María Luisa Arnaiz Sánchez
The Primtings
Museum
En la cueva de
Montesinos Don Quijote cree haber permanecido tres días, aunque por la explicación
que da habían sido cuatro; sin embargo para Sancho y el guía solo había
transcurrido algo más de media hora. Nos hallamos ante un caso de paréntesis
temporal que responde a la apreciación del tiempo de modo subjetivo al igual
que sucede en la cantiga CIII de Alfonso X, en la que un
monje se queda extasiado durante trescientos años oyendo a un pájaro y cree que
lo ha oído apenas unos instantes. Comienza Don Quijote diciendo que “de repente…me salteó un sueño profundísimo;
y…desperté dél y me hallé en la mitad del más bello, ameno y deleitoso prado
que puede…imaginar la más discreta imaginación humana. Despabilé los ojos…y vi
que…realmente estaba despierto”. El referente habla del tópico del espacio
maravilloso pero bajo un cariz original, pues no se dará el encuentro amoroso
sino el encuentro con personajes literarios como el propio Montesinos, paladín
de Carlomagno, vivo y muerto a la vez por encantamiento de Merlín, como los
demás: el rey Arturo, Ginebra, Lanzarote, etc. Este descenso sui géneris a “los
infiernos” es una suerte de viaje iniciático que tradicionalmente se ha
interpretado como la búsqueda de sí mismo, a pesar de ello creo que más bien
guarda relación con el tópico barroco del desengaño. La confusión mental con la
que Don Quijote vuelve a la realidad no le impide pasar de personaje a narrador
cuando relata sus visiones, pero no será Sancho quien lo crea pues le dice: “¿es posible que hombre que sabe decir tales,
tantas y tan buenas cosas como aquí ha dicho, diga que ha visto los disparates
imposibles que cuenta de la cueva de Montesinos?”
The Primtings
Museum
Quixote o eterno andante. Gosto.
ResponderEliminarUm grande bj querida amiga
Todos tenemos algo de "quijotes". Mito y símbolo por siempre.
ResponderEliminarUn abrazo, Gisa.