martes, 2 de marzo de 2010

MONTAJE Y PLANIFICACIÓN


MONTAJE Y PLANIFICACIÓN – I

Antonio Campillo Ruiz

En la imagen fílmica hay que distinguir monemas y tagmemas. Etimológicamente monema proviene del griego: “monos” único, aislado; y “taíma”, conjunto organizado. La terminación “e̅ma” significa trazos. Monema y tagmema corresponden a la singularidad y a la pluralidad.

En cine se denomina monema a la unidad fílmica en la que no hay solución de continuidad ni espacial ni temporal. Llamamos tagmema al conjunto fílmico formado por la sucesión ininterrumpida de monemas que expresan una continuidad diegética. Esta palabra proviene igualmente del griego “ die̅ge̅sis” que significa narración. En términos vulgares, al monema y al tagmema se los llama, respectivamente, plano y secuencia.

El acertado uso de estos términos exige no confundir plano con toma ni plano con secuencia. Toma es lo que se rueda sin interrupción. Una sola toma en rodaje puede ser dividida después, en el montaje, en varios fragmentos constituyendo con otras partes similares, un tagmema.

Por otro lado, decir que una película consta de fotogramas, planos y secuencias, supone un salto de un punto de vista a otro, al hacer esa enumeración de realidades heterogéneas. Recordemos que fílmico es lo que se ve y se oye desde la pantalla de proyección y cinematográfico todo lo demás. Para aclarar este concepto, cinematográficamente la película consta de fotogramas y rollos. Nada más. Fílmicamente consta de planos y secuencias.

En “El tercer hombre”, de Sir Carol Reed, 1949, los planos no son simétricos y se ralentizan o aceleran espacio-temporalmente en el montaje, de Oswald Hafenrichter, en función de los aspectos dramáticos que representan. La longitud de los planos para componer una secuencia requiere de la habilidad precisa del montador que decide cuándo debe cortar en función de cuánto debe durar. 


En este primer ejemplo de la película, el espectador observa un montaje asimétrico espacio-temporal porque se requiere una explicación adecuada del motivo que tendrá Holly Martins para traicionar a Harry Lime. El punto de vista de la cámara, con planos inclinados para crear en el espectador una tensión añadida, los contrapicados, primeros planos y la larga espera de la policía, ejercen en el espectador una presión psicológica que se hace cada vez más fuerte hasta el fin de la narración.

 

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