martes, 26 de enero de 2010

LOS SANTOS INOCENTES de MARIO CAMUS


LOS INOCENTES EN "LOS SANTOS INOCENTES".

Antonio Campillo Ruiz

Miguel Delibes es  un escritor inmortal. Su novela “Los Santos Inocentes” fue llevada a la pantalla cinematográfica con un guión de Mario Camus, su director, y con su propia ayuda. Se cuenta que, durante el rodaje de exteriores, Delibes estuvo presente en varias ocasiones y puso de manifiesto su satisfacción por la perfecta adaptación cinematográfica. Enamorado de la Naturaleza y la caza, supo describir con maestría irrepetible el duro, durísimo día a día de los jornaleros del campo español en los primeros años de la década de mil novecientos sesenta. Anteriormente, sus vidas no habían sido mejores y posteriormente tampoco lo fueron, pero Delibes centra la acción en esta década llamada por muchos la década del “inicio del progreso” en una España con diferencias sociales que, aún hoy, persisten.

Mario Camus seleccionó con tanta precisión a los actores que debían representar a los diferentes personajes que, aunque hayamos leído mil veces la novela, Azarías tenía que ser Paco Rabal, Paco “El Bajo” tenía que ser Alfredo Landa, Régula tenía que ser Terele Pávez, el señorito Iván tenía que ser Juan Diego, y así sucesivamente con el resto de actores, desde el más importante al figurante normal. Componen un conjunto como pocas veces se ha visto en el cine español. Su profesionalidad y la importancia del guión a desarrollar les motivó hasta el punto de automejorarse en su interpretación. Como anécdota, que no es la única, Paco Rabal, antes de realizar su interpretación, estuvo un mes viviendo en un cortijo de la extensa y bella Extremadura conviviendo con un discapacitado similar al que él tenía que interpretar, e incluso tuvo que aprender a caminar “a piñón fijo”, es decir, avanzando a la vez el mismo brazo y pierna al caminar.  Los premios de interpretación a Paco Rabal y Alfredo Landa y otros muchos reconocimientos avalan lo expresado.

“Los Santos Inocentes” es una película sobre inocentes. Sobre seres sin maldad alguna y con las únicas perspectivas de vivir sirviendo, lo mejor posible, a quienes consideraban sus benefactores, sus dueños: sus señoritas y señoritos. La bondad y paciencia infinitas de estos inocentes contrasta con la altivez, menosprecio y humillación con la que son tratados. “Así ha sido desde el inicio de los tiempos… Si usted lo dice, señorito…”

Junto a otras obras inmortales del cine español, esta película merece una especial atención y debe ser conocida por los jóvenes que han tenido la suerte de no haber tenido que vivir situaciones como las que vivieron La Nieves y El Quince.


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