domingo, 6 de octubre de 2019

PREGUNTAS SENCILLAS


EL UNIVERSO SIMULADO

Antonio Campìllo Ruiz


"Sólo mediante la búsqueda racional de teorías,
incluso las que nos introducen en dominios
extraños y poco familiares, tenemos una oportunidad
de revelar la extensión de la realidad."

Brian Greene

   Es frecuente que los seres humanos busquemos un sentido a la realidad y nos planteemos preguntas sencillas. Sí, aparentemente muy sencillas pero de una intensidad y complejidad enorme. ¿Por qué pienso? Puede ser una de ellas. Y, otras muchas igual de sencillas, ¿Quién soy? ¿Qué hago yo en un planeta como este? ¿Por qué siento?, y un largo etcétera. Las respuestas, no son tan sencillas como las preguntas y, casi con toda seguridad, requieren un extenso paseo por esos guarismos negros, llamados letras, que conforman palabras garabateadas sobre un medio y puede ser que encontremos en ellas la solución a nuestras dudas. Pero, el ser humano es inquieto. No solo se pregunta cuestiones trascendentales para él que pueden o no estar basadas en experiencias previas, trata de demostrar que los elementos complejos puedan ser elevados a la categoría de hipótesis y sucesivamente, tesis experimentales y constatables. En muchas ocasiones el recorrido que se realiza para conseguirlo escora hacia contaminantes que le llevan por caminos no deseados y otras, más frecuentes, consigue que, efectivamente, se logre el objetivo que ha sido su preocupación en cualquiera de las materias del saber.


   Plantear nuestra propia existencia y el sentido que posee en este maravilloso planeta, alejado de otros muchos de los que, en el momento actual, no sabemos nada en absoluto, puede, en muchos casos y en función de la formulación de la pregunta, desvirtuar la indagación que se realiza pues, nuestros pasos nos dirigen a pseudomaterias que no poseen fundamentos racionales ni lógicos. En otras ocasiones, si logramos relacionar nuestros anhelos por saber la solución a nuestras preguntas, podemos tener la sorpresa de que muchos estudios avalan, no en su totalidad pero sí en una o varias parcelas de su respuesta, teorías ya experimentadas o experiencias en curso que no poseen en el momento requerido resultados experimentales.


   Así, una de las grandes preocupaciones de muchos seres humanos es algo que definimos como una sensación: el tiempo. Para los seres humanos de este planeta Tierra, más allá de la medida, en el sistema sexagesimal, poco comprendido y muchas veces incorrectamente utilizado, el tiempo es una sensación compleja y difícil de explicar. Ante esta peculiaridad, miles de teorías, especulaciones y charlatanerías, circulan sin cesar por el entramado pseudocientífico que dicta sentencias inconexas, indemostrables e, incluso, paranoicas. Gracias a los serios avances en el campo de su estudio y la enorme transformación que ha supuesto, desde mediados del siglo pasado, el estudio, demostración y aplicación de teorías de cumplimiento universal, la transformación en la comprensión de las propiedades materiales y unidades fundamentales en Física, ha favorecido un serio cambio científico y un revés muy importante a la dialéctica especulativa. Así, la estrecha unión espacio/tiempo, su relación con la posibilidad de dependencia de uno sobre el otro, la demostrada teoría de la deformación del tejido espacial a causa de la masa, la estabilidad armónica del movimiento a causa, precisamente, de esta última propiedad y otros muchos estudios, han generado unas vías de investigación que, aún estando en fase experimental, algunas de ellas, pueden suponer un cambio en la concepción de nuestro mundo, pudiendo explicar realidades consideradas hasta hoy fantasías y sueños ficticios.


   No todos los seres humanos tienen oportunidad de estudiar en profundidad estas teorías ni pueden acceder a ellas con facilidad. Son los científicos que trabajan en ellas los encargados de transmitir los avances o fracasos con el devenir del tiempo. Sin embargo, personas que han querido realizar un avance sobre las investigaciones que se suponen actuales en este campo, han utilizado medios de comunicación que favorecen la transmisión de las grandes líneas que la investigación sigue para conseguir, si ello es posible, la solución de las miles de “preguntas sencillas” que se plantea el ser humano moderno. Así, en el año 1995, un director de cine, Terry Gilliam, basándose en un relato de Chris Marker sobre un futuro apocalíptico de ciencia ficción, de intriga fantástica, distopía, pandemias y viajes en el tiempo, con guion de  David Peoples y Janet Peoples, rodó “TWELVE MONKEYS”, “DOCE MONOS”, interpretada por un elenco de actores que dieron vida a personajes como James Cole y Jeffrey Goines.


   Esta original aventura, se inspiró y tomó varios conceptos del cortometraje de ciencia ficción francés “LA JETÉE”, “EL MUELLE”, de Chris Marker, 1962, en el que se relata un experimento de viaje en el tiempo que rompió con las técnicas narrativas tradicionales, logrando un efecto deslumbrante que mezcla documental, ficción y fantasía. Así, “DOCE MONOS” posee un sorprendente e intenso guion futurista que se desliza entre la lucidez y la locura, entre los sueños y la realidad, entre la ficción y la ciencia.  No pocas interpretaciones recorrieron revistas y otros medios, generando un enorme dilema en los espectadores que, asombrados con hechos representados cuya complejidad, conceptos e, incluso, un pequeño desliz de continuidad temporal, fueron motivo de extensos estudios de su significado dramático, estético y diagrama espacio/temporal. Sin embargo, existe en esta película una secuencia que puede ser un ejemplo de los nuevos estudios derivados de la Mecánica Cuántica que no ha sido ni resaltada ni estudiada hasta este momento: el concepto de la simulación.

   El diagrama espacio/temporal de la película, representando el tiempo en continuidad de la acción en horizontales y el transcurrir del mismo, en el espacio señalado en líneas, se puede representar de la siguiente forma:


   Para su comprensión, consideraremos que las líneas de distintos colores pertenecen a los acontecimientos que suceden, en los tiempos que transcurren para cada personaje, durante los diferentes años representados. Las líneas punteadas representan la continuidad de la acción, que sólo se produce en las líneas no punteadas y, simplemente son los enlaces de un espacio/tiempo a otro. La lectura del diagrama siempre se debe realizar de izquierda a derecha del mismo, volviendo, de un espacio/tiempo a otro mediante las líneas punteadas. Existe un viajero principal (color rojo) y tres secundarios: José, el mendigo y la científica (resto de colores). Realizan viajes mediante una máquina del tiempo no precisa porque se cometen errores de llegada al pasado. El viaje debe transcurrir de forma instantánea en un universo aparentemente inalterable. El espectador debe tener en cuenta que, los viajes en el tiempo no deben ser los que produzcan en él alteración sorprendente o no admitida. Tras la demostración de la Teoría de la Relatividad, un viaje en el tiempo puede realizarse “fácilmente” mediante la posibilidad de una “arruga en el tejido espaciotemporal”. Una “doblez” en el tejido espacial, facilitaría un recorrido extremadamente largo en un tiempo cuasi infinitamente pequeño. Por último, el lector debe recorrer las líneas del diagrama espaciotemporal señalado, a la vez que lee el camino de cada uno de los actores, tal como se expresa a continuación.


   Bien. El objetivo del viaje espaciotemporal es encontrar al llamado “Ejército de los Doce Monos” para su destrucción. Los hechos se inician en el año 2035, justo en la flecha negra señalada en el diagrama, correspondiente al primer viajero. Al enviarle al pasado se comete el error de llegada a 1990. En este año, suceden acontecimientos que no dan fruto en su búsqueda y regresa a 2035, donde continúa la narración. Le vuelven a enviar al pasado y cometen el mismo error pero, esta vez, aparece en 1917, durante la Primera Guerra Mundial, en la que es herido. Se comete otro error de regreso y aparece en el año 1996, año al que tenía que haber llegado la primera vez. Regresa y, con la seguridad de que este era el año al que deberían enviarle, regresa nuevamente a 1996 y descubre la anomalía que ha provocado la catástrofe en la Humanidad por la cual, se busca a quien la produjo para eliminarle y cambiar el futuro (2035), mediante la intervención en el pasado (1996). En este periplo de idas y regresos, desde el futuro al pasado, James Cole encuentra, en distintos momentos de 1996, a dos compañeros enviados desde 2035 a buscarle (José y el mendigo). En el transcurso de la narración en 1996, se produce una singularidad espaciotemporal porque la científica que maneja la máquina del tiempo se encuentra en este año, siendo, que a la vez debe de estar en 2035. En este año, 1996, representado por el cuadrado negro del diagrama temporal de la película, momento en el que se encuentran pasado y futuro, es cuando aparece la discrepancia con otras interpretaciones que explican los sucesos narrados en la película: sí existen universos paralelos, según la escena que se adjunta y por tanto, se origina la singularidad de la simulación. Veamos. Futuro y pasado no podrían encontrarse en un espacio/tiempo del mismo universo. Sería físicamente imposible que este hecho tuviese lugar si no fuese a causa de la existencia de universos paralelos en los que uno, crea la simulación de un hecho en el otro y, en función de esta simulación, podría intervenir en él para restaurar cualquier alteración que se hubiese producido. La pregunta sencilla que podemos hacernos es: ¿Vivimos en una simulación? ¿Es real nuestra existencia o es una simulación de diferentes estados, en diferentes universos, en los que, desde uno de ellos, el que se encuentra en simulación, puede ser corregido o restaurado, cambiándose en él procesos vitales inadecuados o no admitidos por  otro universo no simulado?


   En este momento, la Mecánica Cuántica estudia la existencia de multiuniversos diferentes, los multiversos de Brian Greene ("La realidad oculta") y que empezaba a estudiar Stephen Hawking, planteando, la existencia de que un universo, el nuestro, puede ser una simulación que aporta a otros, de los que puede depender, datos suficientes para la corrección de sucesos acaecidos, con el objetivo de poder ser alterados antes de que se vayan a producir. Podríamos considerar que uno o varios universos serían los potenciales visionadores del pasado de uno de ellos y se encontrarían en el futuro de este. Esta es la situación que se produce cuando James Cole, en la película, a una edad aproximada de 45 años y encontrándose en el pasado, se ve a sí mismo cuando es un niño, 40 años antes, siendo, que él proviene del futuro en un universo paralelo. La singularidad da lugar a una simulación en universos diferentes: el universo que se encuentra en un futuro cercano (el de James Cole adulto), descubre, en el pasado, el universo simulado (el de James Cole niño), el presente en el que se encuentran ambos. Es ahí, en esta compleja situación, cuando una anomalía pasada se puede restaurar.


   Es probable, solo probable, que se puedan considerar complejos varios de los aspectos de lo expuesto pero, tengamos en cuenta que, si en esta película, dirigida a todos los espectadores, con la diversidad que poseen, es comprensible su estructura y las llamadas “especulaciones científicas”, se deben comprender, igualmente, las modernas teorías acerca de nosotros mismos. Y, de entre ellas, la pregunta fácil:

¿Es posible que estemos viviendo una simulación?

Experiencias de laboratorio, inexplicables pero visualizables, demuestran que podría ser cierta la existencia de la simulación del universo conocido.


   Los guionistas, consciente o inconscientemente, introdujeron un concepto que, en el momento de la realización, no estaba en estudio ni se podía sospechar la posibilidad de su existencia, la simulación en universos paralelos. En realizaciones similares, como la trilogía de “Regreso al futuro”, de Robert Zemeckis, 1985-1990, sólo se plantea la existencia de un universo y, por ello, se reitera, en todas ellas, la imposibilidad de la presencia del futuro en el pasado y viceversa, porque, según Emmett Brown, el científico creador de la máquina del tiempo, se generaría una singularidad de imposibilidad existencial. Sin embargo, en el momento actual, los avances científicos y las experiencias cuánticas han dado paso a teorías que se encuentran, a la vez, en el complejo mundo de la Filosofía y la Ciencia, respondiendo a “preguntas sencillas” que, reiteradamente, se hace el ser humano.   

Antonio Campillo Ruiz



No hay comentarios:

Publicar un comentario