PICASSO DE CERCA

UNA VISIÓN PERSONAL DE LA SUITE VOLLARD

Antonio Campillo Ruiz  

   Visitar, ver y volver a ver la Suite Vollard de Pablo Picasso produce un asombro, una irrepetible sensación de encontrarse en el mundo personal de un creador que plasma desde sus miedos a sus sueños, desde su estudio hasta la mitología.

   Inmediatamente el espectador querría retener, absorber y llevar consigo todos y cada uno de los grabados. Nunca olvidará aquella línea que le atrajo, aquel gesto peculiar que pasó desapercibido para el visitante anterior así como el que no ha apreciado él mismo con respecto a los demás. A veces, con inocente alegría puede expresar una gran satisfacción por haber sido precavido y llevar su cámara fotográfica. ¡Peligro, peligro! Cuando en una exposición de esta categoría dicen en recepción: “por favor, las fotografías sin flash”, algo sucede con las luces… Y así es, el color de la sala de un dominante especial, la mezcla de diferentes tipos de luces y otros factores técnicos, perjudican seriamente la capacidad de captación de una realidad que no podemos duplicar.

   En cualquier caso, siempre existen lugares para sentarse, pensar, calibrar los parámetros de la cámara muy finamente, colocarle los artefactos necesarios y … ¡disparar sin flash, por supuesto! Jamás he retocado una fotografía. Si no he tenido en cuenta los pasos anteriores, me culpo y anulo el resultado. Esta es una mínima parte de mi personal visión de los cien grabados de la inigualable Suite Vollard. 

NOTA: Todas las fotografías pertenecen a la exposición de la Suite Vollard en el MUICO - Madrid.