EL JURAMENTO DEL CAUTIVO
Antonio Campillo Ruiz
El Genio dijo al pescador que lo había sacado de la botella de cobre
amarillo:
-Soy uno de los genios heréticos y me rebelé contra Salomón, hijo de
David. Fui derrotado. Salomón, hijo de David, me ordenó que abrazara la fe de
Dios y que obedeciera sus órdenes. Rehusé. El Rey me encerró en ese recipiente
de color y estampó en la tapa un Nombre Muy Alto, y ordenó a los genios sumisos
que me arrojaran en el centro del mar. Dije en mi corazón “a quien me dé la
libertad, lo enriqueceré para siempre”. Pero un siglo entero pasó, y nadie me
dio la libertad. Entonces dije en mi corazón “a quien me dé la libertad, le
revelaré todas las artes mágicas de la tierra”. Pero cuatrocientos años pasaron
y yo seguía en el fondo del mar. Dije entonces “a quien me de la libertad, yo
le otorgaré tres deseos”. Pero novecientos años pasaron. Entonces, desesperado,
juré por el Nombre Muy Alto “a quién me dé la libertad, yo le mataré”.
Prepárate a morir, oh mi salvador.
Noche tercera de “Las mil y una noches”
¡ATENCIÓN!: Amigos lectores, un problema técnico
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contestarlos. Espero que en breve se solucione esta anomalía. Hasta ese momento, todas las publicaciones
estarán programadas. Gracias.
PUBLICACIÓN PROGRAMADA
Justo tengo Las mil y una noches en mi mesa de luz listo para empezar a leerlo. Me encantan ese tipo de historias, y nunca lo leí completo...
ResponderEliminarSaludos, espero se solucione tu problema pronto.
Cuidado con las promesas y con las ingratitudes. Magnífica elección.
ResponderEliminarNo hay poblema, que los resuelvas pronto.
Un abrazo.
A ver si se soluciona pronto el problema. Estoy emocionado al descubrir que has enlazado mi último poema. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarUna trágica escena de esa magnífica obra. Una tendencia mundana me permite arañar en el recuerdo los deseos de ingratitud que provoca convertirse en genio.
ResponderEliminarUn abrazo amigo Antonio y ánimo, la cibernética no podrá contigo y si ves que te cuesta: Llámame y voy a echarte una mano.
Tengo ganas de leer el libro. Cuanto daño hacen las promesas. Besos
ResponderEliminarEstos genios de las ondas...
ResponderEliminarUn abrazo muy grande, querido Antonio.
Hola, Sr. Ruiz. Qué delicia! Texto completo del mensaje.
ResponderEliminarEspero que los problemas técnicos que resolver. ¿Son parte de la vida, derecho?
El gozo de su salvador en un pozo. Seguro que éste, al ver salir al genio de la botella, pensó que tenía el mundo en sus manos. Si no nos perdiera la codicia...
ResponderEliminarSaludos
¡Ay, sí¡...Estos genios. Siempre con esa espada de Damocles poniéndonos de los nervios...jajaja. Yo por mi parte de lo que más me suelo asombrar es de que en este mundo virtual todo funcione como por arte de magia.
ResponderEliminarUn beso muy grande, Antonio.