lunes, 7 de octubre de 2013

OLORES NATURALES

ES UNA LIMA BEBÉ…

Antonio Campillo Ruiz
A Paola


- Te voy a enseñar un árbol que tiene un fruto con un aroma, ¡hummm…!, exquisito. Se llama lima. Ahora va a beber mucha, mucha agua, para crecer y hacerse muy grande. ¡Es tan bonito! Huele las limas...

- Sí, huelen muy bien –dijo la niña oliendo con mucho cuidado dos frutos que se encontraban unidos en la misma rama- Y ¿por qué tienen tanto olor?

- Para que las comidas sean más dulces; además con ellas se hacen refrescos y perfumes. Ven, vamos a coger algunas, pequeña.

- ¡No! No cojas ninguna, por favor, abuelo. No quiero que le hagas daño. Son unas limas bebé y su mamá, la rama, y su papá, el árbol, se enfadarán si las cogemos. Me vas a entristecer mucho si le haces daño. No se necesitan para hacer la comida. ¿Qué vamos a hacer con ellas?

- Pues…, olerlas. Enseñarlas en casa para que las vean y…
  
- Que vengan aquí y las huelan. En el cole me dijo mi seño que los frutos crecían para que las semillas que tienen dentro, cuando sean mayores, caigan al suelo y nazcan más árboles que crecerán mucho y se harán enormes. Después, de las flores, saldrán más frutos y así toda la tierra tendrá muchos árboles. ¡Que bonitos serán!

   El abuelo no pudo rebatir la delicada teoría de la seño de su nieta y ambos estuvieron un buen rato aspirando aromas diferentes y disfrutando de olores, algunos no percibidos anteriormente y contando cuantas limas eran bebés y cuantas eran ya mayores. Nieta y abuelo poseían un olor diferente y ambos aprendían, cada día, que se debía vivir respetando a todos los seres vivos, aunque oliesen de forma diferente unos de otros. 

Antonio Campillo Ruiz

23 comentarios:

  1. Antonio, muy bonito. No conocía esta faceta tuya. Eres único.

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    1. Pues, hombre, Ramón, es una alabanza demasiado fuerte. No, no es despectiva mi respuesta, es un relato que es importante para leer a niños. El diálogo impulsará a hablar, imaginar y relatar, a la vez que impulsará a respetar la Naturaleza. Siempre acariciamos al corderito excepto cuando compramos su carne.

      Un abrazo, Ramón.

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  2. Una historia absolutamente tierna, como suelen serlo estos comentarios de los niños que no dejan de sorprendernos nunca. Trabajo con chicos cada día, niños del nivel primario a quienes enseño medio ambiente, y el amor y el cuidado que reflejan por la naturaleza a través de sus respuestas, coincide plenamente con tu relato. Como dice Ramón: otra faceta tuya, Antonio, que tampoco dejas de sorprendernos. Abrazo!

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    1. Siempre he aprendido de las preguntas simples. Son las más difíciles de contestar. Si, además, la pregunta va acompañada de unos sentimientos que son innatos en una niña de cinco años, tan inocente y delicada como tierna y racional, como son los niños de esa edad, es muy fácil que sean capaces de razonar con un vocabulario sorprendente. Me alegro de tu profesión y dedicación a niños de estas edades. Tu encanto personal se dejará traslucir siempre en ellos.

      Un fuerte abrazo, querida Patzy.

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  3. Adoro las flores, Antonio, y es por ello por lo que nunca hago ramilletes. Me gusta verlas ahí, crecer.
    Un ramo de rosas rojo intenso es una preciosidad para nuestros ojos, pero, ¡yo no quiero rosas muertas!. Que me den plantas para cuidar, para seguir su crecimiento. Y a la hora de mi muerte, quien no me vio crecer, nacer y morir muchas veces, no sabrá que sobre mis cenizas no habrá una lápida, sino quizás un arbolillo o un girasol solitariol
    UN ABRAZO

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    1. Es tan noble tu pensamiento, Cecilia, que emociona leer, varias veces, todo tu excelente texto. Este es el fondo real de un pequeño relato que es pura alegoría: sólo interesa aprender de memoria unos conocimientos que sólo servirán para ser un sabio en el extranjero porque en España ha acabado el empleo de personas formadas. Ese girasol que te quieres que te acompañe debe ser cuidado junto a un árbol de hoja perenne. Así las estaciones siempre tendrán junto a tí un árbol y desde primavera una flor. Emocionante comentario.

      Un fuerte abrazo, querida Cecilia.

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  4. Excelente enseñanza de la "seño" y perfecto aprendizaje de la niña. Una de las máximas del senderismo es respetar el entorno, observando y disfrutando, pero dejando todo como lo encontramos. El hombre se cree dueño absoluto de la tierra y de la naturaleza, maltratándola y destruyéndola. Mayor ingratitud, imposible.
    Y yéndonos al plano de la alegoría, con "lo diferente" somos los mayores depredadores e intolerantes de este planeta. Ojalá que esas nuevas generaciones de niños sean mejores que nosotros.

    Bellísimo y tierno el relato, Antonio.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Sí, Marisa, la seño es esa profesora desprestigiada, maltratada por los poderosos poderes de los inútiles de turno que la evalúan para conseguir adaptar los resultados a una intención partidista. Además, creen que somos unos pobres ciudadanos que votamos a los sapientes ineptos que necesitan un asesor hasta para ir al retrete, por supuesto con el Audi A8 que pagamos todos. ¿Crees que ese señor calvo de tanto pensar en que quede para la posteridad una ley tan sucia como su espíritu sabe lo que es educar? Creo en su unicidad: cuando lo crearon se rompió el molde de los ineptos.

      Un fuerte abrazo, querida Marisa.

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  5. Un delicado y bello relato con moraleja, ha sido un placer llegar a tu casa despues de muchoo tiempo alejada
    Un abrazo
    Stella

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    1. Querida Stella, tus razones y ocupaciones siempre serán más importantes que tu deseada visita. Nunca te olvido y, sin ningún tipo de curiosidad, sí me preocupaba no encontrarte. Ya estás aquí. Todo sigue bien.

      Un fuerte abrazo, querida Stella.

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  6. Sencillo y tan necesario, amigo Antonio. me ha gustado. Quizás prime mi condición de abuelo para ello, pero esas cosas, siendo como son, tan simples y sencillas de hacer de sentir y de trasladar su sentimiento, a veces, son tan difíciles que hace que sea incompensible que no se practiquen con naturalidad.

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    1. Sabes perfectamente que este diálogo se produce entre tú, mi querido amigo Enrique, y cualquiera de tus nietas. Tu carácter te empuja a ser tan buen educador como la seño de esta niña, tan abuelo como el abuelo de la niña y tan satisfecho de su educación como lo estás en todo momento. Sí, es necesario hablar en el seno familiar como se expresa en este minirelato. La educación se mama con quienes queremos y nos aprecia.

      Un fuerte abrazo, querido amigo Enrique.

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  7. Una bella historia que emociona y que encierra una gran enseñanza.

    Me ha gustado mucho.

    Un beso.

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    1. Muchas gracias, Amalia, por tu amabilidad y comprensión. Creo que la emoción de un familiar cuando habla de aspectos que desconoce de sus hijos, nietos, etc., es tan satisfactoria que querría no dejar jamás de oír a quien se expresa con tanta naturalidad como sutileza.

      Un fuerte abrazo, querida Amalia.

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  8. Los seres humanos tenemos la insana costumbre de alojar las flores en jarrones, los pájaros en jaulas y los sentimientos en cajones estanco. Como siempre...genial mi querido Antonio

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    1. Mi querida Mabel, siempre posees las palabras justas para diferenciar la irracionalidad de los mayores frente a la proverbial y tierna expresión de una niña que ha captado lo que significan las palabras libertad, utilidad y consumo. Diría que hasta más allá de estas palabras: su interpretación de lo que deben significar para todos.

      Un fuerte abrazo, querida Mabel.

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  9. Muy respetuoso el abuelo al no querer rebatir a la seño esa teoría, pero el papel del abuelo parece perder protagonismo ante la niña, se supone que el abuelo es poseedor de mas sabiduría, no? aun así este relato es tierno por los protagonistas niña y abuelo, me quedo con el mensaje de respeto a las opiniones de los demás ok.
    Salud y fuerza tocayo

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  10. Que no es poco, Toni. Creo que es una de las más sabias decisiones que cualquier buen ser humano puede decidir: respetar la opinión de una niña que es tan dulce que el abuelo calla, no por no saber menos sino por no quitar de su absorbente mente la gran enseñanza que le ha proporcionado su seño.

    Un abrazo, amigo Toni..

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  11. Cuántas lecciones de vida en tan pocas líneas. Gracias por presentarnos a la lima en todo su esplendor aromático que me ha llegado. Dicen que los niños dicen la verdad y en este caso qué gran lección nos ha dado, buena maestra y mejor alumna. ¡Cuántas veces he oído que los negros huelen mal! frase racista donde las haya, La diferencia completa, enriquece.
    Un abrazo

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    1. La nobleza de espíritu de esta niña depende de ella y su entorno, No de otra forma, María Pilar, podría razonar con una mente de adulto pero con la sinceridad de niña. Sí, los que por siempre serán racistas, los norteamericanos, inventaron los desodorantes para que fuesen utilizados por los negros para no olerlos. La inhumanidad y esta niña son antagónicos. Muchas gracias por tu excelente apreciación.
      ¡MUCHAS FELICIDADES EN TU ONOMÁSTICA!

      Un fuerte abrazo, querida María Pilar.

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  12. Ohhh como me ha recordado a Sara cuando era pequeña.
    Un día paseábamos y unos chico cogían naranjas amargas ( Sevilla esta llena de naranjos), para jugar. Arrancaron una rama y ela muy enfurecida se fue para los chicos y les dijo:
    Te gustaría que alguien mas fuerte que tu, te arrancara un brazo? te arrancaran los pelos para jugar?.
    Debía de tener sobre 6 años o así, y es que de pequeños hay quien respetan todo mas.
    Me ha encantado lo leído y el recordar.
    Gracias.
    Besos

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    1. Sara tuvo una reacción similar a la niña del relato. Cuando pequeños, además de absorber como una esponja todos los conocimientos, poseen una capacidad de entendimiento racional tan importante que, cuando el ambiente en el que se encuentran es respetuoso, ellos lo son en grado extremo. Ninguna de las dos cambiará sus nobles sentimientos al crecer.

      Un fuerte abrazo, querida Inma.
      .

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  13. Precioso, ejemplar ¡que de recuerdos me trae!
    ¡Es una pena que los, mal llamados, políticos
    no tuvieran un abuelo así!
    ¿ O lo tuvieron y lo empalaron?
    Tienes un rico e interesante blog, volvere con
    mas tiempo, ¡Felicidades!

    Un abrazo.

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