sábado, 26 de julio de 2014

BELLEZA TRÁGICA

SABIDURÍA Y AMOR CONTRA HIPOCRESÍA

Antonio Campillo Ruiz
A veces podemos pasarnos años
sin vivir en absoluto, y de pronto
toda nuestra vida se concentra en
un solo instante.

Óscar Wilde


   “Todo hombre mata aquello que ama, que todos oigan esto. Unos lo hacen con una mirada amarga, otros con una palabra halagadora. El cobarde lo hace con un beso, el valiente con una espada. Unos matan a su mejor amigo cuando son jóvenes y otros ya de viejos. Unos lo estrangulan con las manos de la lujuria, otros con un cuchillo porque los muertos pronto se quedan fríos. La vida nos engaña con sombras. Le pedimos flores y nos las da con amargura y decepción a la vez. Miramos con un triste corazón de piedra los cabellos salpicados de oro que tan frenéticamente habíamos adorado y tan locamente besado. En este mundo solo hay dos clases de tragedias, una es no tener lo que uno quiere, la otra tenerlo”. Con monólogos en off como el anterior y diálogos plenos de una sabiduría y perspicacia dignas de un creador que jamás rechazó escuchar, responder, ser él mismo y jamás doblegarse ante una sociedad tan hipócrita como odiada por la nación que ocupaba, “Wilde” de Brian Gilbert, 1997, posee una extraña belleza tan innovadora en su tiempo como el pensamiento de su protagonista, Óscar Wilde.

  
   Un Wilde inteligente, ocurrente y magnífico en medio de una determinada sociedad, tenía que ser interpretado por un buen actor cuyo trabajo no oscureciera al escritor y, en este caso, Stephen Fry, que hasta se parece al propio Wilde, lo consigue ampliamente. Es más, todos los personajes secundarios, especialmente los femeninos, realizan una interpretación excelente por la gran importancia que poseen en el desarrollo del guión. Un guión centrado casi exclusivamente en la bisexualidad que encamina a Wilde a la búsqueda de la pureza del amor intelectual -similar al existente en la antigua Grecia- que siempre sedujo y persiguió al escritor irlandés como los extremos opuestos de la sociedad conservadora británica. Wilde, criado bajo la severa y estricta Inglaterra victoriana, se vio marcado por el escándalo de su condición sexual a pesar de enfrentarse, gracias a su capacidad de transmitir historias que nadie se imaginaba, que nadie las hubiese escrito como él, en busca de la belleza y de la felicidad puras..

   
   Desde su compromiso y boda con Constance Lloyd, Jennifer Ehle, con la que tuvo dos hijos varones, Óscar va a empezar una plácida aunque algo aburrida y académica vida, que solo verá recompensada con sus citas con amantes como el diplomático Michael Sheen, Robbie Ross, Ioan Gruffudd, John Gray y el joven estudiante Lord Alfred Douglas, Jude Law, hijo del influyente y poderoso Marqués de Queensberry, Tom Wilkinson. Todos ellos magníficos intérpretes de sus personajes, incluidos dentro de una ambientación muy detallada que consigue un conjunto visual y una sensación fílmica que cautiva al espectador. 
Utilizar el cuento “El gigante egoísta” del propio Wilde, es un recurso cinematográfico estupendo para que sirva de nexo entre las distintas partes de la historia pues, aunque no hay imágenes reales del gigante y los niños en el jardín, las palabras son descriptivas de las imagen que el espectador capta y crea en su mente como lo hace con cualquier otro cuento leído. El ritmo de la película es pausado pero no lento, muchas imágenes son las justas para no forzar el sentimentalismo que podría aflorar sin dificultad.


   Una luz muy difícil pero de una eficacia cinematográfica total dificulta a Martin Fuhrer una fotografía preciosista muy en consonancia con la época evocada. De la misma forma, la música de Debbie Wiseman, tan delicada y acorde con la suave luz, diálogos y fotografía, conjuga perfectamente armonía con genialidad. Óscar Wilde ha sido una luz pálida en la ceguera de una sociedad podrida, sus palabras lo demuestran: “Como mala persona soy un completo desastre. Hay montones de gente que afirman que no he hecho nada malo en toda mi vida. Por supuesto sólo se atreven a decirlo a mis espaldas.”

 Brian Gilbert

Es importante visionar la película a plena pantalla.


13 comentarios:

  1. Hola, Antonio! Veo que acabas de publicar (yo también acabo de hacerlo), así que aprovecho para enviarte un saludo. Por supuesto que tratándose de un film sobre Oscar Wilde, lo vi...y varias veces...y puedo volver a hacerlo! Je! Gracias por tus sugerencias! Gran abrazo.

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  2. Antonio, esta ¡sí la vi!... pero con tu reseña, vale mucho volver a verla, para percibir lo no captado a la primera y que haces tú mucho más interesante : ) déjame ver si regreso en la noche a reverla.
    Te dejo un gran abrazo!

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  3. Esta noche la volvere a ver, precisamente estaba acabando de releer, de Oscar Wilde, 'De Profundis'
    Hace ya años que lo leí, y mira por donde ..¡que coincidencia! 'Leyendo al rey de Roma por la puerta asoma'

    Es un tesoro este blog, Gracias Antonio, por todas las Joyitas que nos regalas!

    Un cálido abrazo querido amigo.

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  4. No hace mucho ví la película y me impactó la actuación, la escenografía, el tema... ¡todo!
    Wilde, fue, indudablemente, un genio de la literatura y una persona auténtica en todo sentido. Nadiet endría que ser discriminado por sus inclinaciones sexuales, es mi posición en la vida y mi filosofía, aun siendo yo, heterosexual. Cada cual con sus predisposiciones y su libertad de actuar en su vida privada....Y nadie debería erigirse en juez supremo de las elecciones personales de los seres, que se supe..... que somos libres.
    La película la volveré a ver... por supuesto, y como leí lo que comentó Sara Durán " con tu reseña, vale mucho volver a verla" Feliz fin de semana amigo.... a divertirse, o descansar...como más te apetezca. Un fuerte abrazo.

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  5. “Los amigos de Peter” fue una de esas películas que te dejan sensación de descubrimiento. Cuatro nombres desconocidos llamaron mi atención y los he seguido desde entonces. El primero, Stephen Fry, un tipo desgarbado y nada atractivo de esos que cuando la cámara los enfoca, su alrededor se funde a negro.
    En esta obra que muchas veces estuve a punto de ver y algo se torció, Fry es Wilde sin discusión. Igual que otras veces el actor se volatiliza y hale hoop!!, desaparece, ladrón de cuerpos y almas ajenas. Y aunque para mí haya algún espacio donde no vendría mal agilizar el discurso, considero muy difícil como aquí consigue el Director, conjugar ternura y procacidad, complejidad y compasión, honestidad y delito, y encima que el espectador entienda y se solidarice con el protagonista.
    Gracias a un Fry inolvidable, secundado por un elenco en estado de gracia en el que destaca un Law perfecto, al director Brian Gilbert y a nuestro querido amigo Campillo, que sabiendo escoger, nos ha dado ocasión de visionarla, he vivido dos horas aprendiendo que aunque haya muchos mundos, todos están en éste.

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  6. me emocionas de la manera que entiendes y proyectas tus momentos

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  7. Cierto Anonio... Ya lo dejo dicho André Gide en su Diario "En París leí (en parte) el abominable libro de Lor Alfred Douglas ,"Oscar Wilde y yo". Imposible llevar mas lejos la hipocresia, ni mentir con mayor insolencia....Ese libro es una villanía" (1 de junio de 1.918). La pelicula no la habia visto.. sabia de ella, pero no la habia visto...la he disfrutado...buenos actores , Director magnifico...Pero antes de que se me olvide Antonio, El Richard Widmark que yo guardo es el de aquel personaje en blanco y negro, rubio, con sonrisa burlona, ironica, traje de chaqueta cruzada que le "caia" como a nadie, sombrero con ala delantera vuelta hacia los ojos,.. tipo gánsgster,,, !soberbio"..."La calle sin nombre" "Noche en la ciudad" (con un Gene Tierney hermosa y esplendida..!como seimpre!).. !que peliculas, que "color" ! .luego llegaron los coowboys...muchos y buenos...pero esa es otra historia...al menos para mi...

    Un abrazo..

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  8. Lo he visto pero volveré a verlo, maestro Antonio.
    Un abrazo.

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  9. Què bueno que nos refrescas la memoria. Nunca està demàs volver a ver.
    Gracias por la descripciòn que nos regalas.
    Un abrazo Antonio.

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  10. Es posible que la película que hoy nos describas dé una idea aproximada de esa gran figura d elas letras inglesas y universales, y digo aproximada porque sin leer "El retrato de Dorian Grey" o "El fantasma de Canterville" es imposible hacerse idea cabal de la complejidad de la personalidad de Óscar Wilde.
    Un saludo

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  11. No la conocía, tomo nota y me la veo para el fin de semana . Será un placer visionar una pelicula cuyo protagonista dejó tanto legado cultural, de esos escasean en estos años.
    saludos desde Tenerife.

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  12. Me encantará verla.
    Muy interesante. Wilde es uno de mis autores favoritos.
    Un abrazo bien grande.

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  13. Juraría haber dejado un comentario en esta grandisima entrada.
    Me encanta Wilde. Ya la vi cuando la pusiste y me maravilló.
    Besos

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