MADAME DE MERTEUIL
María Luisa Arnaiz Sánchez
Two angels, Frank Kortan
“Las más…caen en una apatía imbécil…repiten…cuanto oyen decir; su personalidad es nula e inofensiva…las menos piensan...saben crearse una existencia…suelen tener el juicio sano, el espíritu alegre”. Las dos clases de mujer, descritas por la marquesa de Merteuil en la carta CXIII de “Las amistades peligrosas”, reflejan los modelos femeninos. Aunque la marquesa perdiera la reputación al final -castigo literario-, lo que escandalizó en su época fue que triunfara al adoptar el papel de cualquier libertino, pues lo permitido a un hombre no se toleraba a una mujer. ¡Ni siquiera de ficción! Subvertir la jerarquía de los sexos causó tal convulsión que desde entonces se habla de donjuanismo en la mujer.
The lady with a chameleon und butterflies, Frank Kortan
Los libertinos brillaron durante el siglo XVII en Francia y con la Revolución francesa desaparecieron. Es de notar que la mala fama que alcanzaron les vino por romper con los poderes establecidos del Estado y de la Iglesia católica, causa de que fueran tachados de inmorales (recordemos a Sade). Estos librepensadores trataron de pasar desapercibidos y su imagen legendaria se forjó en torno a los que simplemente buscaron el placer, siendo su modelo el don Juan de “El burlador de Sevilla” de Tirso de Molina. En 1782 la marquesa de Merteuil, protagonista de “Las amistades peligrosas”, se convirtió en su imitadora femenina más perfecta. Ella y la de “La princesa de Clèves” son las dos caras antitéticas de la feminidad.
Nightly exchange of thoughts with Franz K, Frank Kortan
La primera es una mujer inteligente y calculadora que se aparta del ideal masculino. Dice la Merteuil: “busqué en los moralistas más severos lo que exigían de nosotras…y así me aseguré de lo que…se debía pensar y de lo que era necesario aparentar. Mi primer cuidado fue adquirir renombre de invencible -lo que había hecho don Juan-. Para conseguirlo…aparenté aceptar (a hombres), utilizándolos para procurarme los honores de la resistencia, mientras que me entregaba secretamente al amante preferido”. La protagonista de la segunda, considerada una obra maestra de la psicología femenina porque desvela los pensamientos de una mujer que se recrea en un adulterio imaginado, muestra a la princesa tal como el hombre la concibe: seductora y virtuosa.
Kafka's dream of keys, Frank Kortan
La marquesa de Merteuil representa a conciencia el rol femenino convencional y explica en la carta X: “Para mí, lo confieso, una de las cosas que más me halagan es un ataque vivo…sin perder el debido aire de derrota al otorgar nuestros favores”. Este manifestarse rendida, orgullo de la vanidad masculina, es ficticio pues madame Merteuil se conduce libremente en un mundo opresivo para con la mujer: “Y queréis enseñarme y guiarme… ¡Ah, pobre Valmont…! ¿Qué habéis hecho que yo no haya superado mil veces? Habéis seducido, incluso perdido a muchas mujeres, pero ¿qué dificultades habéis tenido que vencer?”. Así pues, Choderlos de Laclos demuestra no solo que la sensualidad, manejada por la mujer, sirve para luchar por su libertad, sino que la virtud no es superior al vicio. En palabras de Elena Soriano en “El donjuanismo femenino”: la obra “ponía en evidencia el ideal femenino de la época: parecer una princesa de Clèves siendo una marquesa de Merteuil”.
The lady with a chameleon and bottle of soda, Frank Kortan
Me ha gustado eso de que la virtud no es superior al vicio. El vicio, ademas, suele ser mas divertido. Tus entradas, por espectaculares, son tan impresionantes que a veces se queda uno sin dedos. Un abrazos
ResponderEliminarMariano, metes el dedo en la llaga en tus artículos y conmigo eres hiperbólico. Vale.
ResponderEliminarOjalá que tus palabras, Mª del Carmen, no sean efímeras. Un abrazo.
ResponderEliminarUf, hace muchísimos años que leí a Chordelos de Loclos, en concreto este libro, "Las amistades peligrosas", y lo tengo bien lejano.
ResponderEliminarTu estupenda entrada me lo recuerda y me sonrío, porque pareciera que sólo los chicos pueden ser "donjuanes", pero cuando las chicas se ponen en ello....
En aquella época, florecieron muchos libros de este tipo, sobre todo en Francia. Después, silencio, ¿por qué?
Un abrazo, Mª Luisa.
P.S.- Ando muy escasa de tiempo y me da rabia no poder acudir diariamente, pero realmente voy muy liada. Vendrán mejores tiempos.
La hipocresía, Isabel, es compañera de la decencia y quizá insistir en que las mujeres se comportaban como hombres podría alentar una conducta y un patrón en la mujer que no se iba a tolerar, luego ¡silencio!
ResponderEliminar¿Tiempo la mujer? Jajajá.