sábado, 26 de marzo de 2011

DESTINO

LAYLA Y MAJNUN

María Luisa Arnaiz Sánchez

Anna Maria Elisabeth Lisinska Jerichau-Baumann

   Un poema de origen árabe que Nezami reelaboró en 1192  y en el que algunos han querido ver un antecedente de “Romeo y Julieta” lleva el título de “Layla y Majnun”. La historia trata de una pareja que ve frustrada su pasión, pero en realidad su deseo no es más que la reproducción del ansia espiritual por lograr la unión mística con Dios. Layla, “noche” en árabe, personifica “la tiniebla más luminosa que la luz” y simboliza La Belleza; Majnun, "poseído" sobrenombre de Qais, personifica la ascesis que debe practicar el hombre para despojarse de todo lo que le lastra en su camino hacia Dios. Abenarabi y san Juan de la Cruz escribieron trascendentes poemas bajo este supuesto.

La historia de Layla y Majnun

   Cuenta la historia que un matrimonio ya mayor pidió a Alá que le concediera un heredero y nació Qais. El padre, agradecido, mandó construir una escuela a la que asistía el muchacho y un día se incorporó Layla. Los adolescentes cayeron fulminados por el amor. Tan visible era el enamoramiento de Qais y tanto encarecía a su amada, que ella no regresó a las aulas y él, obsesionado, se instaló en un monte con la esperanza de verla pasar. Nunca llegó a ocurrir y su estado mental se alteró hasta tal punto que lo llamaron Majnun, “loco”. Una vez tres amigos le propusieron entrar disfrazado en casa de Layla y los enamorados se quedaron embelesados durante todo el rato. Qais se fue y ella no habló de este encuentro en su vida.

En la escuela

     El padre de Qais quiso poner fin a esta situación y pidió la mano de Layla pero su progenitor se la negó por no entregar su hija a un demente. El muchacho abandonó su casa y vagó desnudo por el desierto entre las bestias, donde se quedó componiendo versos el resto de sus días. Layla fue casada con un mercader y, cuando Qais lo supo, le dedicó un poema al que ella contestó: “Oh, Qais, tu amor se ha convertido en llama que todo lo quema. El mío ha sido siempre el silencio”. Layla murió virgen y Qais se dirigió a morir a su tumba, que se tornó en lugar de peregrinación. En un sueño un sufí vio a Qais en el paraíso con Alá y le preguntó por Layla. Dios le dijo: “Layla está en el más enaltecido de los estados, simplemente porque su amor permaneció siempre oculto”.

En la casa

   Nezami compuso el poema a petición del Shirvanshah Akhsatan y dudó de su fortuna en cuanto a la audiencia refinada y urbana que le leía, pero su hijo lo convenció con este razonamiento: “allí donde se lean historias de amor, esta será como la especia” (la sal para nosotros). Reuniendo varias versiones beduinas sobre la materia, versificó los cuatro mil seiscientos dísticos en apenas cuatro meses, aunque, una vez difundidos, la obra sufrió nuevas modificaciones conforme se extendía. “Leyla y Majnun” está basada en un hecho real ocurrido en los desiertos de Arabia en el siglo VII y se la conoce popularmente como “El jardín de rosas del alma”. 

En el jardín

   La historia sigue impresionando a los jóvenes musulmanes de hoy porque se debaten entre aceptar la liberación sexual de Occidente o ser fieles a la tradición secular de Oriente que deja en manos de las familias el arreglo de los matrimonios. ¿El amor? Eso es otra cosa. De los poemas atribuidos a Ibn Qays al-Mulawwah reproduzco dos:

            Every breeze that blows               Toda brisa que sopla
            brings your scent to me;                     me trae tu aroma;
            Every bird that sings                               todo pájaro que canta
            calls out your name to me;                me gorjea tu nombre;
         Every dream that appears             todo sueño que aparece
         brings your face to me;                 me trae tu rostro;
         Every glance at your face             toda mirada de tu cara
         has left its trace with me.              ha dejado su huella en mí.
         I am yours, I am yours,                   Soy tuyo, soy tuyo,
         whether near or far;                       esté lejos o cerca;
        Your grief is mine, all mine,           tu congoja es mía, toda mía,
           wherever you are.                          dondequiera que estés.

Youth seeking his father's advice on love

   El futuro está velado a nuestros ojos. Los hilos del destino de cada hombre se extienden más allá de los límites del mundo visible.

Layla

   En el siglo XIII Abenarabi, usando términos de la poesía erótica, describió el deseo amoroso como “el amor excesivo (que) invade por entero a todo el hombre y acaba por obcecarlo, hasta el punto de que no ve ya cosa alguna que no sea su amado”, lo que le pasó a Qais. Entre sus poemas he elegido un ejemplo de tolerancia suma y tres relacionados con el misticismo que me recuerdan la lírica andalusí:
 
Las creencias más diversas
tienen de Dios las personas,
mas yo las profeso todas:
creo en todas las creencias.

¡Por la verdad de la pasión proclamo
que el deseo es la causa del deseo!
Si el corazón no lo llevara dentro,
no sería el deseo así adorado.

Cuando se muestre mi Amado,
¿con qué ojo Lo veré?
Con Su ojo, no mi ojo,
pues no Lo ve sino Él.

Con el alma mía
yo me desposé,
y era mi marido
siendo mi mujer.

 Mahmoud Farshchian

   De san Juan de la Cruz transcribo mi preferido en relación con el tema:

En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquesta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

Desnudo con alcatraces, Diego Rivera

   Como epítome, valga “El poeta pide a su amor que le escriba”, uno de los sonetos del amor oscuro de Federico García Lorca:

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

 Peonías, Renoir


6 comentarios:

  1. Una entrada maravillosa: que gozada con las imágenes, los versos, el texto. Gracias. Ha sido estupendo, de verdad.
    buen fin de semana,

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  2. Que maravillosa entrada sobre el amor y sus designios, lo prohibido, lo inalcanzable y lo sublime.
    Siempre cuando existen barreras o dolor quizás el amor tan suyo, tan libre, vuela donde ni siquiera las personas nos atrevemos.

    San Juan en su noche oscura es tan elevado que siempre se me ahoga en el alma su clamor, me encanta y Lorca en este poema y su petición, qué decir... una maravilla.

    Un abrazo enorme.

    -

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  3. Pilar, un paseo nada más pero, eso sí, con la magia de unos poetas hechizados.

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  4. Carmen, yo también me he sentido siempre conmovida por tan exquisitos poetas. Es más, san Juan llega a sacarme de mí.

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  5. ¡Qué hermosa entrada! La he disfrutado mucho.

    Saludos

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  6. Me gustó mucho la historia de amor la Leyla y Majnun, gracias por darla a conocer

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