CONVERSACIONES CON MI HIJA LAURA XI
Es importante
visionar las secuencias a plena pantalla
Antonio Campillo Ruiz
- Creo que las fantasías literarias no deben
ser tan explícitas en una película. El realizador que lleva a la pantalla la literatura se ve en la obligación de admitir fantasías, que en lenguaje audiovisual quizás sean inexpresables.
- Bueno, Laura, pienso que el espectador,
así como el lector de una novela, debe fundirse con los personajes y percibir las fantasías que le hace llegar el autor. “… Porque…, la sangre
de la abuela debía ser azul, ¡no podía ser de otro color! ¡Igual que la miel de
menta!” Así expresaba
Gabriel García Márquez su especial y delicada percepción personal sobre el
color de la sangre de la desalmada abuela de Eréndira en “El
viento y el fuego”, un documental de producción mejicana que, desde su presentación
por la Embajada de México al “XXXIII Certamen Internacional de Cine de
Cortometraje de Murcia”, estoy buscando sin éxito. En él están grabados
momentos importantes del rodaje de la película “Eréndira” de Guy Guerra, 1983, con guión del propio
Márquez, siguiendo su relato “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela
desalmada” .
Creo,
Laura, que como en casi todas las realizaciones cinematográficas basadas en
textos literarios, se da una aparente paradoja: mientras que leyendo, la
imaginación del lector discurre sutilmente de forma ilimitada e íntima,
en una adaptación cinematográfica el realizador es el que sugiere, desde su
punto de vista, lo que el espectador debe imaginar. Por tanto, en la medida en
que el espectador se halla inmerso dentro de un espacio imaginario a donde ha
sido conducido sin posibilidad de elección, se ve mermada su capacidad de
fábula. No se trata de que sea mejor ni peor el criterio. Es simplemente
diferente porque el medio de comunicación es distinto y los lenguajes también.
Así, por ejemplo, cuando leí la novela de la que hablamos nunca imaginé a la
abuela como el personaje que presenta Guy Guerra, personificado por Irene
Papas, delgada, hierática y de peculiar expresión.
A pesar de
lo expresado, proponer a la imponente actriz fue uno de los aciertos que, a mi
juicio, tiene la película. Su altivez y seriedad dotan a la realización del
carácter maligno de costumbres, deberes y respeto, que los familiares más
débiles deben a sus mayores. A la vez, un pago tan “desalmado”, una expiación
tan inmisericorde, como los que obliga a hacer a Eréndira no lo puede exigir
cualquier actriz, debe ser un rostro que, habiendo interpretado a lo largo de
su dilatada carrera profesional multitud de personajes trágicos, transmita al
espectador la avaricia, el rencor y la negación de la felicidad a su nieta.
Laura, la
candidez humana es corrompida y transformada por el poder del dinero como decía
el Arcipreste de Hita, ese dinero que lucra a especuladores y arribistas en la
actualidad, por cuya corrupción se han envilecido incluso los que se ven a sí
mismos como inocentes y que tendremos que pagar todos como todos le pagan a la
abuela. Ese constante “sí, señora” que pronuncia Eréndira al dirigirse a su
abuela significa metafóricamente “la vida desnuda”, es decir, su desamparo, su
situación de víctima inerme, el tener que saldar a solas, en cueros (¡qué
sarcasmo la desnudez!), su deuda para redimir la escasa inversión hecha sin su
consentimiento y carente de escrúpulos.
En otras
palabras, se trata del mismo abandono al que estamos sometidos todos frente a
los poderosos, la misma vida desnuda con la que se enfrenta la humanidad a los
intereses creados por represores modernos que obligan a la pasividad y la
obediencia. De ahí toman su poder quienes lo administran en su beneficio
cuando, queriendo basarse en ritos y costumbres con la connivencia de expertos
en la materia, justifican los anacronismos e injusticias más perjudiciales para
el normal desarrollo de la sociedad moderna.
Del
interior indestructible de la abuela surge la encarnación del poder y, de él fluye la
maldad, el odio hacia los demás y hacia sí misma…, su sangre verde. Así pues,
la liberación, ¿liberación?, de Eréndira está marcada por la orfandad, la
soledad y el horror a la muerte, al igual que la libertad conseguida por uno
mismo. ¿Por uno mismo?
“Poetas y mendigos,
músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella
realidad desaforada, hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque
el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos
convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de
nuestra soledad”
Gabriel García Márquez, “La soledad de América Latina”
(Conferencia Premio Nóbel, 1982)
(Conferencia Premio Nóbel, 1982)
Es importante visionar la película a plena pantalla
Es importante
visionar las secuencias a plena pantalla
Vaya, vaya, amigo Campillo, ya ves, tan temprano y ya llevo media hora leyéndote.
ResponderEliminarBuen artículo.
Enrique, madrugar no es mi fuerte aunque me sigo levantando a las 7:30. El problema es que lo que me gusta es trasnochar y esto hace que duerma poco. Eres un campeón, Enrique. He procurado que hubiese un poco de todo…
EliminarUn abrazo.
Extraordinario lo que escribiste Uno se impregna de tus letras al leerte
ResponderEliminarGracias MuCha. Me alegro que te guste y te sientas bien en el blog, como yo me siento en los tuyos. Un día tenemos que parlamentar largo y tendido.
EliminarUn fuerte abrazo, querida MuCha.
Cuánta razón tienes al señalar que las imágenes visuales limitan la capacidad de imaginar del lector. Son dos lenguajes distintos, desde luego. Por eso a mí no me gusta mucho mezclarlos. Cuando doy alguna conferencia, jamás, jamás, pongo imágenes. Excelente la conversación con Laura. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarBueno, Isabel, la limitan si no imaginas cómo se han realizado para hacerme sentir. En Literatura las figuras de dicción, sintaxis, concordancias, etc,, favorecen una lectura imaginativa. En el cine, los ángulos, puntos de vista, planos, etc., son los que realizan tal función. Digamos esto: dos lenguajes distintos. Por ello, a mí que me gustan ambos siempre leo o visiono con una diferencia bien remarcada.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Isabel.
La verdad es que uno se impregna, siente lo que lee, imagina, sueña. Es algo que me encanta. Besos
ResponderEliminarPues no sabes lo que me alegra que sientas, imagines y sueñes, con texto e imágenes, Alicia. Es muy agradable tu comentario y te doy las gracias por ello. Trataré de que sigas sintiendo, imaginando y soñando.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Alicia.
Me gustan estas conversaciones con tu hija Laura.
ResponderEliminarAprendemos todos.
Abrazos, Antonio.
Y a mí, Alicia, y a mí, Mi hija Laura es una experta en muchos temas en los que soy un principiante. Afortunadamente, superar enseñanzas que ha recibido de mí es un orgullo.
EliminarEn realidad, como dices, no dejamos de aprender todos.
Me alegro que te haya gustado la realización de tu vecino.
Un fuerte abrazo, querida Alicia.
Aqui se exala cultura... obrigada.
ResponderEliminarBeijos e flores.
Querida Teca, muchas gracias por el piropo. Siempre me sonrojas cuando tú escribes grandes artículos, poemas y seleccionas vídeos.
EliminarTe agradezco tu comentario con flores silvestres.
Un fuerte abrazo, querida Teca.
Muy interesante tu conversación con Laura. García Márquez me trae recuerdos de una niñez en la cual comencé hacerme adicta a la lectura. Cien años de soledad fue uno de mis primeros libros junto a El principito. Un gran abrazo Antonio excelente el post.
ResponderEliminarLou, “Cien años de soledad” lo leí de una tirada. No pude levantarme hasta que no lo acabé. Y el gran hombre Antoine de Saint-Exupéry y su “Principito” eran tan imaginativos como valientes.
EliminarLaura siempre me hace sacar temas que pueden estar en reserva pero son de actualidad.
Un fuerte abrazo, querida Lou.
MAGNIFICO!!.
ResponderEliminarComo siempre enseñándome,mira que me gusta Gabo y esta no la sabia yo.
ADORO TU ARTE Y MAESTRÍA.
BESOS
Querida Inma, no me mimes que me sonrojo. Digo lo mismo de tu blog porque, además de ser cierto, tu preocupación por la vida y la sociedad son encomiables.
EliminarNo tengo más remedio que enviarte un beso por tu comentario: Un beso.
Un fuerte abrazo, querida Inma.
Antonio, una delicia para el paladar ver tu morada. Entrar, sentarme, leer, visionar y encima me encuentro con la mirada de Irene Papas en “Eréndira” (1983). Bien me he alojado en la 259. Y te he colocado en la estantería de favoritos. Un placer la Datyliotheca. Saludos cordiales
ResponderEliminarAmigo J.C., ¡qué alegría me produce tu comentario! Te he encontrado por casualidad desde FULVA LUX y me has sorprendido con tu delicioso color en negro.
EliminarSiento no poder escribir más de cine. En verano, sí. Escribo “Cine de verano” porque el cuerpo pide siempre un poco de entretenimiento. Durante el resto del año sólo hablamos Laura y yo de cine.
Te leeré con detenimiento. Muchas gracias por todo.
Un abrazo, amigo J.C.
Maravillosa página en la que se combinan distintas artes: literatura de primera, cine con una actriz extraordinaria, e interesantes reflexiones sobre el lector y el espectador.
ResponderEliminarCuando he visto representada en cine alguna de las obras literarias que ya conocía, siempre he concluido que se trataba de obras distintas. En todos los casos me quedo con la lectura, la comunión entre el autor, los personajes y el lector es mucho más estrecha e íntima.
Un afectuoso saludo.
¡Hoooola, Chela! ¡Cómo me cuidas! Estoy con los mofletes rojos. Tienes toda la razón Chela: la imaginación de un lector va más alla de lo que el realizador expresa. Sin embargo, Azarías, que nunca pensé que se pareciese a mi paisano Paco Rabal, cuando Camus le cogió y le hizo interpretar el papel, ¿a que era verdaderamente Azarías?
EliminarEsta es la cuestión Chela, A veces, la representación en imágenes es muy importante si se realiza bien y desentraña pequeñas faltas de imaginación: la ropa, los dientes, la barba…
En cualquier caso, como hemos concluido, son lenguajes complementarios pero diferentes.
Un abrazo, querida amiga Chela.
La novela me encantó, como todo lo de García Márquez la verdad. La película no la vi, la voy a buscar, ni siquiera sabía que existía.
ResponderEliminarEn general me suelen gustar bastante más los libros que sus adaptaciones al cine, es muy rara la vez que una peli me gusta más que una novela...
Un beso Antonio, perdón que no te visito tanto como antes, es que cada vez tengo menos tiempo.
Espero estés muy bien
El tiempo es tan implacable que a todos nos lleva por caminos insospechados. Tranquila Eva, tranquila, ya escribirás cuando puedas.
EliminarNo es difícil encontrar la película. Si acaso, si es más complicado obtener la versión que sea de mayor calidad.
Como ya hemos hablado con otras amigas comentaristas, la imaginación vuela más allá de cualquier punto cuando se lee un libro. En este caso, como el propio autor del relato es el guionista, Gabriel García Márquez, se puede conocer la concepción de los personajes que él mismo creó. Esto es algo excepcional y pocas veces sucede en el cine. Han realizado películas míticas directores que han sido conscientes de la importancia de tal hecho, como Stanley Kubrick y un largo elenco de cineastas.
Cuando la visiones, hablamos de la percepción fílmica que has sentido, Eva.
Un fuerte abrazo, querida Eva.
A mi me atrapó la peli, :) Son todos personajes muy marcados,trágicos,profundos y sobre todo muy humanos, con sus crueldades, debilidades, pasiones...
ResponderEliminarDos contrastes entre la abuela y la nieta.
Gracias por poner siempre cosas buenas por aqui.
Besos, querido Antonio.
Sí, Ohma, la película atrapa desde los primeros fotogramas. Las tumbas de los Amadises, la vieja exigente y malvada, con su gesto despectivo por la vida y el candor de Eréndira, son excepcionales. Sinceramente, creo que sin un guión como el que realizó García Márquez, la película habría sido otra muy diferente.
EliminarBueno, he aprendido de ti, Ohma. Siempre procuro que las publicaciones sean amenas y curiosas, importantes y risueñas, desenfadadas y serias.
Un fuerte abrazo,querida Ohma.
Me hiciste añorar a mi padre, que maravilla era escucharlo hablar de libros y de cine, otro experto, así como tú, que te hubiera encantado conocer para platicar días y días sobre esos temas, entre otros. Hiciste una entrada digna de concurso, que me maravilla.
ResponderEliminarAbrazo núm 2 del día y para dos, así que reparte.