DIÁLOGOS
Antonio
Campillo Ruiz
—Ésa de negro que sonríe desde la pequeña ventana del
tranvía se asemeja a Madame Lamort —dijo.
—No es posible, pues en París no hay tranvías. Además, ésa
de negro del tranvía en nada se asemeja a Madame Lamort. Todo lo contrario: es
Madame Lamort quien se asemeja a ésa de negro. Resumiendo: no sólo no hay
tranvías en París sino que nunca en mi vida he visto a Madame Lamort, ni siquiera en retrato.
—Usted coincide conmigo —dijo— porque tampoco yo conozco a Madame Lamort.
—¿Quién es usted? Deberíamos presentarnos.
—Madame Lamort —dijo— ¿Y usted?
—Madame Lamort.
—Su nombre no deja de recordarme algo —dijo.
—Trate de recordar antes de que llegue el tranvía.
—Pero si acaba de decir que no hay tranvías en París —dijo.
—No los había cuando lo dije pero nunca se sabe qué va a pasar.
—Entonces esperémoslo puesto que estamos esperándolo —dijo.
—No los había cuando lo dije pero nunca se sabe qué va a pasar.
—Entonces esperémoslo puesto que estamos esperándolo —dijo.
Alejandra Pizamik
Esto es lo que en mi tierra llaman diálogo de besugos, pero con clase. Un abrazo querido Antonio
ResponderEliminarEsta es la cuestión, Mabel: la clase. Decir besugadas es tan frecuente que cuando se transcriben, nuestra sorpresa es tal que nos preguntamos cómo es posible haberlas escrito. Este diálogo incomunicativo desde todos los puntos de vista posee la insustancialidad de lo cotidiano.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Mabel.
Si, si, a mi también me ha recordado una sección de un cómic de mi juventud cuyo titulo era ese, "dialogo de besugos". Incongruente pero simpatico.
ResponderEliminarAmigo Marcos, tú también lo expresas como Mabel. Simpático. Es decir posee al menos una cualidad. En el TBO, la sección de “Diálogos de besugos” poseía la incongruencia de la nada. Alejandra Pizamik dota a este absurdo diálogo de una, sea la que sea, pero al menos una cualidad. Todos comprendemos su intrascendencia pero todos valoramos su insustanciabilidad.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Marcos.
Genial, amigo Campillo, genial. La metafísica es siempre un ejercicio capcioso y espectacularmente llamativo para quien no sabe de ella y para el que la practica. Nunca dejes de tomar un café en la cama, amigo, ni de buscar a Madame Lamort, todo negro y purpureo, como la misma vida.
ResponderEliminarMB.
Si, Enrique, es genial pero el mérito para su autora Alejandra Pizamik. Bien esta es la incongruencia de la interpretación, Enrique. A nadie deja sin palabras y la mayor parte lo entienden como diálogo a pesar de ser ininteligible. Este divertimento metafísico, como le llamas, siempre será el reflejo fiel de algunos diálogos que frecuentemente escuchamos.
EliminarUn fuerte abrazo, querido amigo Enrique.
Se podria decir que es un dialogo con uno mismo. Gracias antonio, pues admiro a alejandra. Besos
ResponderEliminarProbablemente, Alicia, esta es la solución. Un pensamiento único que plantea al propio pensador preguntas y respuestas, un monólogo que es pensado en diálogo. Como monólogo puede ser n divertimento y como diálogo una besugada. Quedémonos con un pensamiento introspectivo en solitario. Sí Alejandra Pizamik es una autora que posee una especial sutilidad en todos sus escritos.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Alicia.
Absurdo genial jajaja,parece una persona girando sobre si misma.
ResponderEliminarPodemos pensar de este diálogo lo que queramos y encontrarlo absurdo y lógico, por que... cúantas cosas existen sólo en nuestra cabeza?
Tuve que leerlo como cuatro veces jaja
" Vamos esperar el tranvia... si no existe!... vale pues lo inventamos, esperemosle!" Algo así no?
Besos, querido Antonio.
Exacto, Ohma. ¡Y menudos giros...! Alrededor de la farola que había junto a la parada... Siempre es importante poder sonreír un poco con las absurdas genialidades de la mente humana.
Eliminar¿Que si tenemos cosas absurdas en la cabeza, Ohma? Bueno, no sñe tú pero a mi me salen por las orejas cundo estornudo.
Un fuerte abrazo, querida Ohma.
Hola,
ResponderEliminardicen que todos los caminos te llevan a Roma, pero ahora no sé adónde llegué...solo sé que encontré un hermoso blog con temas muy interesantes.
Saludos y gracias por anotarte en mi humilde espacio.
Amiga Genessis, eso mismo me ocurrió a mí. No puedes escapar ahora que te he encontrado: estás en favoritos.
EliminarMuchas e inmerecidas gracias por tu apreciación.
Un gran saludo, amiga Genessis.
Hola, Sr. Ruiz! Buenos pensamientos al comienzo de la semana! ¡ Felicitaciones! Un diálogo. Un diálogo literario. Corto y fuerte. Entre la lógica y el absurdo. Como cada vez, un mensaje oculto detrás de las palabras.
ResponderEliminarAsí es, amigo Cristian, entre la lógica y el absurdo. Es como un monólogo en el que se dialoga ficticiamente. Muchas veces el pensamiento humano es capaz de inventar y hablar consigo mismo y crear un absurdo tan grande como algunos retazos de vida.
EliminarDeseo que toda tu familia se encuentre bien y pases una espléndida semana.
Un abrazo, amigo Cristian.
"Muchas veces el pensamiento humano es capaz de inventar y hablar consigo mismo y crear un absurdo tan grande como algunos retazos de vida."
ResponderEliminarAquí en tus palabras está la esencia de esto. Creo que esos desdoblamientos de la mente hacen tremendamente divertido nuestro pensar. Me ha encantado tu entrada, me parece divertida!
Un abrazo, antes de que llegue el tranvía... trataré de recordarlo, jajaja!
Diría más, Sara, demasiadas veces. Muchas conversaciones tendrían que ser grabadas para que dejásemos de contar chistes de lo absurdamente divertidas que son. Los diálogos inteligibles de personas especialmente insustanciales pretenden, y consiguen, una pérdida de tiempo considerable. No vamos a estar hablando continuamente de psicosocioloarteciencia, pero podemos simplemente de aquello que no produzca dolor de cabeza aunque sea hilarante.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Sara.