viernes, 12 de enero de 2018

DIMENSIONES PARALELAS

UNA MIRADA FUGAZ - I

Antonio Campillo Ruiz
A ti, mujer, que viste y supiste apreciar.
A ti, hombre, que miraste y quedaste
atrapado en una luz destellante.

Mihail – Miho - Korubin

   Sus ojos no dejaron de mirarse durante el tiempo que tardaron en caminar un metro, cuando se cruzaron en direcciones contrarias. Dos, tres segundos…, un instante…, un día… Nunca supieron calcular el tiempo puesto que era imposible poder contar la inmensa conversación que mantuvieron durante aquella mirada. Cinco días después, mientras hablaban, no supieron valorar ni explicar, uno al otro, qué había sucedido para que en ese infinitesimal momento estuviesen tan juntos.

 Mihail – Miho - Korubin

   Fue tan ocasional como cuando se miraron. El tiempo era espléndido aquella mañana de asueto en la que terrazas de restaurantes al aire libre se encontraban completas de comensales. La luz del sol era tan intensa que deslumbraba y, en la mesa vecina, aquella chica le pareció que era la misma con la que había intercambiado una mirada como jamás soñó poder mantener. Se fijó detenida y descaradamente en ella al igual que soportaba la inquietante mirada de ella sobre él. Se levantaron a la vez pero fue ella la que alcanzó primero su mesa. Quedó quieta, sin pronunciar palabra y al tratar de volver a su mesa, escuchó una voz que le solicitaba sentase en la mesa ocupada y hablasen, a la vez que degustaban sus respectivos platos. Tras un ligero cabeceo, la chica alzó el brazo solicitando del camarero que cambiase su cubierto a su nueva ubicación en la terraza y se sentó saludando cortés pero seriamente. Se miraron durante un corto tiempo sin la intensidad de aquel, casi olvidado día, a pesar de su cercanía, en el que se cruzaron caminando por la calle. Se interrumpieron mutuamente al empezar a hablar uno con el otro a la vez y volvieron a callar sonriendo. Por fin, sin interrupciones, el chico empezó a relatar que creía que se conocían y ella explicó que se habían visto hacía pocos días. Ninguno supo por qué pero en poco tiempo identificaron el lugar y el motivo de su mutua sorpresa al encontrarse.

Mihail – Miho - Korubin

   Para ella la mirada que cruzó con él fue tan intensa que pareciese que le había trasladado en aquellos pocos instantes a un mundo de vivencias entre las que se encontraba la percepción de una inmensa soledad, que le pareció no buscada. Supo, no entendía cómo, que él amaba leer y trasladarse a un mundo imaginario en el que se gestaban los sueños y creaban historias que siempre eran vividas por más de una persona. Un mundo en el que la soledad no existía y podía sentir de cerca el calor de otros seres que siempre le emocionaban cuando relataban alguna de sus experiencias. Un mundo sin principio ni fin en el que, al igual que en el mar, se encontraba nadando sin posibilidad de poder volver a la orilla. Un mundo gris y sin posibilidad de que su color cambiase sin destruir parte del mismo y rehacerla.  

Mihail – Miho - Korubin

   Para él, la cantidad de información intercambiada era tan enorme que quedó sorprendido y fascinado por todo lo que percibió a través de aquellos ojos grandes y claros. Viveza, ansiedad, esperanza y desasosiego, un inmenso desasosiego hacia todo el entorno que existía en su derredor. A la vez, una gran angustia, una desazón inquietante lanzaba rayos iridiscentes que chocaban directamente en su iris maltratándolo y solicitando, a la vez, un espejo oscuro que pudiese recibir toda la información que transmitían sin rechazar ni una sola de sus solicitudes, ni uno solo de sus rayos.

Mihail – Miho - Korubin

   Ambos llegaron a la conclusión, al intercambiar estas sensaciones percibidas durante aquella primera mirada ocasional y fugaz, que nunca serían capaces de explicar ni a predecir en qué momento se podrían haber encontrado con anterioridad. Era muy probable que se hubiesen encontrado en otra dimensión y no lo recordasen pero también constataron la casi imposibilidad de que hubiese sucedido tal cosa, al menos en un pasado cercano y, además, a los dos a la vez. Mientras, bocado a bocado, fueron acabando lo solicitado de comida y se interrumpían para tratar de explicar, una tras otra vez,  el uno al otro lo que habían captado e interpretado de aquella furtiva mirada que les preocupó desde que se produjo tan accidental como inesperadamente.

 Mihail – Miho - Korubin

   Cuando acabaron de no aclarar ni de ponerse de acuerdo con los sentimientos del otro, inesperadamente, sin cambio aparente en el tema que trataban, se sorprendieron hablando de sí mismos y de sus necesidades, objetivos, gustos y mil temas más. Durante una larga sobremesa los lazos que les unían parecían indisolubles a pesar del mínimo tiempo que tuvieron para establecerlos. Y así, después de citarse para el día siguiente a la misma hora y lugar, no dejaron de estar en desacuerdo en establecer que aquella mirada fue como si  sus vidas se hubiesen trasladado de uno al otro sin que mediase ni un mínimo aspecto en común entre ellas.

Antonio Campillo Ruiz

Mihail – Miho - Korubin

Es importante visionar el vídeo a plena pantalla.


6 comentarios:

  1. Muy lindo el vídeo, Antonio.
    Así es, a veces pasa que hay conexión inmediata
    entre dos seres. Y quien sabes, quizás, quizás la historia
    venga de antaño y de otros lares. Quién sabe.

    Un abrazo.

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    1. Pues sí, Myriam, puede suceder. La realidad supera la ficción. Sin embargo, en este caso, el producto de la imaginación establece una situación posible pero poco probable. Las relaciones humanas directas son muy escasas y están retrocediendo a gran velocidad. Una desgracia de la atropellada “vida moderna” que soportamos y deberíamos desechar. Un abrazo, querida amiga Myriam.

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  2. Estas desaparecido la vida es muy corta pora ofenderse por cosa tontas
    te deseo lo mejor un abrazo

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    1. Querida Recomenzar, no comprendo a qué ofensas supones que me he/estoy sometido. No estoy ofendido por nada y tu lectura es siempre gratificante. Hace un año y medio, más otro horroroso, los acontecimientos que padecí han sido mucho más importantes que tu leve pensamiento acerca de un enfado. No escribo comentarios. Si te ofende, es un problema que debes resolver tú. Un abrazo.

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  3. Precioso relato de todo lo que encierra una mirada, unas miradas. Se ha escrito mucha poesía, muchas canciones, leyendas, sobre la magia del lenguaje de los ojos. A mí me gustaría tener una explicación, digamos científica, de cómo pueden expresar un iris y una pupila tantas emociones. Dolor, miedo, odio, sorpresa, amor, tristeza, angustia, impaciencia, indiferencia...
    Espero, Antonio, que la historia acabara bien. Vamos, un final de "película". Que en los ojos de ninguno de ellos se reflejara el desengaño.

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    1. Tía Conchi, creo que explicar la fisiología del iris a través de los sentimientos que provoca una mirada es tan difícil como descubrir por qué el proceso de pensar supone una gran cantidad de reacciones químicas y, de ellas, se pueden derivar estados emocionales. La Química y los Sentimientos parece ser que no están muy unidos materialmente, sin embargo, unos son consecuencia de la otra. Cada persona posee un ciclo de procesos por los que gran cantidad de elementos de su entorno generan esa mirada, ese mínimo retazo de atención, ese instante, que es capaz de subvertir el orden constituido fisiológica y mentalmente. Un gran abrazo, querida Tía Conchi.

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