CITA A CUALQUIER HORA
Antonio Campillo Ruiz
Oksana Zhelisko
Hoy es el día. Por fin me he decidido. No sé si estaré a su
gusto. Me pone nerviosa no poder dejar de mirarme en mi espejo de mano. Me he comprado
este vestido por su suave color rosa, su discreto diseño y su calidad. Es muy
importante que aprecie la calidad de mis ropas no vaya a creer que soy una
oportunista que corro tras el bienestar que me puede proporcionar. La verdad es
que me he quedado sin ahorros pero los doy por bien empleados si llegamos al
acuerdo que planeamos cuando ayer hacíamos el amor. Bueno, eso de hacer el amor
es una frase hecha que mucha gente utiliza para no llamar las cosas por su
nombre. Deberían decir cuando disfrutábamos del sexo. Bueno..., disfrutaba, porque
quien disfrutaba parece que era él. Yo me limitaba a soportar su peso y decir
exclamaciones. Es como debe ser ¿no? La mujer, es decir yo, con cuidado, eso sí,
con mucho cuidado, se deja toquetear un poco y es penetrada, con cuidado, ¡con
mucho cuidado! ¡Me horroriza esa cosa en mi cuerpo! Y de ahí surge el amor.
Así es como quiero yo que sea siempre. Hoy prepararemos los detalles de su
separación de esa bruja que, según él, se dedica a disfrutar del sexo y a
hacerle la vida imposible. Bien, en realidad no sé qué es eso de disfrutar del
sexo porque como yo no siento nada más que un leve cosquilleo… Y hacer la vida
imposible no entiendo cómo se puede lograr porque, como yo estaré siempre preocupada
con mis cosas, creo que no tendré tiempo de nada… No sé, no sé… No sé muy bien
cómo es eso que se lee en la novelas de amor: que si me toca, que si su calor,
que si me besa apasionadamente... ¡Ah!, he preparado una mesa que es un primor.
He pedido al camarero una botella de su
vino predilecto para orearlo hasta que llegue en las copas. Me he traído un
ramillete, de pequeñas rosas de color rosa para que hiciesen juego con mi
vestido y he elegido para sentarme un lugar iluminado, no como esa pelandusca
que se ha sentado en la oscuridad. ¡Dios sabe lo que estará haciendo y a quién
estará esperando! Claro, así los hombres se acostumbran mal y ellas les enseñan
las tretas que no nos convienen a las mujeres decentes. Este vino es un poco
fuerte. Nunca me ha gustado demasiado pero ¿cómo voy a tomar un vulgar café…
como ella? ¡Huy!, ya ha pasado media hora de la hora de la cita. ¡Esperemos que
no le haya ocurrido como hace tres días, que tuvo una reunión imprevista y no pudimos
tomar este vino que le gusta tanto! No, creo que hoy es el día. Al volver a
casa, tendré que contar detalladamente lo ocurrido. ¡Ji, ji, ji…! ¡No lo van a
creer! Creo que no se me tendría que haber olvidado coger el libro “Juanita y
su amor”. Podría haber adelantado bastante. ¡Huy! ¡Ya ha pasado otro cuarto de
hora! Pues, si se retrasa una hora es porque estará en el trabajo pero, esta
tarde, cuando hagamos el amor, se lo diré bien seria: si quedamos para planear
nuestro futuro, ¡quedamos!
Antonio Campillo Ruiz
Si fuera ella ya estaría muy escamada y con morritos jajaja,mira que como le toque pagar a ella su vino tan caro... la veo caminando directamente al despacho de caballero y poniéndole las flores de sombrero.
ResponderEliminarQue tiene razón: si se queda, pues se queda!
Qué bueno el relato, qué bueno!
Un fuerte abrazo, querido Antonio.
Es para escamarse demasiado, Ohma. Creo que esta señorita no siente las escamas, ni el tiempo, ni el dinero, porque sus ojos sólo están puestos en este hombre que se desfoga con ella porque con su esposa, que es más mujer, más humana y más normal que ella, no sabe cómo debe comportarse.
EliminarAdemás, no tiene idea de lo que es el futuro ni las relaciones humanas. Algo que has captado muy bien.
Un fuerte abrazo, querida Ohma.
Pobrecilla mía, qué cándida, y sigue esperando. Ahora que el señor ha catado lo que tenía que catar, ya puede buscarse una silla cómoda porque le queda espera. Que se entretenga con el vino. Muy mala actriz debe de ser fingiendo orgasmos, todo hay que decirlo.
ResponderEliminarMe ha encantado el relato Antonio, igual podrías pensar en hacer una novela, una especie de compendio de citas. No sé, es una idea que se me acaba de ocurrir. Un fuerte abrazo
Muy agradecido y excelente idea, Mabel. Lo pensaré y hablaremos. Tú sabes que escribir en este blog es para mí una satisfacción por la bondad y lo que aprendo de vosotros, quienes comentáis con la dedicación y agudeza que lo escribís y aconsejáis.
EliminarEn cuanto a la chica, estamos totalmente de acuerdo con lo que expresas. No creo que finja nada, lo que sucede es que su misticismo y, posiblemente su educación, la han convertido en la más absoluta de las pasividades posibles.
Un fuerte abrazo, querida Mabel.
Crees realmente en una amante así de ingenua. Siempre he pensado que la mujer es siempre la que domina la situación, eso desde cualquier edad de la pubertad. La mujer es la que decide el momento de ser conquistada, no nosotros, ella es la que extiende sus redes y decide en cualquier circunstancia, amiga, esposa o amante. Ella es fiel a sus motivaciones, la que realmente puede dar un amor apasionado de entrega total. Sus atributos de coquetería, femineidad para mí, picardía, son adorables. Esa mujer que además de ser sensible, sabe como puede fortalecer tu ego para sentirte "machito" y dueño del mundo, es increíble. Si habéis leído "El varón domado", de Esther Vilar, ya está todo dicho. Eso no quita que hayan energúmenos cobardes que maltraten. humillen y se aprovechen de mujeres con complejo de inferioridad. Ellos se lo pierden.
ResponderEliminarAmigo Marcos,el sexo fuerte siempre ha sido la mujer. Pero, ¡Ay! amigo, siempre hay un pero... No es prudente generalizar como lo hacen diversos autores, no sólo Esther Vilar que muy "oportunamente" dejo caer una controversia que todo el mundo soslayaba.
EliminarNunca las relaciones mujer/hombre han estado dirigidas exclusivamente por uno u otro. El director, en cada momento ha sido quien más "arte" ha suscitado en el gran dominante del pensamiento humano: el sexo. El sexo, asociado a belleza, personalidad, comportamiento, etc., etc., ha sido quien ha determinado que el comportamiento de ambos amantes, que debería estar siempre en equilibrio, se desplace hacia uno de ellos. ¿Que..., ha sido hacia la mujer? puede ser: en algunos casos y bajo determinadas circunstancias. ¿Que..., ha sido hacia el hombre? De la misma forma en determinadas circunstancias. ¿Que..., aspectos sociales han podido influir o no? Posiblemente, pero me lo creo poco. ¿Que..., el sojuzgamiento de la mujer ha sido un hecho? Evidente pero no por estas razones sino por la fuerza bruta y determinados y ancestrales principios, denominados morales, que la han vejado hasta niveles indecentes. ¿Que..., en el momento actual es diferentes? ¡Menos mal! Pero ¿sabes qué, amigo Marcos? Todavía existen mujeres como la del relato.
Un fuerte abrazo, amigo Marcos.
En fin, supongo que los dos géneros nos vemos a veces como víctimas. De todos modos, las generalizaciones son peligrosas, sobre todo porque el mundo no debe dividirse entre hombres y mujeres; todos somos personas y más bien creo que unos cazadores y otros presa. Y los papeles se intercambian sin tener en cuenta el género. Es una simple opinión, y como tal, puede que equivocada
ResponderEliminarDe acuerdo, Mabel. Me remito a lo escrito ya. Este es el grave defecto de los humanos: que deben realizar el papel de dominantes y dominados. Personalmente, siempre voy cargado con una balanza, será por deformación profesional derivada de los laboratorios, y en cada instante trato de valorar la exactitud del fiel de la misma, aunque me perjudique. Puede ser que, incluso haciendo trampas con los equilibradores, el fiel no marque a mi favor y sí al de la persona que posee cualidades aparentemente no descubiertas. Lo siguiente es aceptar que esto sucede y es bueno que suceda.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Mabel.
Antonio, la pobre es faba, faba, bueno, o a mi me lo parece. Y lo que me parece más increible es como te has metido en el personaje con todo tipo de descripciones. Creo que una buena amante ha de tener un mínimo de inteligencia, si no para dominar la situación, sí, al menos para saberse conducir en la relación. Este relato, la cita no tiene desperdicio, Antonio ¡Bendita imaginación la tuya!
ResponderEliminarUn abrazo grande
¡Pero faba de marca mayor! Simplemente, Pilar, vive una fantasía que a ella le parece que es buena, que es "moderna": amante y posible compañera futura. Y haberla, haylas, ¿eh? Hay, desafortunadamente, mujeres que, como la chica del relato, se encuentran condicionadas por unas relaciones anodinas y son más o menos impertinentes en cuanto a la exigencia al macho de deberes incumplidos. Causa posible de este pequeño gran mundo personal, ¿la sociedad, la cultura, la materialización de deberes siempre remarcados en su educación, el propio convencimiento de que es un método para alcanzar eso que llaman la felicidad, etc.? No lo sabremos nunca porque su intracomunicación es dura como el granito.
EliminarNo me sonrojes, querida Pilar, no me sonrojes. Me encanta que te haya gustado.
Un fuerte abrazo, querida Pilar.
Que buen relato Antonio, siempre es un placer leerte. Un abrazo, Lou
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Lou. Estoy casi terminando tu último capítulo en tu blog. Creo que lo haré hoy y escribiré un comentario que sea justo a un excelente trabajo. Me ha atrapado y encantado en su totalidad. Puedes estar satisfecha de tu trabajo.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Lou.
Hola, Sr. Ruiz! Con el mismo respeto. Todo lo mejor para usted y su familia. Texto e imagen que ajusta muy bien. Una delicia. Diversas formas literarias a través del cual el alma abre al lector. ¡ Felicitaciones!
ResponderEliminarAmigo Cristian, viniendo de ti el halago es muy bien recibido pero inmerecido.
EliminarEso es lo que he pretendido, Cristian, que el alma se abriese al lector y pudiésemos leer en el mente de una mujer alguno de sus pensamientos mejor guardados. Me agrada tu comentario, amigo.
Espero que te encuentres bien con tu familia, aunque creo que ya deberéis tener un poco de frío en tu país.
Un fuerte abrazo, amigo Criztian.
Podiamos haber esperado un rato mas, a ver si, por fin llegaba. A lo mejor se encaminaba hacia la pelandusca del café, vaya Ud. a saber, en ese bar puede pasar cualquier cosa.
ResponderEliminarCasi estoy por decirte, Mariano, que sospecho que nuestro macho ibérico, que va a lo suyo y poco le importa lo que sientan unos u otras, es lo que haría. ¡Como pasan cosas tan raras en este bar!
EliminarPara hacer reaccionar a esta mujer algo así debería ocurrir.
Un abrazo, Mariano.