis comentarios sean justos y, en tu caso, lo son sobradamente. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo, querida Elsa.