EL SUEÑO INFINITO DE PAO YU
Antonio
Campillo Ruiz
Pao Yu soñó que estaba en un jardín idéntico al de su casa.
¿Será posible, dijo, que haya un jardín idéntico al mío? Se le acercaron unas
doncellas. Pao Yu se dijo atónito: ¿Alguien tendrá doncellas iguales a Hsi-Yen,
Pin-Erh y a todas las de casa? Una de las doncellas exclamó:
-Ahí está Pao Yu. ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?
Pao Yu pensó que lo habían reconocido. Se adelantó y les
dijo:
-Estaba caminando; por casualidad llegué hasta aquí.
Caminemos un poco.
Las doncellas se rieron.
-¡Qué desatino! Te confundimos con Pao Yu, nuestro amo, pero
no eres tan gallardo como él.
Eran doncellas de otro Pao Yu.
-Queridas hermanas -les dijo- yo soy Pao Yu.
¿Quién es vuestro amo?
-Es Pao Yu -contestaron-. Sus padres le dieron ese
nombre, que está compuesto de los dos caracteres Pao (precioso) y Yu (jade),
para que su vida fuera larga y feliz. ¿Quién eres tú para usurpar ese nombre?
Se fueron, riéndose.
Pao Yu quedó abatido. “Nunca me han tratado tan mal. ¿Por
qué me aborrecerán estas doncellas? ¿Habrá, de veras, otro Pao Yu? Tengo que
averiguarlo”.
Trabajado por esos pensamientos, llegó a un patio que le
pareció extrañamente familiar. Subió la escalera y entró en su cuarto. Vio a un
joven acostado; al lado de la cama reían y hacían labores unas muchachas. El
joven suspiraba. Una de las doncellas le dijo:
-¿Qué sueñas, Pao Yu, estás afligido?
-Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que
ustedes no me reconocieron y me dejaron solo. Las seguí hasta la casa y me
encontré con otro Pao Yu durmiendo en mi cama.
Al oír este diálogo Pao Yu no pudo contenerse y exclamó:
-Vine en busca de un Pao Yu; eres tú.
El joven se levantó y lo abrazó, gritando:
-No era un sueño, tú eres Pao Yu.
Una voz llamó desde el jardín:
-¡Pao Yu!
Los dos Pao Yu temblaron. El soñado se fue; el otro le
decía:
-¡Vuelve pronto, Pao Yu!.
Pao Yu se despertó. Su doncella Hsi-Yen le preguntó:
-¿Qué sueñas Pao Yu, estás afligido?
-Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que
ustedes no me reconocieron…
Ay los sueños, a veces pueden ser tan vívidos que llegan a ser crueles. Mira por donde, Antonio, me has hecho pensar que quizá tenga yo mucha suerte por ser insomne. Un abrazo de buenas noches
ResponderEliminarHola Antonio, los sueños además de para ser soñados están para intentar que sean vividos y realizados.
ResponderEliminarGracias por invitarnos a la reflexión interior.
Buen trabajo.
Saludos,
Francisco M.
Soñar los sueños siempre me ha parecido una actividad fantástica para el alma, aunque en el caso de Pao Yu no fuera tan placentera porque los sueños le robaban lo que amaba, cuando en realidad los sueños deben entregar lo que no se tiene.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buena semana, amigo Antonio.
A veces los sueños se confunden con la realidad. Besos.
ResponderEliminarEs buenísimo!! Lo conocía...
ResponderEliminarPrecioso texto, no lo conocía. Me estoy poníendo al día en la lectura para no perderme cosas tan bonitas como ésta y toda la música que has compartido en la entrada anterior.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bella interpretación, esotérica y brillante, de una escondida realidad, amigo Campillo. ¿Cuantas veces, todos y cada uno de los humanos, no hemos sufrido un sueño así? - Muy aleccionador.
ResponderEliminarUn abrazo-e, muy fuerte.
Un relato angustioso, a mi parecer. Soñar que se sueña y se es soñado a la vez. Lo peor, dudar de ser uno mismo. Un abrazo, querido amigo.
ResponderEliminarBelo, belo... simples assim... que delícia passar por seu recanto e aprender outra vez mais.
ResponderEliminarMuchas gracias, mi amigo!!!! :))
Beijo e uma flor com carinho.
Me encantan estos relatos chinos, pequeños cuentos filosóficos. Al estilo borgiano, rizar el rizo...no saber quien soy, si soy el que sueña, o yo soy el sueño; o yo soy el sueño que sueña que soy yo. Juegos de palabras deliciosos y que te hacen pensar.
ResponderEliminarUn beso, querido amigo Antonio.
Una rueda sin fin que nunca tiene principio ni final, una pesadilla digna de Edgar Allan Poe.
ResponderEliminarUn saludo
¡Uy, uy, uy, qué delicioso relato!
ResponderEliminarNo por chino. No por fantástico: Por las idas y vueltas a que somete para darle al pensamiento.
En definitiva, tanto importa ser como no ser. Importa parecer ser y que deje de parecerlo. Ergo, filosofía oriental si no madeja de sueños sin solución. Me ha encantado, Antonio.
Un abrazo
Hola, Sr. Ruiz. Tengo la misma satisfacción cuando vienen a visitarte. Un sueño. Pero todos los sueños son excepcionales. A veces pensamos que si la vida no es un sueño de un sueño... que nos despertamos cuando tenemos que ir en otro sueño para siempre. Con respeto.
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