viernes, 24 de enero de 2014

LOS JUGUETES INÚTILES

El niño al que se le murió el amigo

Antonio Campillo Ruiz

Lino Enea Spilimbergo

   Una mañana se levantó y fue a buscar al amigo, al otro lado de la valla. Pero el amigo no estaba, y, cuando volvió, le dijo la madre: “El amigo se murió. Niño, no pienses más en él y busca otros para jugar”. El niño se sentó en el qui­cio de la puerta, con la cara entre las manos y los codos en las rodillas. “Él volverá”, pensó. Porque no podía ser que allí estuviesen las canicas, el camión y la pistola de hoja­lata, y el reloj aquel que ya no andaba, y el amigo no vi­niese a buscarlos. Vino la noche, con una estrella muy grande, y el niño no quería entrar a cenar. “Entra, niño, que llega el frío”, dijo la madre. Pero, en lugar de entrar, el niño se levantó del quicio y se fue en busca del amigo, con las canicas, el camión, la pistola de hojalata y el reloj que no andaba. Al llegar a la cerca, la voz del amigo no le llamó, ni le oyó en el árbol, ni en el pozo. Pasó buscándole toda la noche. Y fue una larga noche casi blanca, que le llenó de polvo el traje y los zapatos. Cuando llegó el sol, el niño, que tenía sueño y sed, estiró los brazos, y pensó: “Qué tontos y pequeños son esos juguetes. Y ese reloj que no anda, no sirve para nada”. Lo tiró todo al pozo, y volvió a la casa, con mucha hambre. La madre le abrió la puerta, y le dijo: “Cuánto ha crecido este niño, Dios mío, cuánto ha crecido”. Y le compró un traje de hombre, porque el que llevaba le venía muy corto.

Ana María Matute

15 comentarios:

  1. Entiendo más al niño que a la madre, lo siento.
    Si lo único que le unía al amigo eran los estúpidos juquetes, chapeau!, pero si era UN AMIGO, había que buscarlo, día y noche. Están escasos, pese al sueño y a la sed: quizás sólo un amigo pueda calmarlos.
    PRECIOSO, ANTONIO, COMO SIEMPRE. Seguiremos siendo amigos.

    ResponderEliminar
  2. Cada día muere el amigo dentro de nosotros, cada dia necesitamos un traje mas grande. Hermoso, Antonio.

    ResponderEliminar
  3. Me ha parecido perfecto, una auténtica lección de vida. Algunos han de pasar por un trauma insuperable que les hace hombres antes de tiempo. La cruda realidad. Un abrazo.

    ResponderEliminar


  4. Debajo del mismo cielo y el mismo sol
    transitan cada día nuestros sentimientos,
    por un puente construido con amor y ternura
    que nos une de corazón a corazón…
    Un hermoso puente llamado amistad.

    Gracias por acompañarme siempre
    con la magia y el silencio de las palabras.

    Un abrazo y feliz fin de semana
    con una sonrisa en las pupilas de la ilusión.

    Atte.
    María Del Carmen





    ResponderEliminar
  5. Muy bueno Antonio, esta es una escritora que me gusta mucho.
    Un beso grande, espero que tengas un buen día

    ResponderEliminar
  6. sin palabras hoy te leo y te disfruto

    ResponderEliminar
  7. Qué buen relato nos has traído hoy Antonio. Voy a leerlo otra vez.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Mejor hacerse hombre que echar de menos al compañero de juegos.
    Un fuerte abrazo, querido amigo.

    ResponderEliminar
  9. Esto me recuerda a una frase e Fermina Daza en "Amor en tiempos del cólera". La gente que uno quiere debería morirse con todas sus cosas.
    Un abrazo, amiguito.

    ResponderEliminar
  10. Coincido con el comentario de Mariano Sanz, aquí arriba, y además me pareció muy bella la imagen que él escribió, así que la repito: "cada día necesitamos un traje más grande"! Nunca se termina de aprender. Muy bonita historia, Antonio! Gran abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Precioso, Antonio. Cuan sencillas son las cosas cuando se pueden aprender por uno mismo.

    ResponderEliminar
  12. Un emocionante y maravilloso relato. Precioso y con una gran enseñanza.

    ¡¡Muchas gracias!!

    Un abrazo bien grande, querido amigo.

    ResponderEliminar
  13. Cuando hay tantos seres a los que le viene largo, afortunado el hombre al que su traje le viene corto.
    Saludos

    ResponderEliminar
  14. Como la vida misma, se nos muere alguien y a la vez una parte de nosotros mismos.
    Besosssss

    ResponderEliminar
  15. La vida sigue y luego de dar vueltas y mas vueltas, sin apenas comprender,
    se llega a la prosaica y triste conclusión, de que ''el muerto al hoyo y el
    vivo al boyo'.
    A veces, son muchas las veces,en que en unas horas se crece un palmo.

    ¡No me cansare de decir que tu blog es interesantísimo.!

    Un cálido abrazo.

    ResponderEliminar