María Luisa Arnaiz Sánchez
Brita Seifert
Ixión fue hijo de Action y Perimele y se casó con Día. Su doblez lo llevó a seducir a Hera, pensando que ella querría vengarse de las
infidelidades de Zeus, pero este adivinó sus intenciones y, cogiendo una nube, formó
la imagen de su mujer, con la que Ixión copuló. Descubierto in fraganti por el padre de los dioses,
le exigió repetir mientras Hermes lo azotaba sin piedad: “Los benefactores merecen ser honrados”, alusión a que lo había
purificado por la muerte de su suegro. Centauro fue el fruto de aquella unión y la falsa Hera recibió el nombre de Néfele, nube. Se dice que en el Tártaro
Hermes lo ató a una rueda ardiente que rodaba sin cesar.
Brita Seifert
Robert Graves dice de este mito que “esta
actitud recuerda las ruedas ardientes que se hacían rodar por las laderas de
las colinas en las festividades europeas del solsticio de verano, como señal de
que el sol había llegado a su cénit y en adelante tenía que declinar hasta el
solsticio de invierno”.
Siempre viene bien refrescar la mitología clásica. Pero lo que más me ha atraído de esta entrada han sido los dos cuadros de Brita. Cuánto me dicen los dos adolescentes, cuánta fuerza y belleza poseen sin que posiblemente ellos mismos fueran conscientes.
ResponderEliminarUn beso.
Creo que intuyes el fondo, Isabel, porque con ellas he querido expresar el juego de la seducción y no el avasallamiento grotesco de un primario mítico.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarOi, Luisa. Olha só, eu
Fiz um texto para o dia das
mães e adoraria se você co-
mentasse.
Ah, estou seguindo o seu
blog.
Beijos,
Ass; Palhaço Poeta
.
Lo haré en cuanto pueda, Silvio Afonso. Lo saludo atentamente.
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