sábado, 25 de abril de 2020

UNA PANDEMIA QUE CAMBIARÁ LA SOCIEDAD MUNDIAL


INICIACIÓN AL CONOCIMIENTO DE UN PARÁSITO

Antonio Campillo Ruiz


   Los seres humanos, en el momento actual, nos encontramos atacados por un agente parásito y patógeno, desconocido hasta hace unos meses, con un resultado que, posiblemente, cambiará el sistema social y a la propia sociedad en la que se asentará, cuando se pueda vencer al agente, un nuevo orden social mundial. Esto supone que, estudios muy complejos se generalicen en la totalidad de nuestro planeta. Sin embargo, la facilidad de manipulación de la compleja información con respecto a decisiones que pueden, solo pueden, ser controvertidas y dispares; el terrible e inusitado desconocimiento de ciertas peculiaridades del agente patógeno que nos diezma;  la falta de claridad y unificación entre los organismos mundiales con los países afectados por la epidemia gravemente; la dificultad para explicar procesos bioquímicos complicados a todas las personas que no han estudiado esta compleja ciencia y, sin acabar, por la estúpida transmisión de falsos datos; el reinicio de la actividad “seminormal” lentamente porque es una exigencia de personas a las que, posiblemente, les interesa más el dinero que la vida de sus conciudadanos, demostrando un egoísmo y falta de solidaridad inhumanos; debe impulsar a todos los seres humanos a un aprendizaje sereno y de sencillo nivel de comprensión, atención y preocupación, un estudio elemental de los procesos relevantes que puede suponer un beneficio personalizado hacia la totalidad de los seres humanos que compondrán la nueva estructura derivada de esta terrible pandemia.


   Debe considerarse imprescindible la explicación, con mucho tiento, lo más sencilla y asequible para todos los lectores, sobre quién es este mortal agente parásito patógeno, denominado con el nombre de “virus” y perteneciente a la subclasificación de “coronavirus”, que nos ataca. Para ello debemos conocer:


1 – Los virus son partículas de compuestos químicos clasificadas como seres sin metabolismo propio, es decir, no clasificadas como seres vivos animales o vegetales. En realidad se definen como partículas nucleoprotéicas capaces de atacar a todos los organismos vivos, desde el microplasma más pequeño, hasta complejos órganos de los seres humanos. Como no poseen metabolismo propio, “viven” cuando el ácido nucleico que poseen penetra en las célula vivas del ser atacado. Así pues, son parásitos químicos.

2 – No se reproducen por sí mismos, se replicanrobando los compuestos químicos de las células” y transformándolo en su propia materia.


3 – Como todos los parásitos, actúa sobre un huésped, en este caso sobre los seres humanos, y actúa de la siguiente forma:
a) Se posa sobre la membrana de las células de los tejidos seleccionados.
b) Inyecta en el interior de la célula su material genético, ácidos nucleicos RNA, DNA.
c) Su carcasa de lípidos y proteínas queda fuera de la célula.
d) Empieza su replicación a partir de los ácidos nucleicos de la célula, imprescindibles para su vida.


4 – El compuesto que roba a las células produce una deficiencia del mismo y la célula acaba por lisarse, se rompe, por tanto, muere.

5 – Cada célula, mucho mayor que el virus, posee material genético para poder replicar a cientos, miles, de nuevos virus. Por tanto, en poco tiempo la cantidad de parásitos es exponencial.

6 – Bien, con este tipo especial de replicación para expandirse, el virus va matando a las células del tejido, órgano o grupo de órganos a los que ataca.


7 – “La muerte del huésped no interesa al parásito” porque supone su propia muerte y, a pesar de no poseer, fundamentalmente, nada más que tres cadenas de compuestos químicos, un virus nuevo como el COVID-19 debe adaptarse a la fisiología de su huésped, debe conocerlo y escapar de los anticuerpos vigilantes, “procurando” que el humano infectado  no muera para poder vivir él. Es una constante en todos los parásitos con mayor desarrollo fisiológico: piojos, garrapatas e incluso animales vertebrados de mayor tamaño como los picabueyes, por ejemplo.


8 – Esto implica que, con el tiempo, cuando se adaptan a la fisiología del huésped, su letalidad disminuye drásticamente, esta ha sido una constante en el desarrollo de los virus conocidos y muy estudiados pero… pero no desaparece de su huésped. Puede quedar en estado de “letargo” y el huésped no padece la enfermedad sino cuando se produce una alteración fisiológica en él. Producida por…¿? Aquí es donde se debe investigar con mucha intensidad. ¿Cuáles son las causas exactas que, mediante un cambio fisiológico o metabólico en el huésped, se favorece el ataque de las partículas parásitas químicas que se encuentran aletargadas? ¿Puede ser que diferentes enfermedades adquiridas de otra etiología, nuevas o crónicas, metabolismo alimentario en general, respiración de atmósfera contaminada, compuestos químicos tóxicos absorbidos, alteraciones metabólicas estacionales, alteraciones metabólicas debidas a la longevidad, alteraciones inmunológicas, alteraciones hormonales, alteraciones neuronales debidas a órdenes contradictorias o muy complejas del cerebro, etc., sean alguna o varias a la vez, la causa de la activación depredadora del parásito?  


9 – El huésped, a pesar de no padecer la enfermedad o ataque patógeno que genera, puede transmitir al parásito, con grave peligro para el resto de los seres humanos que no son “huéspedes sanos”. Esta contaminación, logra provocar la enfermedad, pudiendo llegar a ser letal para el infectado y quien lo contaminó seguirá siendo “huésped sano”.
  
10 – Y ahora, cuando todavía se están estudiando las características del virus, cuando ni siquiera se posee la síntesis de sus compuestos químicos, cuando se ha comprobado que posee cuatro trozos de cadena genética que pertenecen al VIH, cuando se “prueban posibles remedios curativos”, ahora, se decide la salida de un confinamiento que se ha producido como único remedio por el gravísimo desconocimiento por la Ciencia de las peculiaridades del virus.


11 – A modo de cuestión indispensable, falta investigar, muy detenidamente, muchas más preguntas de las ya formuladas, por ejemplo: ¿Cómo es posible que un país con una superficie de 377.962 Kms². y una población de 127.368.088 de habitantes, la densidad de población y hacinamiento, quizás, mayor del mundo, con el ataque de este parásito vírico en pleno auge, con más de un tercio de su población muy longeva, la infección haya producido 328 muertes y en España, con una superficie de 505.370 Kms², con solo 47.100.000 de habitantes y una Sanidad ejemplo mundial de eficacia, el número de muertes sea de 22.540 seres humanos? (Datos del Instituto Johns Hopking el día de la publicación de esta larga reflexión) El estudio de estos estragos deben ser valorados mediante un análisis profundo y muy, muy serio. ¿Cuál es la causa de esta mortandad? ¿Por qué el virus es más virulento y peligroso en nuestro País? ¿Qué condiciones de tal ataque producen esta disparidad? Sospecho que descubrir esta anomalía debe suponer un gran avance en el conocimiento del virus, su tratamiento curativo y posterior tratamiento preventivo de la terrible enfermedad que ocasiona. No se aportan más datos comparativos porque el lector puede reunir más información, simplemente, recogiendo las cifras que se publican periódicamente y consultando extensión, habitantes, datos que requiere para su estudio y compararlos para el análisis que realice.    


   Bien, por todo lo anterior y muchas otras peculiaridades, cuya especificidad queda para los científicos e investigadores, las prisas en la vuelta a la seminormalidad es muy peligrosa. Tanto que, seres humanos que han sido atacados por el parásito, han padecido sus consecuencias y las han superado, NO poseen las defensas que inicialmente se pensó que debían de haber adquirido y, por tanto, han podido o pueden enfermar nuevamente o transformarse en “huéspedes sanos”. Miles de otros humanos, que son portadores huéspedes sin conocerlo y que se encuentran entre personas sanas no portadoras, pueden igualmente, infectarlas y producir en ellas unos resultados impredecibles. Esto supone la posibilidad de retroceder en el control de la infección generalizada, con consecuencias que pueden ser inevitables y perniciosas, muy perniciosas.


   No es válido ni justificable con argumento alguno, ¡en absoluto!, que se anteponga a la vida la economía, las ganancias personales, el estraperlo, etc., que afecta a la seguridad de muchos millones de seres humanos. Es indecente, egoísta y patética la utilización de argumentos meramente políticos y de poder que, en los Parlamentos de todos los países del mundo, lugar de la representación de todos los habitantes humanos, algunos representantes de los mismos, traten de acelerar un proceso vivo, impredecible y desconocido, muy, muy, muy peligroso, por medio de una evaluación realizada con displicencia y sin conocimientos de los aspectos científicos que posee el problema social planteado.   

Antonio Campillo Ruiz



10 comentarios:

  1. Clarificador artículo, Antonio. Me quedo con la totalidad, y sobre todo con el último párrafo.
    Un abrazo.

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