jueves, 9 de mayo de 2019

SENCILLA POTENCIALIDAD


LA LARGA BÚSQUEDA XVII

Antonio Campillo Ruiz

Michael Alfano

   Con la seguridad altiva de quien cree poseer la inmortalidad, muchos seres humanos caminan arrogantes hasta que la casualidad les lleva a conocer que, de forma fulminante, traidora, alguien de su especie padece un cambio que, posiblemente, le llevará allí donde jamás ha admitido ni querido llegar. Es entonces cuando se derrumba, por poco o dilatado tiempo, su vanidoso y despectivo pensamiento sobre la perdurabilidad personal y ajena. Conoció que esta Ley es inmutable en una etapa de su vida temprana e incluso, a veces, un poco tardía a causa de la indiferencia hacia los aspectos naturales de su ser o el proteccionismo que escondió la verdad y perjudicó mucho más que la ayuda que se trataba de conseguir.

 Marie-France Boisvett

   No es fácil admitir procesos ineludibles pero, en muchas ocasiones, la exposición irracional a posibles daños que pueden ser irreparables pareciese que es una parte del juego que se ha convenido en denominar proceso vital. Riesgo, aventura, azar o simplemente ansia de experimentar lo desconocido pueden producir, en el complejo mecanismo humano, la secreción de compuestos químicos que generan sensaciones muy satisfactorias, desde el placer potente y de consecuencias fisiológicas impredecibles hasta la dulce y pacífica beatitud, pasando por euforia, enojo, orgullo, premio, sinsabor, etc. Estos efectos, buscados, son enaltecidos y potenciados, igualmente, por “la sociedad de masas” que los expone de forma particular, mostrándolos en espectáculos y diversiones que apagan la racionalidad del efecto que se puede producir e incluso, haciendo que aquellos que los practican sean alabados como héroes, sin determinar ni aclarar lo que significa esta palabra. Debemos convenir que, se estimula e instiga desde el poder la autodestrucción.

Aykut Aydogdu

   Para alcanzar la secreción de compuestos químicos cuyas propiedades, basadas en estudios, no siempre suficientemente contrastados, se consideran imprescindibles o potenciadores de la sensación de bienestar, del placer e incluso, del misticismo, no siempre es necesario conseguir que nuestras células trabajen en grado extremo ni exponerse a que, en ese estado, pueda crearse una malfunción que repercuta de forma irreversible al conjunto de órganos del cuerpo humano. Adquirir sustancias sintéticas que sustituyan a las naturales, en general, puede generar una absorción o transformación incorrectas para el organismo, cuanto no menos, una ineficaz asimilación, intolerancia o crear una dependencia de consecuencias impredecibles. Así, la alteración normal de la producción natural de compuestos que favorecen estados psíquicos que se traducen en sensaciones fisiológicas, sean cuales fueren, parece ser que no es recomendable, excepto si es clínicamente imprescindible. 

Camile Claudel

   Es demasiado usual que, en la complejidad de un ser humano se distingan unas actividades de otras, se focalice la atención a una de ellas basándose en la sintomatología determinada, se aprecie como más importante aquel órgano que, por diagnosis, se considere afectado por una anomalía. Sin embargo, es muy frecuente que tal anomalía esté provocada por un conjunto de funciones que dependen de varios órganos o, posiblemente, de otro que produce efectos diagnósticos en el primero que responde a determinadas pruebas que se aceptan como irrefutables. Y, creemos que se trata de un proceso que sigue estas pautas por la complejidad que supondría establecer una relación entre varias funciones que, desde la experiencia y su estudio, “no es posible tal relación”. Bien, pues en la etapa actual, con el conocimiento tan profundo y exacto de la organización celular e incluso molecular que poseemos, es posible que nunca debamos descartar la interacción entre varios órganos, células o moléculas. Ya no se deben separar partes diferentes del organismo humano y cuasi es obligatorio contemplar la posibilidad de la interrelación entre todos los componentes y su acción en las llamadas sensaciones fisiológicas externas.

Dorina Costras

   A pesar de creer que poseemos la información necesaria para establecer la importancia de nuestra capacidad cerebral, sin embargo, es necesario recordar que la actividad cerebral y su capacidad para organizar  a todo el ser humano depende de aspectos que son difíciles de identificar y fijar. Desde el error de considerar que sólo el diez por ciento del cerebro humano se utiliza, hasta la realidad que establece la actividad total del cerebro humano, que todas, todas las neuronas se encuentra en funcionamiento y todas se encuentran activas desarrollando una función específica, existe el abismo de la falta de interacción de los órganos que, además, todos dependen de él. Sin embargo esta creencia de que muchas neuronas trabajan y otras descansan, a semejanza de la sociedad creada por los seres humanos, es tal sinrazón que, por supuesto, como es habitual, la sencilla explicación está mal formulada: la potencialidad de nuestro cerebro es muy compleja de contextualizar. Aquí reside la falsa formulación que inhibe la relación entre órganos. El cerebro es potencialmente mucho más potente de lo que experimentamos, posiblemente, porque no lo ejercitamos para que su potencia sea aprovechada por el ser humano. Los errores o deficiencias que se puedan cometer en las funciones vitales deben interactuar unas con otras bajo el estricto orden cerebral que las puede controlar. Solo así existe una clara exteriorización de las sensaciones, resultado de sencillas reacciones químicas, aparentemente complejas pero inteligibles y cada vez más conocidas. Nada más, solo reacciones químicas regidas por un intercambio de iones en medio acuoso y mensajes llevados y traídos por electrones. Deberemos concluir que todos lo podríamos hacer mejor, con más facilidad y mejor estimulación porque potencialmente podemos hacerlo, no porque encontremos parte de células inactivas que ponemos a trabajar. Lo maravillosamente increíble es que, mediante este elemental proceso material se genera la inmaterialidad y el fundamento esencial del ser humano.

Antonio Campillo Ruiz

Hartwig Kepp




3 comentarios:

  1. Siempre tuyo, querido amigo.
    Un abrazo

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  2. Te lo tuve que robar, (el vídeo): https://etarragof.tumblr.com/post/184896879519/sinapsis-neuronal

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  3. He leído tus dos últimos artículos, que me parecen interconectados.
    El análisis de cómo vivir una vida rica cuando el individuo se encuentra en una soledad más o menos intermitente. Unido a qué sucede en nuestras neuronas, qué ocasionan según el estado que nos encontramos y lo que les añadimos, por qué nos genera un estado feliz y qué y cómo logran producirlo.
    Muchas veces entrevemos temas que en lugar de sospechar o intuir, nos gustaría movernos en ellos con soltura. Este es uno.

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