miércoles, 16 de mayo de 2012

CAPRICHOS XVII Y XVIII

BIEN TIRADA ESTÁ

María Luisa Arnaiz Sánchez

Bien tirada está, Goya. Capricho nº 17

1.    No puede haber cosa más tirada por los suelos que una ramera. Bien sabe la tía Curra lo que conviene estirar las medias.
2.    ¡Oh!, la tía Curra no es tonta. Bien sabe ella lo que conviene que las medias vayan estiraditas.

   La “madre”, la encargada de una casa de lenocinio (si hombre, “padre”), contempla a la joven que se viste, apoyando su pie en un brasero. El doble sentido de “tirada” juega su papel en el título, pues alude tanto a la mujer como a la media. Baudelaire se refirió a esta lámina en “Las flores del mal”: “Goya, cauchemar plein de chose inconnues, / de foetus qu’on fait cuire aun milieu des sabbats, / de vieilles au miroir et d’enfants toutes nues, / pour tenter les démons ajustant bien leurs bas”.

Y se le quema la casa, Goya. Capricho nº 18

1.     No acierta a ponerse ni quitarse los calzones un viejo que se arde todo de lascivia.
2.     Ni acertará a quitarse los calzones ni dejar de hablar con el candil hasta que las bombas de la villa le refresquen. ¡Tanto puede el vino!

   Resulta llamativa la diferencia entre los comentarios de Ayala y de Carderera. El hombre, sin duda, parece obnubilado y no se percata de que el candil colgado en la silla acaba de prenderle fuego. Pero, si se atiende al comentario del dibujo preparatorio de este capricho, donde se lee: “Espartero borracho que no acierta a desnudarse y dando buenos consejos a un candil incendia la casa”, se comprende que se trata simplemente de un borracho. La relación entre lascivia y fuego solo ocurre en la mente de Ayala.

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